OBERÁ. Un hombre desaparecido por el desborde del arroyo Mbotaby y más de 300 viviendas inundadas fue el saldo de la cantidad de lluvia caída ayer en la Capital del Monte. Raúl Parra (46) es un vendedor ambulante que en el intento de rescatar a un niño del cauce del arroyo, fue arrastrado por las aguas y al cierre de la edición continuaba desaparecido. Fue el trágico saldo del temporal que afectó la ciudad.La lluvia fue continua durante las diez primeras horas del día. La copiosa intensidad hizo que las correderas de agua en diferentes sectores cobraran cada vez mayor fuerza. En el barrio Kindgreen se registró la situación más dramática. El arroyo pasa por el sector bajo del barrio, en inmediaciones de la intersección de las calles Noruega y Yazá, en consecuencia se convierte en receptor del agua que desciende por las serranías que ladean al mismo. Así las viviendas muy cercanas resultan inevitablemente afectadas. En el intento de los propietarios de las casas por salvar al menos algunas pertenencias, un niño de siete años cayó al agua. Según los lugareños, dos hombres se tiraron para rescatarlo, sin lograr el cometido. Uno de ellos logró salir, pero el otro, identificado como Raúl Parra, se perdió arrastrado por la poderosa corriente. El niño finalmente fue rescatado por un tercer vecino que se ató a un árbol, resultando ileso. Igualmente fue atendido por los médicos.“Nunca ocurrió esto, en 25 años que vivo en el barrio jamás había pasado”, contó un vecino reconociendo que cuando llueve mucho, siempre el cauce del arroyo crece. “Es la tercera vez que el agua pasa el puente, pero nunca de esta manera”, aseguró.Parra, quien era buscado intensamente por efectivos policiales, se desempeñaba como vendedor ambulante en la zona de la exterminal de ómnibus. Por los testimonios de los vecinos habría sido visto por última vez cuando la corriente lo arrastró por debajo del puente ubicado en calles Noruega y Yazá, antes que las aguas superaran su altura. Registraron más de 300 viviendas afectadasLas intensas lluvias afectaron a numerosas familias de Oberá. Los barrios Sapucay, 100 Hectáreas, San Miguel y la zona del Complejo Deportivo, entre otros, sufrieron las mayores consecuencias del desborde de arroyos, correntadas e inundaciones. La lluvia empezó a caer en las últimas horas del 2014. La tormenta con descargas eléctricas, ventarrón e importantes precipitaciones dejó sin luz a un sector importante de la ciudad en el cierre del año. Operarios de la guardia de la Cooperativa Eléctrica debieron resolver el inconveniente generado por el daño del trasformador ubicado en inmediaciones del Complejo Deportivo, normalizando el servicio unos minutos antes de la medianoche. Pero sólo fue la antesala de un primer día del año con numerosos inconvenientes aparejados a la inundación de viviendas por el desborde de arroyos y aguas estancadas.Según comentó a PRIMERA EDICIÓN, Raúl Zabala, secretario de Desarrollo Humano de la Municipalidad de Oberá, casi 350 viviendas fueron dañadas por las intensas precipitaciones de la mañana del primer día del año. “Los barrios Oberá III, Tuichá, Stemberg y 100 Hectáreas fueron los más complicados. El grueso del operativo se inició a las 9.30, en conjunto con la Policía, Bomberos Voluntarios, Obras Públicas, Salud Pública y por supuesto los vecinos”, resaltó Zabala.La particularidad de la jornada, inicio de un nuevo año, hace que diferentes entidades funcionen con guardias mínimas, esto habría provocado retraso en la asistencia. “Son hechos que no podemos prevenir, pero el personal se fue sumando y vamos a trabajar buscando ayudar a todas las familias. Por ahora la prioridad es la comida, que será a través de ollas populares hasta que todo se normalice. La preocupación es porque el pronóstico no es alentador, pero estamos tratando de dar la contención necesaria. La verdad que en las primeras horas nos vimos superados”. En las primeras horas dos familias fueron evacuadas al Complejo Deportivo, pero al mediodía, luego de que cesara la lluvia resolvieron regresar a sus viviendas. “Muchos fueron a casas de familiares, la realidad es que tampoco quieren dejar sus casas, así que tratamos de que puedan estar bien. Con el transcurrir de las horas y como la lluvia no paraba, la experiencia nos indicaba que esto ocurriría”, reconoció el funcionario.En Campo Ramón diez viviendas fueron afectadas en el barrio Municipal. Allí los damnificados recibieron la asistencia del municipio en conjunto con la comisaría local, y ya regresaron a sus viviendas. En Campo Viera también diez viviendas se inundaron, debido a la obstrucción de desagües en el barrio Cinco Bocas.




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