PEKÍN, China (Medios Digitales). El presidente de China, Xi Jinping, y el primer ministro japonés, Shinzo Abe, celebraron un largamente esperado encuentro en Pekín, tras dos años de conflicto entre las dos potencias asiáticas, aunque dejaron claro que las distancias para una reconciliación total aún son grandes.Tras un apretón de manos en el que mostraron un semblante serio, Abe y Xi mantuvieron en el Gran Palacio del Pueblo una reunión entre líderes de los dos países que no se producía desde mayo de 2012, cuando los entonces primeros ministros, Wen Jiabao y Yoshihiko Noda, se encontraron también en Pekín.El encuentro organizado sin anuncio previo y a petición de la delegación japonesa, se produjo en las horas previas a la participación de ambos mandatarios, en la cumbre de economías del foro Asia-Pacífico (Apec).En la reunión de esta jornada, el presidente chino mostró que aún hay divergencias bilaterales, al señalar que China “espera que Japón siga el camino del desarrollo pacífico y adopte unas políticas militares y de seguridad prudentes”, distintas a las encaradas por Tokio. Conflicto por los islotes Las relaciones políticas entre ambos países quedaron prácticamente paralizadas en septiembre de 2012 a raíz de la adquisición, por parte del Gobierno nipón, de tres islotes del archipiélago que hasta entonces se encontraban en manos privadas. Entonces, Pekín acusó a Tokio de violar un pacto de caballeros de no alterar la situación en la cadena de islas. Por su parte, el Gobierno japonés replicó que actuaba así para evitar que los islotes pasaran a ser propiedad del extremista Shintaro Ishihara.China declaró hace un año una zona de identificación de defensa aérea en un espacio que incluye las Diaoyu/Senkaku, mientras que patrullas marinas y aéreas de las dos naciones han protagonizado numerosos episodios de tensión en torno al archipiélago, entre temores a que uno de estos incidentes pudiera degenerar en algo más grave y dejar la situación fuera de control.Para celebrar el encuentro de ayer, China exigía que Japón reconociera la existencia de una disputa formal de soberanía. También reclamaba que no se repitiera la visita que Abe efectuó el año pasado al santuario de Yasukuni, donde se honra a los caídos en conflicto, entre ellos varios criminales de guerra, y que China ve como un símbolo del militarismo japonés.





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