PUERTO IGUAZÚ. Un dramático y lamentable desenlace tuvo la búsqueda de su familia biológica por parte de una menor adoptada, ya que terminó siendo víctima de abuso sexual por sus propios parientes, señalaron fuentes oficiales. El caso fue denunciado en la localidad de Andresito, sin embargo fue perpetrado en Puerto Iguazú. Todo comenzó, de acuerdo a los voceros, cuando una adolescente de trece años comenzó a indagar y también a averiguar por su cuenta acerca de sus padres biológicos. Debido a que sus parientes adoptivos consideraron que estaba en su derecho de conocer a quienes le habían dado la vida, permitieron a la menor contactarse, al parecer vía telefónica en primera instancia. El objetivo de la familia que la cuidó y se encargó de su educación desde muy pequeña era que restableciera el vínculo con sus consanguíneos. Fue por eso que le habrían permitido viajar desde Andresito, donde la chica reside, hacia la turística ciudad de las Cataratas, precisó la misma fuente. El propio hermano biológicoUna vez llegada a Puerto Iguazú, la menor se habría alojado en la vivienda de sus padres biológicos por un lapso de tiempo no determinado, con la intención de regresar luego a su familia adoptiva, indicó un portavoz del caso. En esa circunstancias, y por cuestiones que se investigan, la adolescente fue a vivir bajo el mismo techo con un hermano mayor, también biológico, de unos 20 años. Fue allí, según se desprende de la denuncia, que se produjeron los abusos sexuales. Una vez al tanto de lo sucedido la Policía fue en busca del acusado, quien no se encontraba ni en su domicilio ni en su trabajo y tampoco en los lugares que solía frecuentar. Se ordenó un allanamiento en busca de evidencias, aunque no trascendió el resultado de dicha medida judicial. “El sujeto prácticamente desapareció”, reveló uno de los investigadores de la Unidad Regional V de Policía a este diario. No obstante, se encuentra plenamente identificado por los pesquisas. En las próximas horas no se descarta que la adolescente declare ante la Cámara Gesell, con la presencia de un gabinete de psicólogos del Poder Judicial. Interviene en el hecho, calificado en forma preventiva como “abuso sexual calificado por el vínculo”, el magistrado Juan Pablo Fernández Rissi, quien se desempeña al frente del Juzgado de Instrucción 3 de Puerto Iguazú.





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