SAN VICENTE. Las lluvias de los primeros días del nuevo año causaron pérdidas millonarias en caminos. Las calles y avenidas de tierra de la zona urbana como en la rural, se vieron afectadas con cunetas o la formación de vertientes que provocaron el cierre al tránsito normal. En las colonias, los perjuicios obligan a los productores a movilizarse menos en vehículos.Una problemática que sigue siendo materia pendiente en la gestión del intendente Waldomiro Dos Santos, al no lograr resolverla en los siete años que lleva en su gestión. El año pasado buscó el apoyo de la Nación y la Provincia para invertir más de un millón de pesos del Fondo Solidario para el arreglo de los caminos.Pero las inversiones del municipio para lograr el arreglo de la red terrada con los “fondos de la soja” no son solamente del año pasado. San Vicente mejoró y modernizó la flota de maquinarias viales, sin embargo no pudo cambiar una realidad que sacude a la gestión comunal con los reclamos de los damnificados.Tras lo llovido, tormentasSi algo le faltaba a la administración de Dos Santos fueron las fuertes tormentas que se abatieron en los últimos meses en la provincia que provocaron más roturas y perjuicios en los caminos de tierra en todo el municipio. Sin embargo, en contraposición, el Municipio tiene el equipo vial parado porque los obreros de ese sector están todos de vacaciones.Y no sólo hay problemas en la zona rural. En la parte urbana encontramos numerosos inconvenientes en los caminos de tierra. Hay calles de mucho tránsito cercanas al centro de la ciudad que están cortadas o con agujeros profundos que impiden la normal circulación de vehículos de menor porte.Los lugares más perjudicados están en el barrio Ex Alumnos y en el barrio San José. En esa zona se encuentra la calle Juana Azurduy cortada a todo tipo de tránsito entre la calle Belisario Roldán y Scalabrini Ortiz. En ese tramo de dos cuadras se ve impedida a la circulación de vehículos por un zanjón que, en una parte, supera el metro de profundidad y se cruza en diagonal.Esta calle fue reparada en noviembre cuando se asfaltó la Belisario Roldán. Sin embargo, la gran cantidad de lluvias provocó una grieta que impide la circulación. La calle Azurduy en este tramo siempre tuvo inconvenientes, pero siempre se resolvió en forma precaria, y cada vez que llueve resurge el problema. Pero esta misma calle que desemboca en el llamado “Zanjón de la Muerte” tiene cunetas en todo su recorrido.Otra calle que tiene graves complicaciones es la Lola Mora que une la avenida Libertador con el barrio Doscientas Viviendas. A sólo 100 metros de la principal avenida de la Capital Nacional de la Madera, se formó una vertiente que forma una laguna. Ésta tiene una profundidad que muchos vehículos chicos no se arriesgan a probar.La calle Lola Mora figura como empedrada. Hace unos años se consiguió una financiación para dicho empedrado que facilitaría el acceso al barrio Doscientas Viviendas y a otros vecinos que utilizan sus más de diez cuadras. Sin embargo el empedrado sólo se hizo en la mitad del tramo, y el resto sigue siendo de tierra.Otras calles afectadas en el barrio San José son la Schnarbar, Ortiz, Siñuka entre otras. En el barrio Sol de América las calles muy afectadas son la Aviyu y la Guacurarí que -por sus topografías- siempre presentan problemas de transitabilidad y unas de las que siempre son reparadas. También otras calles de barrios más alejados del centro se vieron muy afectadas y necesitan ser reparadas.Los productores de la zona rural relatan que sus caminos están totalmente deteriorados por las últimas lluvias y que no consiguen que la reparen. Sólo se hacen parches en los lugares más complicados. En uno o dos meses se comenzaría a entregar el tabaco (principal actividad de la colonia y la ciudad y los caminos están prácticamente intransitables para camiones y para sacar la producción van a tener que usar tractores o carros que provocarán mayores costos.





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