POSADAS. Un aforismo policial consigna que para esclarecer un crimen se necesita un 80% de pericia y un 20% de suerte. Ese porcentaje de fortuna se dio en la causa que investiga el homicidio de Osvaldo Jeremías Grance, de 79 años, ultimado de una puñalada la noche del sábado 15 de junio de 2013.El autor se llevó un reproductor de DVD y otros elementos de menor cuantía. Escapó en la moto de la víctima.Quiso el destino que el vehículo fuera detenido en un control vehicular en jurisdicción de Campo Ramón. Como el conductor no tenía los papeles, los uniformados consultaron la base de datos y establecieron que el rodado tenía pedido de secuestro por robo, en medio de un homicidio ocurrido en Mártires.Preocupado porque podía quedar vinculado con el hecho de sangre, el mecánico dio la identidad de la persona que le entregó la moto como parte de pago de la reparación de un Fiat 600 blanco.Así fue como los investigadores dieron con el único sospechoso de haber dado muerte a Grance, que resultó ser sobrino lejano de este.Una comitiva de la Secretaría de Apoyo a Investigaciones Complejas (Saic) allanó el domicilio del fugitivo, ubicado en Oberá, y procedió a su captura.En el lugar encontraron el Fiat 600 al que hizo alusión el trabajador automotriz.El detenido quedó a disposición del Juzgado de Instrucción 3 de Posadas, a cargo del magistrado Fernando Luis Verón, quien podría indagarlo en las próximas horas.Se trata de un hombre de 28 años, con características físicas particulares. Por ejemplo, posee dos cicatrices bien marcadas en el rostro, notorias y sobresalientes.Casualmente, una testigo de la causa, domiciliada a metros de la casa donde mataron a Grance, había declarado en aquel entonces que el hombre que vio salir del lugar tenía cicatrices en la cara.Además, afirmó que si lo viera nuevamente podría reconocerlo con facilidad.Por esta razón, el magistrado se apresta a ordenar la realización de una ronda de reconocimiento, en la que estará el sospechoso con otros hombres de idénticas características físicas.La causa está caratulada como homicidio en ocasión de robo, consignó un vocero de las pesquisas judiciales y policiales. La teoría del escapeFuentes de la investigación indicaron que el día del crimen de Osvaldo Grance, el asesino se dio a la fuga en la moto de aquél.Al parecer, habría viajado hasta Oberá, donde dejó el motovehículo en una plazoleta.Luego abordó un colectivo rumbo a Campo Ramón. Lo curioso del caso es que, al otro día, regresó a la Capital del Monte y vio que la moto estaba tal cual la dejó.Ahí se percató de que la Policía no tenía idea de dónde estaba. Entonces volvió en motocicleta a Campo Ramón.En este municipio hizo trato con el mecánico para que le reparara un Fiat 600 blanco y que, como parte de pago, le daría la moto.





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