POSADAS. Se abstuvo de declarar ayer el presunto cabecilla de la banda acusada de comercializar automóviles con oficio de depósito judicial adulterado. El sujeto, de 32 años, fue uno de los últimos detenidos en la causa y ayer hizo uso de su derecho constitucional de abstenerse ante el juez de Instrucción 7 de esta capital, Carlos Giménez, quien lleva la investigación del hecho. Por otra parte, en las últimas horas recuperó su libertad uno de los sospechosos de integrar la gavilla. Se trata del productor de seguros apresado en el barrio Santa Helena, al sur del Gran Posadas, quien al momento de ser indagado se deslindó de todo tipo de responsabilidad con respecto a los episodios que se investigan. Al declarar, este hombre apuntó directamente contra otro de los apresados, uno de los propietarios de una serigrafía del centro provincial emplazada sobre calle Buenos Aires. Tal como publicó este diario, esta organización, según la investigación, operaba desde 2011, cuando la Justicia penal efectuó un control y monitoreo de cuántos automóviles había en plaza cedidos en depósito judicial a terceros. Se cotejó el pago del correspondiente “seguro” por parte del adjudicatario y el vehículo volvía a sus manos. Uno de los beneficiados habría sido un allegado a los juzgados de Instrucción, que explotaba el estacionamiento ubicado en la esquina de las calles Buenos Aires y Santa Fe, donde además poseía un lavadero de autos. Este hombre, quien ayer se abstuvo de declarar, habría sido uno de los primeros impulsores de la maniobra, en sociedad con el propietario de una tienda de modas, ubicada a la vuelta de los juzgados penales de calle Santa Fe. Fue el inicio de una operación delictiva que ahora cuenta con cuatro detenidos. Se cree que la banda comercializó numerosos vehículos. Hasta ahora se incautaron por orden judicial seis rodados.





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