OBERÁ. Martín Fierro dijo que “nunca faltan encontrones donde un pobre se divierte”. Hacía alusión seguramente a las dilatadas tertulias regadas de alcohol y excesos. Lamentablemente, como en aquellos tiempos en que los gauchos surcaban la pampa argentina, la situación persiste en la actualidad.Como el caso del hombre que fue condenado en Oberá a once años de prisión por el homicidio de su propio “amigo”, con el que mantuvo una dilatada ronda de tragos.El hecho ocurrió el 31 de mayo pasado, alrededor de las 17.30, cuando Gabriel Orlando Ramírez, de oficio jornalero, corrió y asestó un puntazo en el estómago a Ezequiel González.La víctima, de 20 años, fue trasladada de inmediato al hospital Samic de Oberá, donde lamentablemente dejó de existir el 16 de junio.La denuncia fue radicada por la madre de González, quien aportó los datos personales y características físicas del responsable.La discusión comenzó en el interior del domicilio de Ramírez y acabó con una pelea en la esquina de la calle Puerto Deseado y avenida Juan Domingo Perón, de Oberá, donde González se desplomó producto de una cuchillada en el estómago.Ramírez fue imputado y recibió el auto de prisión preventiva por el delito de “homicidio simple”.Con esa calificación, Graciela Abdolattif , defensora oficial a cargo de la representación legal del imputado, acordó la celebración de un juicio abreviado con la fiscal de Cámara Estela Salguero de Alarcón.Para ello, Ramírez reconoció y confesó su responsabilidad penal en el hecho.El acuerdo fue refrendado y homologado por el Tribunal Penal 1 de Oberá, integrado por José Pablo Rivero, Francisco Clavelino Aguirre y Lilia Avendaño.




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