POSADAS. Un aniversario más del barrio Miguel Lanús se cumplirá mañana, 28 de octubre. Serán ya 110 años de su creación y aprovechando esta fecha tan grata para los vecinos, en la voz de la historiadora y escritora Gloria Torres Lanús, los vecinos piden que se cumpla la promesa de la Entidad Binacional Yacyretá (EBY) de rescatar como Patrimonio Histórico la vieja estación de trenes del lugar. PRIMERA EDICIÓN recorrió la zona junto a la descendiente del fundador Leopoldo Lanús, quien reconoció que “según las palabras del titular de la Entidad, Oscar Thomas, el edificio histórico será recuperado para convertirlo en un espacio cultural. Seguramente los salones tendrán elementos históricos, exposición de fotos de la historia de nuestro barrio y otros atractivos turísticos”. Si bien esto fue lo que se dijo en varias oportunidades, Gloria Torres Lanús de Novaresio advierte que todavía “no se está haciendo nada”, aunque “también me comentaron que la obra de la nueva estación de trenes estaría por comenzar. Realmente es una necesidad para nuestro barrio contar con nuestro lugar histórico, además de tener por fin la nueva estación de trenes funcionando a pleno y recibiendo a los pasajeros como antes”. Otro dato que aportó la escritora de la historia del lugar es que “el cartel de hierro puro, que data de no menos de cien años, está tirado a la vera de la nueva costanera y es una pena que se estropee porque es único e irrepetible. Tiene un valor histórico muy importante, es la muestra de que allí era la estación Miguel Lanús. Este diario confirmó con imágenes que, efectivamente, el cartel está tirado entre los yuyos, pero resulta imposible levantarlo manualmente, ya que pesa muchísimos kilos, y se requiere de una maquinaria especial. Por ahora, Gloria Torres documenta y pide “especial atención a nuestros valores culturales, pues es lo poco que nos queda de todo lo que fue el casco histórico, ya que la llegada de la represa y la costanera han quitado mucho de todo”. Por ahora, mientras los vecinos recorren el lugar, pueden ver que en el sector donde se asentará la nueva estación hoy hay una canchita de fútbol. “Es allí donde me aseguraron que sería la nueva obra (comenta Gloria) y por eso es que se realizó este puente colgante que desemboca en la costanera, para dar paso a los colectivos que trasladarán luego a los pasajeros”. Por ahora son promesas que no se cumplen, pero los vecinos creen que para 2016 ya tendrán la estación-museo y la estación de trenes nueva funcionando. Un pionero en molinos de vientoFue en el verano de 2009 cuando la topadora ingresó al casco de la estancia que Leopoldo Víctor Lanús llamó San Miguel. Arrasó con todo lo que había allí, mientras los vecinos intentaban rescatar algo y así fue que Don Olmedo solicitó quedarse con el molino de viento y lo llevó a su propiedad, ubicada en el mismo barrio Miguel Lanús. La historiadora Gloria Torres Lanús investigó y supo que en 1874 Miguel Lanús, el padre de Leopoldo, recibió la patente de los molinos de marca Corcoran y uno de esos está acá en nuestra zona. Era el único representante en la Argentina, pues Miguel Lanús era un acaudalado comerciante que viajó a Chicago (Estados Unidos), a una feria de maquinarias agrícolas, y su visión futurista lo llevó a importar esos molinos. Su comercio -donde vendía los molinos Corcoran- estaba ubicado en la calle porteña de Rivadavia al 369; también tenía otra casa comercial al 1224. En la revista Caras y Caretas se publicó como “curioso molino hídrico introducido en 1874 por Lanús y Roldán, este último era su socio y padre del reconocido poeta Belisario Roldán. Juntos comercializaban toda clase de máquinas e instrumentos de arte industrial y de usos domésticos, de venta al por mayor y menor”. El molino funcionaba en la estancia de la familia Lanús, en lo que se denominaba Villa Miguel Lanús en sus inicios. Y Gloria Torres recordó también que fue Don Miguel Lanús uno de los fundadores de la Sociedad Rural Argentina, que evidencia su interés por todo lo referente al campo. Como no se tienen mayores datos de cómo llegó el molino a Posadas, Gloria cree que el padre de Leopoldo se lo habría regalado para que lo instale en su nuevo emprendimiento, junto a su familia. Son muchos los detalles que se van tejiendo en palabras y perdiendo en lo material. El legado de Don Leopoldo Víctor Lanús Según los registros de la historiadora posadeña Gloria Torres Lanús de Novaresio, bisnieta del fundador del asentamiento y tataranieta de quien lleva el nombre de Miguel Lanús, todo surgió a partir de la llegada al lugar de Don Leopoldo Víctor Lanús, a principios del siglo XX. Este hombre reconocido a veces como un caballero, era oriundo de Capital Federal y llegó a nuestras tierras movido por el mismo impulso colonizador de su primo, el gobernador Juan José Lanusse. El 28 de octubre compró el inmueble conocido como Villalonga, que pertenecía a Candelaria y hoy es Posadas. Por ordenanza municipal, decretada en 2001 por el Concejo Deliberante de Posadas, el aniversario del barrio conocido como Villa Lanús sería en esa fecha.Esa propiedad constaba de 852,15 hectáreas y lindaba con el río Paraná y el arroyo Zaimán al norte, con el arroyito Laguna al sudeste, hacia el sudoeste con lo que hoy es la ruta nacional 12 (entonces era el camino que comunicaba Posadas con Apóstoles) y hacia el oeste con los terrenos de Emilio Poujade. Allí, Don Leopoldo construyó su casa y estancia San Miguel, en inmediaciones de la estación de ferrocarril que pidió expresamente que se llamara Miguel Lanús en homenaje a su padre. Hoy, todo lo que fue la propiedad de Don Leopoldo es lo que se conoce como Miguel Lanús. Con el paso de los años, en la década de 1990, las áreas rurales de la periferia de Posadas comenzaron a poblarse con barrios de relocalizados por la represa hidroeléctrica Yacyretá y en 1993 se instaló la Facultad de Ciencias Económicas en el Campus Universitario, lo que desató un fuerte crecimiento urbanístico y constructivo en la zona. Leopoldo Víctor Lanús (descendiente de inmigrantes franceses) compró las tierras en 1904 y a partir de 1910 comenzó a gestionar la mensura del campo de su propiedad e
n la Dirección General de Tierras de Corrientes. Posteriormente llegaron los primeros pobladores, criollos e inmigrantes polacos y ucranianos, que se abocaron a tareas agrícolas, ganaderas, industriales, lecheras y olerías.Don Leopoldo, quien paseaba por su estancia y recorría las tierras, atraía las miradas con su porte señorial, con sus grandes y prolijos bigotes que en la época daban fe de sus raíces europeas. Curioso y amante de la naturaleza, llegó a tener entre sus animales predilectos un yaguareté, al que tuvo como mascota y con la que se hizo retratar, pues sabía de su peculiar atractivo. Leopoldo, además de criar animales y dedicarse a la compra y venta de ganado, también cooperó con el abastecimiento de la zona. Con los años logró convertir el lugar en Miguel Lanús y es allí donde se desempeñó como juez de Paz y encargado del Registro Civil con asiento en Garupá. Cuando Leopoldo tenía 37 años, se casó con María Concepción (Conchita) Ricci, quien era oriunda de Itatí (Corrientes). Del matrimonio nacieron Néstor Ignacio, Blanca Dolores, Samuel Norberto y Margarita Victoria.Al fundador se lo recuerda por haber donado los fondos además de lotes para construir la estación de trenes, la capilla Sagrado Corazón de Jesús construida en 1910, la comisaría y hasta el hospital psiquiátrico. Gloria Torres, su bisnieta, recorre casi a diario la tierra que pisó su bisabuelo y se emociona una y otra vez, al recordar cómo todo fue cambiando y todo lo que se fue perdiendo con el tiempo. En la imagen principal de esta página se la puede ver junto al busto de su bisabuelo, mientras cuenta que también logró rescatar una madera de uno de los tantos árboles que se alzaban en la estancia de la familia. Actos mañana y el sábadoLa Escuela 269, ubicada en la avenida General Perón y Belgrano, será sede del acto protocolar que se llevará a cabo mañana a las 9 en Miguel Lanús, para conmemorar la histórica fecha de su 110º aniversario. Allí se presentará la insignia de Miguel Lanús aprobada por la ordenanza 3064/12 y que lleva los campos, el pupitre que simboliza a la Universidad, la vías férreas sinónimo de trabajo, el sol que ilumina a sus hijos y el río Paraná, fuente de riqueza inagotable. Así lo explica la escritora e historiadora Gloria Torres, quien presentará una muestra fotográfica documental y bibliográfica, y cerrará con un video documental del barrio. Paralelamente, Gloria Torres entregará dibujos de la insignia en blanco y negro para que los alumnos le den color, así podrán reconocerla en su totalidad. Los diez primeros en pintarla recibirán libros y otros obsequios de premio. También podrán tener el libro de la historia de Miguel Lanús Ciudad Universitaria, escrito por Gloria Torres.Asistirán los alumnos, el equipo docente y no docente de la escuela, vecinos y el público en general que también está invitado a conocer un poco más de esta apasionante historia. El 1 de noviembreTambién está previsto, desde la comisión de Cultura de Miguel Lanús, un acto que se llevará a cabo el próximo sábado 1 de noviembre y que comenzará a las 18 en la plaza Arturo Illia. En ese momento, el sacerdote Roberto Bobadilla bendecirá la ceremonia para luego dar paso a los grupos de danzas típicas, pertenecientes al centro cultural. Paralelamente habrá exposición de artesanías y ferias de platos a cargo del grupo de Mujeres Emprendedoras de Miguel Lanús. A las 20 comenzarán las actuaciones de diferentes grupos musicales como La Misión, Cumbia Norteña, Susana Moreno, Magalí Santander y otros artistas que confirmarán su presencia, según lo adelantó el presidente de la Comisión de Cultura, Eugenio Cantero.





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