OBERÁ. El dictamen no es vinculante y la jueza no está obligada a resolver en el mismo sentido, pero sí constituye un indicio fuerte acerca de lo que puede ocurrir. El fiscal del Juzgado de Instrucción 1 de esta ciudad, Elías Bis, opinó que el militar vinculado con la masacre de Panambí debería ser beneficiado con la falta de mérito y excarcelado, en virtud de que los indicios existentes en la causa no son suficientes para mantenerlo privado de su libertad.El dictamen del representante del Ministerio Público Fiscal se conoció ayer. No obstante, la jueza Alba Kunzmann de Gauchat tiene la última palabra respecto del destino del suboficial del Ejército Argentino.De concretarse el sobreseimiento definitivo de este hombre, quedaría al descubierto la ligereza con que se procedió con él, tratándose de uno de los episodios más graves en la historia criminalística de la provincia.De no aparecer un indicio de peso a último momento, un as en la manga de los investigadores, lo que hay en contra de Bueno realmente, hasta aquí, es muy endeble; muy pobre.No es un dato menor. Podría traer consecuencias enormes para el Estado, sobre todo por daños y perjuicios.El abogado defensor, Rodolfo Riotorto, insistió en varias oportunidades con el pedido de excarcelación de su cliente, pero la posición del Juzgado de Instrucción 1 de Oberá fue aguardar los resultados de ADN para avanzar en ese sentido.Ahora arribaron esos resultados y es de esperar que la Justicia resuelva con celeridad e idoneidad.Otro que avanzó en esa dirección fue el abogado Ramón Moisés Grinhauz, responsable de la defensa técnica del mecánico chapista Marcial Venicio Alegre.El letrado interpuso dos planteos en simultáneo: por un lado, pidió la nulidad de la llamada telefónica que orientó la investigación hacia su cliente y por otro, la excarcelación.Al parecer, no correría la misma suerte que el militar. La Justicia cree que no es casualidad su amistad con el exprefecturiano Pablo Paz. Es más, sostiene que lo alertó de que la Policía allanaba su domicilio, el día siguiente a la masacre.Además, abriga la hipótesis de que si no se entregó voluntariamente, después de estar nueve días prófugo, es porque tiene relación con el hecho.La masacre se produjo el 25 de mayo pasado, en Panambí. Carlos Knack, su esposa Graciela Mojsiuk y sus hijos Bianca (12) y Cristian (25) fueron brutalmente golpeados y quemados vivos. Antes de morir, las víctimas alcanzaron a contar que los asesinos fueron cuatro o cinco.





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