BRASILIA, Brasil (AFP-NA-Medios Digitales). La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, se comprometió en su discurso de investidura este jueves a luchar contra la corrupción y tomar medidas de ajuste económico ante la marcada desaceleración, aunque sin sacrificar los planes sociales que benefician a los más pobres. “El pueblo brasileño quiere más transparencia y más combate a todos los tipos de crímenes, especialmente a la corrupción y quiere además que el brazo fuerte de la Justicia alcance a todos de forma igualitaria. No tengo miedo de encarar esos desafíos”, dijo Rousseff ante el Congreso. Rousseff anunció asimismo que aplicará medidas de ajuste económico para contrarrestar el débil crecimiento durante los cuatro años de su primer gobierno.“Más que nadie sé que Brasil necesita volver a crecer, los primeros pasos de ese camino pasan por un ajuste en las cuentas públicas, un aumento en el ahorro interno, ampliación del crecimiento y elevación de la productividad de la economía”, sostuvo.La mandataria de 67 años asumió el reto en medio del escándalo de sobornos que envuelve a la estatal Petrobras, la mayor empresa de Brasil. Para Rousseff, no obstante, “nunca se castigó tanto y con tanta transparencia la corrupción” y recordó las recientes creaciones de “leyes más severas” y el mayor control interno de las instituciones. “Hay que extirpar la corrupción, que ofende y humilla a los trabajadores honestos”, aseveró Dilma.La ceremonia solemne arrancó con un paseo en el coche presidencial que llevó a la mandataria hasta la Cámara de Diputados, donde juró el cargo y realizó un discurso optimista de cuarenta minutos alternando revisión de conquistas y prospección de medidas. Mucho más encendidas fueron las palabras de Rousseff ante los 30.000 simpatizantes y militantes del partido que asistieron al evento en la Esplanada de los Ministerios y que vitorearon tanto a la mandataria como a su antecesor Lula da Silva.Tras el baño de masas, Rousseff fue saludada por los mandatarios Nicolás Maduro, de Venezuela, José Mujica, de Uruguay, la chilena Michele Bachelet y Evo Morales, de Bolivia, además del vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden y el de Argentina, Amado Boudou. La representación de este último en nombre del gobierno de Cristina Kirchner había sido objetada por la oposición local, que sostenía que su presencia afectaba la imagen del país debido a sus problemas con la Justicia.Las relaciones con la mayor potencia mundial, según se desprende de las palabras de Rousseff, deberían “afinarse” después de las tensiones derivadas del espionaje al que fue sometida por la NSA la presidenta según las filtraciones de Snowden en 2013.Dilma destacó la importancia de Estados Unidos, “que vale también para la Unión Europea”, aunque estas palabras llegaron después de que una vez más destacara que “la prioridad” serán las relaciones con América Latina y los miembros del Brics, foro que reúne a las potencias emergentes y que recientemente creó un banco de desarrollo común para compensar el dominio estadounidense del Fondo Monetario Internacional. Rousseff ha recordado también su política de “no intervención” y “respeto a la soberanía” en los conflictos internacionales.Lema de GobiernoMás allá de la corrupción y los problemas económicos, la Presidenta aseguró en su discurso que la “gran prioridad” será la educación. “Sólo la educación libera a un pueblo y abre las puertas para un futuro próspero”, dijo. “Me gustaría anunciar el nuevo lema de mi gobierno (…). Brasil, patria educadora”. La economía de Brasil hoyRousseff terminó su primer mandato con un paupérrimo crecimiento económico del país, que según los analistas del mercado será inferior al 0,2% en 2014 y al 0,7%, o menos, en 2015.El producto interior bruto brasileño llegó a pasar en 2014 por la llamada “recesión técnica”, después de registrar en el primer y segundo trimestre variaciones negativas, que consiguió revertir en el tercero.El 2014 cerró con la inflación siempre rozando el límite máximo tolerado por el Gobierno, del 6,5% anual, dos puntos porcentuales por encima del centro de la meta oficial, que es del 4,5%, y de acuerdo con los pronósticos de los especialistas la situación será la misma en 2015. PetrobrasDesde que se destapó el escándalo por coimas en Petrobras, la lucha contra la corrupción se volvió el mayor desafío de su gestión. Es que la empresa e inversionista más grande de Brasil está en el centro de una trama de corrupción que involucra a un cártel de las principales empresas constructoras del país, que pagaban millonarios sobornos a cambio de contratos.Treinta y nueve personas están siendo procesadas por la Justicia y conforme avanzan las investigaciones, se cierra el cerco sobre decenas de políticos aliados del Gobierno. La policía estima que la red de corrupción movió unos 4.000 millones de dólares en la última década. Dilma también prometió protegerla a la empresa de los “depredadores”.





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