SAN VICENTE. Hace unos seis meses un grupo de vecinos de esta ciudad se reunió con un solo fin: trabajar para mejorar la vida de los animales en situación de abandono o maltrato, principalmente los perros y gatos que son las mascotas que más proliferan. Se denominaron “Por los que no hablan” haciendo alusión a que los animales no tienen como quejarse por los maltratos.En forma particular cada uno hacía lo que podía para defender a los animalitos, pero luego de que se agruparon comenzaron a tener más fuerza y valentía para enfrentar el flagelo del maltrato de los dueños. Muchas veces se enfrentan a vecinos inescrupulosos o irracionales que tienen a sus mascotas en estados deplorables. Su misión es devolverles la vida a esos pobres animalitos.El fuerte de su campaña es incentivar a la castración de las mascotas, para eso colocan afiches en las escuelas, comercios, iglesias y otros lugares que lo permitan, mostrando fotos de animales que fueron maltratados y recuperados por ellos e incentivan a que cada uno que tiene una mascota lo haga castrar.Desde la Dirección de Bromatología, calidad de vida y Zoonosis de San Vicente se realizan castraciones de perros y gatos en forma gratuitas. Por la falta de personal y profesionales en el rubro, lo hacen únicamente los lunes y martes a la mañana. Mediante un proyecto de ordenanza que el movimiento envió al Concejo Deliberante hace dos meses, pretenden que el municipio incorpore un profesional más al área para aumentar la cantidad de castraciones.La propuesta de “Por los que no hablan” es la incorporación de un veterinario al área para que trabaje en horas vespertinas o bien que la Municipalidad implemente un convenio o sistema de contrato con los veterinarios particulares para que hagan una cantidad determinada de castración en forma gratuita por mes. Esto elevaría la cantidad de castraciones ya que en bromatología no dan abasto. Y esperan que en los próximos días, o antes que terminen las sesiones ordinarias de este año lo aprueben.Promover las castraciones de las mascotasEn un escrito que los integrantes del grupo envió a PRIMERA EDICIÓN expresan “a pesar de muchas contras, a pesar de chocar con muchos muros, personas que parece que no entienden que se está yendo de las manos el control de los nacimientos no deseados de los pobres animalitos. Siguen negándose a llevarlos a castrar por aseveraciones tan retrógradas como decir “dejale que disfrute…, tiene que tener una cría…, al macho no hace falta castrar, u otras frases que son mitos. En una progresión una perra en siete años puede dejar una descendencia de cinco mil cuatrocientos treinta y dos cachorros y una gata en ese mismo período quinientos diez mil. ¿No es suficiente motivo para pensar?”.Destacan además el trabajo que hacen algunas personas como “los trabajadores del área de bromatología que nos atienden cada vez que vamos con las mascotas, los que ponen sus vehículos particulares para transportar a los animales hasta bromatología o la veterinaria, a los profesionales veterinarios que nos hacen descuentos cuando llevamos a un animal accidentado o una castración, los vecinos que denuncian a los inescrupulosos que maltratan a los animales, los policías que también van a las casas de los vecinos a ayudarnos a rescatar a los animalitos maltratados y a los que nos ayudan a pagar los gastos del tratamiento”.Por otro lado, el movimiento alerta que si no se controlan los nacimientos de los perros y gatos callejeros esto genera un peligro para la integridad física de los ciudadanos, ya que hay registrado ataques de perros a personas en el centro de la ciudad y también atentan contra la salud de la población.





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