BAGDAD, Irak (Agencias y diarios digitales). El presidente estadounidense, Barack Obama, llamó ayer a evitar “los errores del pasado” en la campaña militar para frenar al EI en Irak y Siria. “Tenemos que usar nuestro poder sabiamente. Tenemos que evitar los errores del pasado. El poder militar estadounidense es incomparable, pero esto no puede ser solo la lucha de Estados Unidos (EEUU)”, dijo en su alocución de los sábados.Obama anunció el miércoles la ampliación de su campaña contra el EI a Siria y el envío de 475 militares más a Irak, una operación que no requerirá en ningún caso el despliegue de tropas terrestres estadounidenses en suelo extranjero. “La mejor manera de derrotar a un grupo como el EI no es enviar un gran número de fuerzas de combate estadounidenses a librar una guerra terrestre en el centro de Oriente Medio. Eso no serviría para nuestros intereses”, esgrimió ayer.Obama insiste en marcar distancias con las intervenciones de EEUU en Irak y Afganistán y con la estrategia seguida entonces por su predecesor George W. Bush. “Quiero que los estadounidenses entiendan que este esfuerzo será diferente a las guerras de Iraq y Afganistán”, subrayó en su alocución el pasado miércoles desde la Casa Blanca y emitida en horario de máxima audiencia en el país. Obama quiere que la intervención estadounidense para vencer al EI se limite a ataques aéreos y al apoyo a las fuerzas terrestres que luchan contra los yihadistas en Iraq (tropas iraquíes y kurdas) y en Siria (la oposición moderada). La otra clave de la estrategia en la que busca desmarcarse de Bush es en el multilateralismo de la operación. El presidente estadounidense trabaja para liderar una coalición lo más amplia posible de países para combatir juntos al Estado Islámico.Kerry pide respaldosEl secretario de Estado de EEUU, John Kerry pidió al secretario general de la Liga Árabe, Nabil al Arabi, su respaldo a la coalición internacional que pretende formar Washington contra el EI. Ambos hablaron sobre el avance y los esfuerzos internacionales para combatir el terrorismo en la región de Oriente Medio.El encuentro se centró también en analizar los resultados de la conferencia que se celebró en la ciudad saudí de Yeda el pasado jueves en la que EEUU, Turquía y diez países árabes acordaron una estrategia global para enfrentarse al terrorismo. En principio, Egipto también participará en la alianza internacional contra los yihadistas, por lo que este será un tema de conversación entre ambos, además del complicado estado de las relaciones bilaterales tras la destitución militar del presidente Mohamed Mursi el pasado año. Siguen los combatesAl menos cinco extremistas del Estado Islámico (EI) murieron ayer, entre ellos un alto responsable de la organización en la zona de Rabia, a 100 kilómetros al oeste de Mosul, en enfrentamientos con milicianos, informó una fuente de seguridad. Combatientes de la denominada “Fuerza de Protección de Sinyar” mataron durante enfrentamientos armados al yihadista Omar Hasan Saleh, de nacionalidad iraquí y que procede del clan de los Al Yahish.Los choques tuvieron lugar en la madrugada en la zona de Kohpal, junto a Rabia, una zona cercana a la frontera con Siria, donde también fueron destruidos dos vehículos del EI. Un gran número de jóvenes pertenecientes a la minoría yazidí se han unido como voluntarios a las filas de la “Fuerza de Protección de Sinyar” para luchar contra el EI y expulsarlos del distrito.La fuente de seguridad consideró que la muerte de Omar Hasan es un “golpe moral” para los combatientes radicales.El EI se hizo con el control de Sinyar el pasado 3 de agosto después de retirarse las fuerzas kurdas “peshmergas” de la ciudad, lo que provocó una crisis humanitaria acompañada del desplazamiento de más de 400.000 yazidíes. Los yihadistas conquistaron Mosul, la segunda ciudad del país, el pasado 10 de junio y declararon un “califato” en las zonas bajo su control en el norte de Siria e Irak, donde impusieron una interpretación radical del Islam.Los yihadistas del EI cerraron varias mezquitas en la ciudad de Mosul y detenido a cuarenta clérigos suníes por no seguir sus interpretaciones radicales de la religión y no jurar fidelidad al autoproclamado califa Abu Bakr al Bagdadi.





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