FACHINAL. A escasos 46 kilómetros de la capital provincial, un pueblo de poco más de 800 personas se movilizó para recibir a más de 4.000 visitantes y deleitarlos con la Tercera Edición de la Fiesta del Cordero Serrano, el encuentro que cambió al municipio, coinciden todos, por el valor que supo darle a uno de sus productos madre y, por sobre todo, a sus habitantes, que por muchos años permanecieron olvidados por los misioneros.La fiesta nació a partir de la percepción de la poca utilidad y rentabilidad en la cría de corderos, una actividad que no estaba promocionada. “La lana se quemaba, los perros salvajes atacaban los rebaños”, destacaron los organizadores, a la par del objetivo de dar a conocer al municipio, que por muchos años se lo señaló como “el lugar del basural”. “Así surgió esta idea, para que se conozca a Fachinal y se dignifique a sus habitantes, así el pueblo se conoce por algo productivo, se identifica con algo que se derrama en valor agregado y beneficios para todos, puesto que los lugareños no abonan por los stands y mucho menos por el ingreso, porque la fiesta es para ellos, y las familias humildes encuentran estos días la oportunidad para comercializar sus empanadas, pan casero, espetos, artesanías, lo que puedan elaborar para vender”, explicaron. En esta oportunidad se ubicaron 28 stands.Fueron muchas las tareas que debieron llevarse adelante para que el disfrute sea el denominador común. En principio, el camino de ingreso, por donde se deben transitar alrededor de ocho kilómetros por tierra. Allí se hizo un trabajo de compactación que soportó las lluvias que se abatieron sobre la zona hasta el viernes por la mañana, y que permitió que las aproximadamente 4.000 personas que quisieron acercarse a la fiesta pudieran hacerlo con normalidad.Cabe mencionar que en la primera edición del encuentro, en 2011, se prepararon poco más de cincuenta corderos a la estaca; en 2012 apostaron a vender 120, pero -al igual que el año anterior- resultaron pocos.Ayer, 300 estacas se asaron a fuego lento y sin embargo antes del mediodía ya estaban reservadas por los visitantes que se dieron cita desde toda la provincia, que disfrutaron además de un gran espectáculo de doma, que debió ser retrasado por un corte de energía eléctrica programado por la prestataria Emsa.Cuando el sol comenzaba a picar, hombres, mujeres y niños se congregaron frente al campo de doma, donde habilidosos jinetes, como Walter Cabral, Ariel Rolón, Alejandro Salazar, Eduardo Flores y Gustavo Correa intentaron mantenerse sobre los lomos de magníficos ejemplares equinos como “Mariposa”, “El Gato” o “Curandaí”.





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