MONTECARLO Y PUERTO RICO. La industria de la fécula de mandioca y los productores enfrentan una de las peores crisis de los últimos años con caída del 30% en los precios del producto final; y hasta 50% de baja en los precios que se paga a los productores. Las cooperativas del sector, principales productoras a nivel nacional, esperan la urgente asistencia del Estado Provincial para paliar el desastre actual y minimizar el impacto a futuro.La crisis de la mandioca y de su principal producto elaborado, la fécula, se debe a una serie de causas donde la más importante es la retracción de la actividad en las industrias que utilizan el tradicional producto misionero, el ingreso de fécula de países asiáticos a muy bajos precios, la baja de precios de otras féculas que se producen en el país y la falta de una política de largo plazo para fortalecer la actividad de parte del Ministerio del Agro y la Producción de la provincia. Aún cuando se invirtieron millones de pesos en estructuras que nunca entraron en funcionamiento como la nueva planta de almidón de San Pedro.Según se pudo corroborar con referentes del sector, la fábrica de fécula de Montecarlo bajó cerca de un 50% el precio por la materia prima a los productores, debido a la recesión que hay en el mercado y se estima que muchos ya habrían decidido dejar de producir mandioca por la inestabilidad que tienen en los precios y utilización de este popular cultivo.Una simple comparación de los valores de principio de año con los de la actualidad, permite apreciar la magnitud del problema. Al empezar la recepción de raíces se pagaba al productor entre 1.300 y 1.500 pesos la tonelada de mandioca dependiendo del rendimiento en fécula. Hoy, el precio en algunas cooperativas y privados apenas si llega a los 750 pesos por tonelada, valor por debajo de lo que se abonó hace dos años. El año pasado el precio llegaba casi a 1.100 en promedio lo cual significa casi un 50% de baja en el valor billete y mucho más si se tiene en cuenta la inflación o el valor adquisitivo del peso.El ministro del Agro y la Producción de Misiones, José Luis Garay, indicó que “hay problemas pero no una crisis en la dimensión que se plantea porque las cooperativas tuvieron el año pasado un crecimiento excepcional por las buenas condiciones del mercado y precios muy altos que eran imposible sostener. En reuniones que mantuvimos en el Ministerio se acordaron precios mínimos para los productores y para lo cual enviamos recursos desde el Ministerio a las cooperativas”.Agregó que “era imposible sostener los precios del año pasado cuando algunas entidades lograron varios millones de ganancias en sus balances anuales. Ahora deben sostener a los productores, o se olvidan del espíritu cooperativo. Nosotros igualmente estamos trabajando con entidades de Comercio de la Nación para que el año entrante no ingrese almidón del exterior hasta tanto no se utilice el que tenemos en el país para proteger nuestra industria y seguimos haciendo aportes económicos de asistencia para quienes cumplen los compromisos”. Baja generalEl valor también cayó para los industriales. El producto puesto en Buenos Aires se pagaba a 11 pesos el kilo hace sólo meses y actualmente se logra colocar a menos de ocho pesos. Es decir, un 30% más bajo, con lo cual en las entidades afirman que están trabajando a pérdida pero no pueden evitarlo porque los galpones están repletos y necesitan efectivo para sostener el funcionamiento mínimo. Al menos, hasta tanto se decida si llega o no la esperada ayuda de la provincia que inicialmente se planteó como un préstamo a tasa blanda. Aunque hoy, muchos actores de la actividad en Misiones, creen que el Estado debería pensar en otorgar un subsidio para solventar directamente las pérdidas y evitar que los colonos dejen de lado la plantación, achicando las posibilidades para los próximos años, teniendo en cuenta que para hacer fécula se usa casi exclusivamente mandioca de dos años y no la mandioca nueva que se vende fresca a los llamados “bolseros” para los mercados hogareños.Si bien desde el gobierno provincial hablan de un importante subsidio, las cooperativas y en especial las almidoneras podrían dejar de funcionar por esta situación hasta tanto se libere la mercadería en depósito y cambien las condiciones de recesión del mercado nacional.La mayor productora de fécula de mandioca del país es Caisa (Cooperativa Agrícola e Industrial San Alberto Limitada) de Puerto Rico.Fernando Witzke, gerente general de la entidad, confirmó esta realidad y afirmó que “nosotros estamos haciendo un gran esfuerzo para mantener el precio a nuestros socios, bajamos el valor a terceros y bajamos el precio del producto elaborado -inclusive debajo el costo- para ir logrando capital circulante. Esperamos con urgencia la prometida ayuda de la provincia para enfrentar esta situación que empeora a medida que pasan los días por cuanto se nos hace cada vez más difícil seguir trabajando y aguantando el costo de trabajar en este contexto”, manifestó. Precios que no ayudanA mediados de año, las fábricas de fécula de Misiones sintieron un golpe en su actividad por la competencia de almidones importados de los países asiáticos a valores muy por debajo de los precios nacionales.Razón por la que, al principio, debieron disminuir el precio de venta a las industrias, pero la realidad es que las ventas bajaron también a nivel general por la baja de la actividad, la caída de precios de otras féculas que compiten con la de mandioca. En ese marco las fábricas misioneras comenzaron entonces a sumar stock y están saturadas de producto terminado.La cooperativa Agrícola Mixta de Montecarlo aseguró que ahora está trabajando a perdida y hay incertidumbre de cómo seguirán a futuro ya que los depósitos están llenos de producto sin poder vender.“Bajamos al productor el precio a 3 pesos el kilo de producto elaborado, lo que significa aproximadamente 750 pesos la tonelada de raíces con un rinde de 25% de fécula, para poder vender en el mercado nacional tuvimos que bajar el precio hasta $7,70 dependiendo el lugar del país”, indicó. Agregó que “las industrias están pendientes de lo que pase en el país, pero por más barato que les ofrezcan tampoco pueden comprar, la recesión es de 30 o 40%, la recesión que hay es tan grande que hace semanas en Buenos Aires nadie está comprando nada; está toda parado, la fábrica de chacinado, de cola, todos los que usan almidón están trabajando a media marcha, tratando de mantener la gente nomás”, detalló Juan Carlos Haasis, presidente de la Cooperativa Agrícola de Montecarlo Limitada, otra de
las entidades referentes del sector.Allí, se calcula que se están vendiendo cerca de 300 mil kilos de fécula menos por mes, lo que significa una pérdida de cerca del millón de pesos en los ingresos.“El productor agacha la cabeza y no tiene otra cosa que hacer. Cobra lo que se le puede pagar, lo toma mal, por ahí con eso por lo menos salvan el gasto, pero si hay gente que habla de dejar de plantar mandioca, además el futuro es incierto. Estamos acopiando por día sólo pocas toneladas de raíces, pero se va complicando porque estamos acumulando producto en los galpones y no lo podemos vender” sostuvo Haasis. Problema a largo plazoLa caída de precios en el mercado afecta también a largo plazo por varias razones y dos en particular. La principal es que las empresas que utilizan fécula de mandioca en sus cadenas productivas una vez que deciden pasarse a otros almidones deben cambiar sus procesos y máquinas y difícilmente vuelven a la fécula de mandioca por los costos que implican los cambios.La segunda razón es la desazón de los productores que no quieren arriesgar nuevamente a realizar la plantación, mantenimiento y cosecha en dos años de su mandioca en una industria que no puede garantizar la demanda de raíces, ni los precios.





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