POSADAS. Claudia Bogarín, una delegada de los trabajadores de las Ruinas de San Ignacio, denunció una serie de irregularidades y apuntó como responsable al ministro de Turismo, Sergio Dobrusin, y la directora del Programa Misiones Jesuíticas, Laura Lagable.“Hay un personal que hace dos años quedó cesante, gracias a la organización hemos logrado que lo vuelvan a contratar desde el 1 de septiembre, pero ahora por orden de la directora del Programa Misiones Jesuíticas, Laura Lagable, le han enviado nuevamente a su casa hasta tanto le llegue la disposición firmada por el arquitecto Dobrusin, con el nuevo horario y lugar de trabajo”, señaló Bogarín.“Nuestra inquietud es que lo enviaron a su casa a que espere para ir al nuevo lugar de trabajo. No aceptamos que le cambien de trabajo ni horario, porque estaba trabajando a la mañana en San Ignacio, consideramos que esta es una persecución”, señaló.La mujer describió que en los últimos tiempos han logrado, con mucha lucha, que el nuevo ministro de Turismo cumpla con diez pases a planta permanente y diez contratos con relación de dependencia a trabajadores que estaban en condición de monotributistas. “Pero quedan deudas pendientes”, indicó.Por otra parte, Bogarín denunció discriminación, al señalar que “a la gente organizada de ATE (Asociación de Trabajadores del Estado) le hacen descuento de presentismo, en cambio los que responden a la patronal pueden faltar las veces que sea necesario y no les descuentan”.Además acusó a la patronal de efectuar un triple control sobre los trabajadores: “Somos personal de la administración pública y nuestra asistencia la marcamos de manera digital, pero a ese control le suman las cámaras de seguridad y encima de esto, con un grupo de personas que en su momento fue contratado para cuidar el patrimonio y hoy pasó a formar parte también del control de entrada y salida del personal”.Que continúe el diálogoFinalmente la gremialista pidió que se continúe la mesa de diálogo con las autoridades políticas “en el ámbito del Ministerio de Trabajo, para que se transparenten las discusiones. Nosotros respetamos el pedido de mantener la paz social entre ambas partes, que nos hizo el ministro Dobrusin, pero hay puntos pendientes y exigimos que se cumpla con lo pendiente”. Entre estos reclamos que todavía falta resolver enumeró: “Faltan más pases a planta, más contratos con relación de dependencia, y pedimos un adicional para repartir entre los trabajadores del 60% de lo recaudado en el ingreso a las Ruinas, porque nuestro salario es mísero, de apenas 4.000 pesos”, finalizó la mujer.





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