PUERTO ESPERANZA. Paraguay: ése es el destino que parece haber tomado el agente de la Policía de Misiones acusado de violar a una adolescente de 16 años en esta localidad. Al menos esas pistas manejan los investigadores que, mientras tanto, también hablan del rumor de que el efectivo podría entregarse ante la Justicia en las próximas horas.Así lo pudo saber PRIMERA EDICIÓN en base a sus fuentes, quienes revelaron que el uniformado se encontraba de licencia médica para cuidar a una de sus hijas cuando todo sucedió y que debía reincorporarse el último lunes a las filas policiales.Básicamente, eso indica que el joven no desertó simplemente de la fuerza provincial por nada, sino que lo hizo a sabiendas de que era buscado y probablemente quedaría detenido una vez que lo hiciera. Es decir, como consecuencia del delito por el que se lo acusa y es investigado.Anoche, más allá de las sospechas de que pudo haber cruzado el río Paraná de manera clandestina, efectivos de la Unidad Regional V y de la comisaría de Puerto Esperanza continuaban con el operativo de búsqueda, tanto de él como de los otros dos hombres denunciados de haber violado a una hermana de esa primera víctima.Incógnitas Este diario pudo saber que el efectivo policial de 27 años buscado por el abuso había presentado un día antes del hecho un certificado médico para atender a su hija por una enfermedad. Debía presentarse de regreso a las filas policiales el último lunes, aunque, claro, no lo hizo.Por eso es que la Dirección General de Asuntos Internos maneja dos sumarios sobre sus espaldas. El primero tiene que ver con el hecho de violación investigado; el segundo, por deserción, tal como se informó desde la fuerza. Sin embargo, las fuentes aseguraron que difícilmente pueda regresar a su trabajo como servidor público.Mientras tanto, el padre del uniformado en cuestión se presentó a última hora del lunes ante las autoridades y entregó el arma reglamentaria y el uniforme de su hijo.Todo apunta a que en su carrera por escapar de la Justicia el efectivo cruzó de manera ilegal hacia Paraguay. No obstante, en las últimas horas circulaba el rumor de que podría presentarse voluntariamente ante el Juzgado de Instrucción 3 de Puerto Iguazú, que sigue la causa. Así lo había pedido la madre de las pequeñas, quien también es su vecina, en una entrevista exclusiva que PRIMERA EDICIÓN publicó en su edición de ayer.La investigación se inició el sábado 20 de diciembre, una vez que el uniformado fue denunciado por una adolescente de 16 años por rapto y violación. Al decir de la chica, alrededor de la 1 se encontraba en la terminal de ómnibus de Puerto Esperanza, donde había perdido de vista a su hermana.“Ella se fue a la plaza, vamos que te llevo”, habría sido la invitación del funcionario público, vecino de la víctima. La menor se subió a la moto y partieron, pero pasaron la plaza y terminaron en una vivienda desconocida, donde la adolescente aseguró haber sido accedida carnalmente.El policía es buscado junto a otros dos hombres cuyas identidades son un misterio y que fueron denunciados por la hermana mayor de la pequeña, de 17 años, quien dijo que la secuestraron minutos antes en la terminal y que la trasladaron hasta un descampado a bordo de un automóvil. Tras haber sido violada, logró conseguir el auxilio de un motociclista y dar aviso a su familia.Las menores permanecieron sin asistencia varios días, hasta que vecinos se comunicaron con la Secretaría de Acceso a la Justicia, a cargo del doctor Fabián Oudín. Recién entonces fueron atendidas e internadas en el hospital Samic de Eldorado, donde recibieron la atención necesaria. Según informaciones, ambas se encuentran fuera de peligro. Un legajo con varias sancionesEl control del estado psicológico de los integrantes de la Policía provincial vuelve a quedar en el tapete una vez que se conoció que el uniformado intensamente buscado por una violación tenía varias sanciones en su legajo, varias de ellas por alcoholismo.Este diario pudo saber que el uniformado de 27 años tenía varios sumarios internos al ser hallado alcoholizado. Ninguno de esos episodios sucedió cuando se encontraba de guardia, aunque de todas maneras forma parte de una falta grave según los propios estatutos de la fuerza provincial.Además, en el legajo del policía constaría también un confuso hecho ocurrido un par de meses atrás, en el que el uniformado recibió una puñalada en un episodio que no pudo ser aclarado en detalle.El caso Guirula fue paradigmático ante esta situación. Es que la oficial que lideraba el operativo y a la que se acusa de patear al albañil en la cabeza, en un caso ocurrido este año en un motel de Posadas, tenía varios sumarios internos por indisciplina.





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