POSADAS. Sonidos ancestrales se combinan con el aporte contemporáneo de la comunidad Tavá Mirí, de San Ignacio, que materializó su música en el primer disco editado auténticamente con sus aportes. Impulsado por Karoso Zuetta y su director Germán Acosta, es un proceso de doce canciones que brinda la comunidad Mbya Guaraní a Misiones y al mundo musical. En una extensa charla, Karoso Zuetta explicó la emoción que significó montar el estudio de grabación en la comunidad y sobre todo poder mostrarlo en esta edición del Festival Nacional de la Música del Litoral, mañana, junto a Nerina Beder y Tonolec. “La felicidad de Germán, Santiago, sus kuñákaraí y sus hijos se percibía en sus risas y gestos de satisfacción al escuchar el audio en crudo. Ahora restan diez días de estudio, mezclando y corrigiendo detalles. Y se viene la presentación…”, adelantó.Zuetta es uno de los impulsores de mostrar que la música ancestral de nuestra tierra tiene ese contenido importante para forjar el aporte necesario a la historia, así es como supo caminar diversos caminos a lo largo de varios años. Hoy, convertido en el impulsor más destacado del talento mbya, aseguró que “la experiencia de este disco me reubicó a principios de la década del 90, en esa situación irrepetible de encontrarse realizando el primer disco. La energía que sostuvo esas horas es única, fluye desde la hondura de las convicciones verdaderas. Cuando Germán planteó el pedido no imaginé la importancia que tendría para ellos… había olvidado aquellos días de perseguir un sueño, recuperarlos fue mi ganancia”.Si bien aún no está previsto el día y lugar de presentación del disco, ya se vive con mucha alegría el producto logrado, que -según explicaron- es uno de los mejores sonidos logrados. Tanto la decisión de editar el disco como la selección de los temas y su disposición dentro del disco fue pura y exclusivamente de la comunidad Tavá Mirí. Eso lo reafirmó con mucho orgullo Karoso, que en este trabajo discográfico fue un gran gestor. El aporte que quedará en la sociedad será realmente maravilloso, ya que la historia estará plasmada con sus sonidos en un disco que comenzará a recorrer el mundo musical con maravillosa pasión. “La música es la combinación de sonidos y de éstos con el silencio. En la música mbya late un reverencial respeto por el silencio y un austero y cuidadoso tratamiento de los sonidos”, contó Karoso.El músico misionero trabaja junto a Nerina Bader en un programa pedagógico y musical llamado “El Arte Mbya en la Escuela”. Para sus intervenciones, recaudan alimentos que dos veces al mes acercan a la comunidad de Tavá Mirí. Destinado a estudiantes de todos los niveles a partir del cuarto grado de la escolaridad primaria, la enseñanza de la música en la escuela debe trabajarse como arte y como educación. Ella debe introducir a los estudiantes en el análisis de los contextos que explican el fenómeno de la música y dan fundamento a la interpretación de las culturas en todos los tiempos y geografías.La sumatoria de la perspectiva artística y pedagógica musical amplifica la posibilidad de que los educandos comprendan y valoren la música nativa de la región y el país. Considerando la necesidad de solidarizarnos con la adaptación a los nuevos procesos para la comunidad mbya para acceder a los recursos alimentarios, los disertantes solicitan a la comunidad educativa, como retribución por su tarea, el aporte de alimentos no perecederos destinados a la aldea Tavá Mirí, de San Ignacio, en la que se está llevando a cabo un proyecto turístico receptivo de autogestión.Primeras presentacionesEn octubre pasado brindaron un recital en el auditórium del Instituto Montoya junto a Tonolec. Los chaqueños Charo Bogarín y Diego Pérez fueron los invitados especiales del Concierto multimedial e intercultural denominado “Cantares de la tierra sin mal”, organizado por Karoso Zuetta y Nerina Bader. Acompañaron también con su música el conjunto mbya Tavá Mirí y la puesta en escena estuvo a cargo de la Compañía de Arte dirigida por Luis Marinoni.Cabe destacar que el conjunto musical de la comunidad mbya Tavá Mirí (“pueblo chico”, en guaraní) no pudo participar del recital presentación del nuevo CD del grupo Tonolec, que se realizó el 30 de mayo de 2014 en el teatro Opera de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, pese a que habían sido especialmente invitados por Charo Bogarín y Diego Pérez para la presentación de su nuevo disco doble, que contiene versiones de canciones del ancestral repertorio mbya y algunas creaciones propias en lengua mbya inspiradas en el formato originario de los habitantes del monte.Cantor misioneroKaroso Zuetta nació un 25 de mayo de 1962 en Oberá. Sus padres, Lucía Nelly Rosa, oriunda de Colonia Guaraní, y José Luis Zuetta, inscripto en la provincia de Corrientes, vivían entonces en la localidad fronteriza de El Soberbio. Las dificultades anunciadas del parto de este hijo primogénito aconsejaban una atención médica compleja, razón por la cual, al aproximarse la fecha calculada para su nacimiento, se trasladaron hasta Oberá. Fue bautizado en el rito católico bajo los nombres Antonio y Virgilio, en honor a sus abuelos: el materno, criollo con ascendencia portuguesa y el paterno, segunda descendencia de una familia inmigrante italiana.Apenas nacido el niño, la familia regresó al esenciero pueblo del Alto Uruguay donde José Luis concesionaba la cantina del Club Social. Unos meses más tarde, ante la posibilidad de instalar su propio negocio, se trasladaron al Kilómetro 34 de la ruta 13, una estricta zona rural. Allí habitaron una modesta casa-almacén de madera, al lado de un galpón de acopio de productos agrícolas (tabaco, esencia de citronela, maíz y poroto). A mitad del año lectivo de 1971 la familia Zuetta-Rosa se trasladó a Oberá, en la que moraba gran parte de su familia materna. El brusco cambio de la escuelita adventista rural a una estatal urbana significó un gran cambio para Antonio Virgilio. Todo era novedad para el niño de apenas 9 años: la proximidad de los vecinos, el diseño de una ciudad armada por cuadras y manzanas, la canchita de fútbol del barrio y las fiestas con la numerosa parentela.Tras un breve paso por Posadas para cursar sus estudios terciarios, regresó a Oberá, en donde junto al músico popular
Mauricio Ferver presentó su primer concierto de canciones propias. Fue el 23 de diciembre de 1983. Tras ejercer la docencia en Oberá durante tres temporadas, en 1986 se trasladó a trabajar a Puerto Rico; pero en 1987, a partir de una serie de presentaciones junto al cantante Claudio Bustos, decidió abandonar la tarea educativa para intentar el camino del arte. Su natural relación con la literatura y el estudio de las obras de referentes de la música folklórica argentina y latinoamericana lo estimularon a multiplicar la composición de canciones.En noviembre de 1991 se trasladó un mes a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires para grabar su primer larga duración: “Canción Desnuda”, que se publicó en abril de 1992. Las repercusiones positivas de la presentación de este trabajo le permitieron acceder a la difusión masiva de sus canciones y a participar de la mayoría de los festivales en toda la provincia. Así su historia fue tomando forma y se convirtió hoy en uno de los más fervientes tranportadores de la cultura mbyá guaraní.





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