POSADAS. La defensa técnica de Diego Cantallops Simonetto, uno de los dos imputados por el crimen de Iván Mercol (22), integrada por el exjuez José Luis Rey y la abogada defensora Mónica Olivera, deberán alegar mañana en el marco del juicio oral y público que se desarrolla en el Palacio de Justicia provincial. Ambos letrados expondrán los argumentos y fundamentos que a su criterio dejan en claro la absoluta inocencia de su defendido. Si bien aclararon que no pueden adelantar el contenido de su alegato tras el extenso debate, que comienza hoy a transitar su última etapa (ver recuadro), manifestaron a PRIMERA EDICIÓN algunas opiniones de lo que dejó la instancia de presentación de pruebas y testimonios.En primer término, Rey explicó que “esta causa tiene una impronta negativa y nos dejó como experiencia que hubo muchas irregularidades en el trámite instructorio. Hubo despreocupación en el manejo de numerosas cuestiones en la fase de investigación, los peritos no contaban con algunos reactivos para determinar grupos sanguíneos o para efectuar ADN. La Policía siempre estuvo un paso atrás del proceso investigativo, y hay muchos ejemplos, como ser que llegaron al hospital y la ropa de la víctima ya había sido entregada a sus familiares, rompiendo la cadena de custodia y perdiendo validez la prueba. Estas prendas de vestir podrían haber permitido un posible cotejo de muestras genéticas”. Por su parte, Mónica Olivera recordó que “los familiares de la víctima solicitaron al juez instructor (Eduardo D’Orsaneo) poder realizar una pericia de parte. Más precisamente pidieron que un reconocido médico forense de la Corte Suprema de Justicia, Osvaldo Hugo Raffo, evalué la pericia de los facultativos del Cuerpo Médico Forense de la provincia. Los resultados se dieron a conocer públicamente y a través de los medios por el abogado de la familia Mercol. Además, el propio padre de la víctima, Mauricio Mercol, dio a conocer el resultado del diagnóstico de Raffo a través de medios locales, que entre otras conclusiones afirmó que la muerte se produjo por una rotación o desnucamiento”.“Lo llamativo de todo esto es que, una vez que se supo la mecánica de la lesión, la familia se retiró de la causa como actor civil. Otro punto que llama la atención es que la pericia de uno de los médicos forenses considerados como uno de los mejores del país no fue incorporada al expediente”, se extrañó.Seguidamente la abogada agregó que “durante el juicio se le preguntó a Mercol por qué dio a conocer públicamente la pericia y negó haberlo hecho: dijo que lo único que solicitó fue una opinión y nada más. Al respecto tenemos como evidencias las manifestaciones públicas de Mercol a pocos días del hecho y del abogado de la familia, que fueron realizadas en diarios locales. “La botella es inexistente”El exjuez penal José Luis Rey aclaró también que “lo de la botella (con la que algunos testigos dijeron que fue golpeado Mercol) es inexistente y es algo en lo que se acaballó la prensa, lamentablemente nos hizo perder mucho tiempo en la instancia del juicio. Lo único que hizo fue aportar mayor confusión. Es más, la botella no existió y ya fue descartada en la etapa instructoria, cuando la fiscal de Instrucción confeccionó la hipótesis de su elevación a juicio, este elemento no figura”. “Un testimonio innecesario”Con respecto a los testigos que declararon durante el debate, Rey refirió que “la fiscal anterior de la causa convocó a muchos testigos e inútilmente. Hubo muchas contradicciones y testimonios realmente incomprobables, que rozaban lo pintoresco, como el testigo que dijo ser amigo de la víctima y estar a un metro de distancia de él cuando lo agredieron y sin embargo no intervino para ayudarlo. Ese mismo joven luego fue puesto en evidencia por otro testigo, que dijo que anduvo preguntando qué había pasado a la salida del boliche y que se enteró de lo sucedido a través de un llamado telefónico al otro día del hecho y cuando estaba pescando”. “Yo creo que la estrategia de la fiscal anterior apuntaba a aportar una cuota de dramatismo, como si estuviéramos en un juicio por jurado. La actual representante del Ministerio Público Fiscal (Yolanda Mazal de Mass) realmente no contó con tiempo suficiente para citar ella a los testigos que hubieran sido relevantes”, evaluó el letrado. En ese sentido, se mostró “totalmente convencido de que las dos últimas testimoniales del juicio (la declaración de los padres de Mercol) no se tendrían que haber producido. No aportaron absolutamente nada al hecho y no tienen nada que ver con el caso, fue una cuota de dramatismo que tiene siempre una impronta de quien la predispone, en este caso la fiscal anterior. Estas situaciones son dramáticas para cualquiera, pero al momento de resolver, en la Justicia no puede primar lo emotivo sobre lo racional, porque estaríamos haciendo una negación de lo que es un proceso regularmente llevado conforme a derecho. No puedo condenar a alguien porque me sensibiliza una situación”, remarcó. La abogada Olivera insistió en que “durante el debate nadie vio cómo se produjo el hecho, solamente vieron el desenlace. Aquí hay una cadena de encubrimiento y corrimiento de personal de seguridad del boliche donde sucedieron los hechos. La Policía no preservó la escena y a la fecha, casi terminado el juicio, no sabemos quien fue la persona o empleado del local que sacó o redujo a Ivan Mercol, tampoco sabemos quien saco a Cantallops. Nadie de los patovicas que declararon se hizo cargo”. “Aquí los testigos se transmitieron la información que les comunicaron los abogados de la familia en su momento. Cantallops no formaba parte de la situación de conflicto, hubo encubrimiento y muchas contradicciones entre el personal de seguridad. Tenemos datos difusos, de lo colectado hasta el momento por testimonios, de quién fue el famoso patovica que agarró a Mercol. Tenemos datos referenciales pero ninguna certeza, que es lo que no hubo durante el juicio”, añadió. Por último, Rey resaltó que “un juicio oral de esta magnitud y con la posibilidad de tanta publicidad tiene que servir para que se advierta en el futuro cuáles son los errores que se producen. Por ello se debería convocar, por ejemplo, en un futuro, al fiscal de Instrucción de una causa, para que de esta manera pueda saber qué sirve y qué no y eventualmente cuál es el camino a seguir para no cometer errores”. Tiempo de a
legatos Hoy a partir de las 9 en el Salón de Usos Múltiples del Palacio de Justicia, sobre la avenida Santa Catalina al 1700, tendrá la palabra para brindar su alegato la representante del Ministerio Público Fiscal, Yolanda Mazal de Mass. Acto seguido será el turno de la defensa de uno de los dos imputados, Sebastián Ruiz, encabezada por el letrado Hugo Zapana, con colaboración de su colega Ariel Belda Palomar.Mañana, en tanto, continuarán los alegatos, presumiblemente en el mismo horario, aunque será el turno de los abogados José Luis Rey y Mónica Olivera, defensores de Diego Cantallops Simonetto. En cada una de las jornadas habrá tiempo para la correspondiente réplica y dúplica, en caso de ser necesario. Al respecto, el juez unipersonal (titular del Juzgado Correccional y de Menores 2 de Posadas), César Jiménez aclaró que cada alocución no deberá superar las dos horas de extensión.Ese mismo viernes se conocerá el esperado fallo del magistrado, que podrá condenar o absolver a los imputados, mientras que una semana después, el viernes 17 de octubre, se procederá a la lectura de la sentencia con los correspondientes fundamentos.Según el expediente, el episodio sucedió cerca de las 6 del domingo 19 de marzo de 2006 en el local nocturno de la avenida Corrientes al 2.300, en momentos en que el boliche cerraba sus puertas.Al parecer, en el pasillo de salida, Mercol se cruzó con Ruiz, con quien inició una discusión que estaría vinculada a una exnovia. Fue en ese momento que Ruiz -siempre al decir del relato fiscal- lanzó tres golpes de puño a la víctima, dos de los cuales acertaron en la cabeza del joven estudiante. En ese momento también se sumó a la agresión Diego Cantallops, quien vio que forcejeaban y resolvió intervenir “para defender” a su amigo, como declaró en su momento ante la Justicia. Fue entonces que -según testimonios- le partió una copa de vidrio en la cabeza y lo golpeó también con sus puños. Mercol sufrió graves heridas y fue trasladado a distintos centros asistenciales, donde finalmente falleció alrededor de las 17 de ese día.





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