POSADAS. Un millonario golpe fue el que dieron delincuentes en pleno microcentro posadeño durante el último fin de semana. Mientras la ciudad dormía, “boqueteros” violentaron la caja fuerte de una joyería y se llevaron oro y plata por un valor estimado en un millón de pesos, nada más y nada menos.El hecho se descubrió recién ayer por la mañana y tuvo lugar en una boutique de calle San Lorenzo al 2000, comercio administrado por la misma familia que en la misma cuadra atiende una tradicional casa de joyas, como pudo confirmar PRIMERA EDICIÓN.Para los investigadores, se trata de una banda extremadamente profesional que llegó hasta la escena por los techos de la manzana, violentó el “macizo” con precisión quirúrgica gracias a la utilización de un soplete e incluso utilizó guantes para no dejar ningún rastro.Al cierre de esta edición detectives de la comisaría seccional Primera, de la Patrulla Urbana y de la Brigada de Investigaciones de la Unidad Regional I trabajaban en busca de elementos que les permitieran identificar a los delincuentes. En ese sentido, se realizaba una labor especial sobre las grabaciones de las cámaras de seguridad -tanto públicas como privadas- instaladas en las inmediaciones.La investigación se inició alrededor de las 6.45 de ayer, cuando la Policía recibió un llamado de alerta desde las oficinas de Emsa emplazadas al lado de la boutique.En el edificio público llamó la atención los daños registrados en un ventiluz que da hacia el techo. Sin embargo, como de las oficinas no faltaba nada, en principio se pensó que pudo tratarse de un hecho aislado.La verdad salió a la luz unos pocos minutos después, cuando desde la tienda de ropas contigua alertaron a las autoridades sobre lo que realmente había sucedido: con un soplete, “boqueteros” habían abierto una caja fuerte para llevarse oro y plata por un millón de pesos.El “macizo” pertenece a una joyería emplazada a veinte metros, propiedad de la misma familia que administra la boutique. Tiene dos metros de alto por casi dos de ancho y más de una tonelada de peso. Por eso en su momento fue imposible moverla y los propietarios decidieron dejarla en ese lugar. En ella guardaban alhajas ya terminadas junto con “planchuelas” de oro y plata utilizadas para la confección de joyas. Los delincuentes utilizaron un soplete para realizar dos cortes en la caja fuerte, tal como puede verse en la fotografía de la página siguiente. No se trata de una casualidad, ya que de esa manera lograron adentrarse en las “entrañas” del mecanismo de apertura y llegar hasta el botín con una suerte de “manivelas”. Sin dudas, se trató de expertos: los criminalistas tampoco encontraron huellas dactilares, por lo que creen que utilizaron guantes para realizar el “trabajo”.Con respecto al camino que siguieron los ladrones para llegar hasta los fondos de la boutique, los investigadores creen que se apropiaron de los techos de la cuadra en la esquina de San Lorenzo y Entre Ríos, al subirse a las chapas del estacionamiento de un conocido hotel cinco estrellas.Desde allí habrían violentado un ventiluz del techo de las oficinas de Emsa para hacerse camino hasta el techo de la boutique, que levantaron en un sector para ingresar al comercio. De allí que el análisis de las cámaras de seguridad pueda resultar determinante en la investigación que lleva adelante el magistrado Fernando Verón, al frente del Juzgado de Instrucción 3 de Posadas. “No lo podemos creer, en segundos se llevaron el esfuerzo de años”Aún shockeado por el enorme perjuicio, Cristhian Espínola (23) dialogó con PRIMERA EDICIÓN horas después de que el hecho se descubriera y contó las sensaciones de la familia a raíz del golpe.“No lo podemos creer, en segundos se llevaron el esfuerzo de años, mucho trabajo”, le dijo el joven a este diario en la joyería que administra la familia sobre calle San Lorenzo, a pasos de la boutique donde todo sucedió.Cristhian confirmó que los maleantes no dejaron ningún tipo de huella en la escena y apuntó a una gavilla de expertos en el delito. “Se trata de profesionales, no dejaron ningún rastro, hicieron el ‘trabajo’ con guantes, soplete y vinieron en busca del oro, sabían lo que querían”, relató el joven.A un costado, los agujeros que hicieron los ladrones en la caja fuerte lo dicen todo. Uno de ellos, de forma triangular, es prácticamente del tamaño de una mano. El otro, más abajo, es circular y más pequeño. “Sabían lo que hacían”, reiteró Espínola.Más allá de la bronca y de la indignación, Cristhian aseguró que la familia no bajará los brazos y, en una clara muestra de fortaleza, continuará trabajando para recuperar lo que le quitaron los ladrones. “Vamos a seguir igual, como todos los días; la familia está más fuerte que nunca”, sintetizó. Camino al botín 1 – La principal hipótesis que se maneja indica que los delincuentes llegaron hasta los techos de la cuadra al “escalar” el edificio de una escuela provincial que ahora funciona como estacionamiento de un hotel cinco estrellas. Está emplazado en la esquina de San Lorenzo y Entre Ríos, y cuenta con al menos una cámara de seguridad en el acceso. Por eso los peritos también pedirían esas imágenes. Esa estructura limita directamente con las oficinas de Emsa, principalmente con las que dan hacia la calle San Lorenzo. 2 – Para los investigadores, una vez que ganaron la parte alta del edificio de la esquina caminaron hasta los techos de Emsa, donde violentaron un ventiluz, lo que les permitió continuar camino por la manzana. El primer dato que obtuvo la Policía fue cerca de las 6.45 de ayer, cuando desde la entidad pública avisaron de aquel vidrio quebrado. Pensaron que habían intentado entrar a robar en las oficinas de Administración, pero como no faltaba nada supusieron que se trató de un hecho aislado. Más tarde se conocería el resto de la historia y cómo trabajaron los delincuentes. 3 – Los “boqueteros” pasaron de los techos de Emsa a la parte alta de la boutique “Musas”. Allí levantaron unas chapas y lograron ingresar al entrepiso del comercio. Bajaron una escalera de madera de no más de dos metros de altura y allí encontraron lo que buscaban: la caja fuerte. Mediante la utilización de un soplete lograron violentarla y se alzaron con joyas, alhajas y “planchuelas” de oro y plata utilizadas por los joyeros. La Policía cree que eran al menos cuatro delinc
uentes los que actuaron en la boutique. 4 – Después de por lo menos tres horas de “trabajo” -según creen los investigadores- los delincuentes se alzaron con el botín y escaparon por el mismo lugar por el que entraron. Si bien no se descarta nada, sospechan que integrantes de la banda aguardaban en un vehículo estacionado en las inmediaciones en el que huyeron. El “golpe” habría sido perpetrado entre la noche del sábado y la madrugada del último domingo. El testimonio de serenos de la zona y las filmaciones de las videocámaras resultarán claves.





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