VIÑA DEL MAR, Chile (AFP-NA). Un nuevo artefacto casero explotó el martes por la noche en la ciudad chilena de Viña del Mar (120 kilómetros al oeste de Santiago) en una papelera, dejando una persona herida con trauma acústico, confirmó la policía a la AFP. La explosión se produjo pasadas las 20.30 en una explanada frente a un supermercado situado en el sector Gómez Carreño de la ciudad balneario. “El artefacto consistía en una botella de plástico que contenía papel, aluminio y ácido muriático”, explicó ayer a la AFP una fuente de Carabineros.La bomba casera habría estallado cuando la mujer, una empleada de limpieza, manipulaba la papelera en medio de sus tareas rutinarias. La mujer, de 43 años, sufrió un trauma acústico y fue posteriormente dada de alta del centro asistencial al que fue trasladada.Personal especializado de Carabineros se trasladó al lugar para investigar el estallido.Por el momento nadie reivindicó la autoría de este hecho y no se encontraron panfletos alusivos o vinculados a ningún movimiento.La colocación del explosivo se produce un día después de que una bomba artesanal estallara en un local de comida cercano a la estación de metro de Escuela Militar dejando catorce heridos, en el peor suceso de este tipo de la historia reciente de Chile, del que no se conocen sus autores. El Gobierno adelantó que invocará la Ley Antiterrorista contra los responsables.Bachelet calificó ese atentado de acto “abominable” y “de los más cobardes” vistos en Chile porque “tiene como objetivo dañar a las personas, generar temor e incluso la muerte de personas inocentes”.Más de un centenar de explosiones de artefactos artesanales han ocurrido en los últimos cinco años en el país -contra cajeros automáticos, bancos, gimnasios, embajadas o restaurantes, entre otros-, pero hasta ahora sólo habían provocado destrozos y algún herido leve y habían tenido lugar en espacios poco transitados o en horarios nocturnos.Inicialmente fueron reivindicadas por grupos que se autodenominaban con nombres de antiguos anarquistas.En los últimos meses, volvieron a registrarse este tipo de ataques. Por primera vez, uno de ellos fue instalado en un lugar concurrido.Un artefacto había estallado el pasado 14 de julio en un vagón del metro cuando ya no había pasajeros, pero el incidente activó las alarmas del Gobierno, que reforzó la vigilancia, y designó un fiscal con dedicación exclusiva para investigar los ataques.Según Francisco Bravo, el fiscal especial que quedó también a cargo de la investigación, el artefacto detonado es similar al instalado en julio en el vagón de metro de la misma línea.





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