RIO DE JANEIRO, Brasil (Agencias y diarios digitales). Las acusaciones de corrupción entre la presidenta Dilma Rousseff, y el candidato a las presidencial por el Partido de la Social Democracia (PSDB), Aécio Neves, monopolizaron el tercer debate televisivo, esta vez organizado por la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil.A pesar de contar con la presencia de la candidata del Partido Socialista (PSB), Marina Silva, que será el mayor obstáculo para la reelección de Rousseff el próximo 5 de octubre, la candidata opositora se mantuvo en un segundo plano. Aécio Neves, el tercero en discordia, sacó a relucir el tema de la corrupción en Petrobras afirmando que los “brasileños se sienten avergonzados e indignados” en un clara referencia a la prisión del exdirector de Petrobras, Paulo Roberto Costa, vinculado al partido de Dilma, el Partido los Trabajadores (PT).“Como presidenta de la República, siempre insistió que era ella la que mandaba en la empresa (Petrobras). Con la llegada de este caso el Mensalao parece algo menor”, afirmó Aécio echando mano del casi olvidado escándalo del “Mensalao”, una red de sobresueldos entre los miembros del PT, que salpicó al gobierno de Lula.Rousseff respondió enérgicamente y aseguró que fue la “Policía Federal de su gobierno la que investigó a Petrobras” y que “si se descubren actos de corrupción ilícitos es porque el PT no barre para debajo de la alfombra”.Aprovechando el encontronazo entre Dilma y Aécio, Silva enmendó algunos de los errores de las últimas semanas, al ser acusada de poco solidaria, y defendió una propuesta por la que en caso de ser elegida dedicaría el 10% de los impuestos federales a la salud y escuelas primarias.“Para el Brasil que queremos es fundamental que el Estado acabe con la corrupción y ponga a disposición los recursos necesarios para salud, educación, seguridad pública y para mejorar la vida de todos los brasileños”, concluyó.Por último, Dilma Rousseff quiso dejar claro el legado de los doce años de gobierno del PT: “Quien va a ganar las elecciones es quien cambió Brasil, quien combatió el hambre y la miseria en este país, quien redujo la desigualdad social, quien enfrentó la crisis y defendió el país”.Temas polémicos como la despenalización del uso de la marihuana, el aborto y el matrimonio homosexual, traídos al debate en las preguntas de los obispos y la prensa de orientación católica, fueron esquivados por los principales candidatos y abordados más por los aspirantes menores.En lo que todos coincidieron fue en la reforma política propuesta por el Episcopado y cuyo documento fue entregado en el debate a los candidatos -con representación en el Congreso- de los once que disputarán la Presidencia.Según la última encuesta del Instituto Brasileño de Opinión Publica y Estadística (Ibope), Rousseff lidera las intenciones de voto con un 36% mientras que Silva acapara el 30% y Neves se sitúa tercero con un 19%.





Discussion about this post