BERLÍN, Alemania (Agencias-Medios Digitales). Alemania lleva años acostumbrada a ser un gigante económico encerrado en el cuerpo de un actor político mediano. Pero algo se está moviendo para que su impronta en el escenario internacional se adapte a su peso económico. Ya no se trata sólo de que sus líderes señalen en solemnes discursos la necesidad de involucrarse más en los retos a los que se enfrenta la comunidad internacional. La decisión del Gobierno de Angela Merkel, refrendada ayer por el Parlamento, de armar a los kurdos iraquíes para luchar contra los yihadistas del Estado Islámico (EI) supone un paso real en esa voluntad manifestada sobre el papel.“Tenemos que elegir. O no tomamos ningún riesgo, no entregamos armas y aceptamos que el terror se propague. O apoyamos a aquellos que de forma desesperada, pero también valiente, luchan con pocos recursos contra la barbarie del terror del EI”, dijo la canciller Merkel con motivo de una reunión extraordinaria en el Bundestag, la Cámara baja del Parlamento. Es cierto que el Gobierno no estaba obligado a convocar esta sesión, pero también que la aplastante mayoría con la que cuenta la gran coalición de democristianos y socialdemócratas no dejaba apenas margen para que Merkel y los suyos se llevaran una sorpresa desagradable.La decisión de ayudar a los kurdos del norte de Irak con misiles antitanques, lanzagranadas, fusiles de asalto, pistolas y granadas de mano con las que armar a 4.000 peshmergas fue adoptada en la tarde del domingo en una reunión presidida por Merkel a la que asistieron la ministra de Defensa, la democristiana Ursula von der Leyen, y el responsable de Exteriores, el socialdemócrata Frank-Walter Steinmeier. Él mismo ha señalado los riesgos que acarrea la operación, como que las armas acaben en manos erróneas o que los kurdos las utilicen para formar un Estado propio y no para defenderse de los ataques de los yihadistas suníes. Esos riesgos son los mismos que este lunes le echó en cara la oposición de La Izquierda y de Los Verdes. “Irak necesita menos armas, no más”, arremetió el líder izquierdista Gregor Gysi. Pero Steinmeier replica que el apoyo a los kurdos es necesario porque el avance de EI supone no sólo “una tragedia humana de dimensiones insospechadas, sino también una amenaza para la existencia de Irak”.Comisión de investigaciónEl Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas decidió por unanimidad enviar una misión para investigar las atrocidades cometidas por los yihadistas del Estado Islámico (EI) en Irak, con el objetivo de luchar contra su impunidad.Los 47 miembros de este organismo de la ONU, reunidos en una sesión extraordinaria en Ginebra, adoptaron una resolución en este sentido pedida por Bagdad.“Nos encontramos frente a un monstruo terrorista”, declaró el ministro iraquí de Derechos Humanos, Mohamed Shia al Sudani, para quien “los actos del EI constituyen una amenaza no sólo para Irak sino para la región y para el mundo”.“Los informes que recibimos revelan actos inhumanos a un nivel inimaginable”, afirmó por su parte Flavia Pansiera, la Alta Comisionada adjunta de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, en referencia a los asesinatos selectivos, conversiones forzadas, secuestros, esclavitud, tortura y persecución sistemática por razones religiosas y étnicas.Desde el 9 de junio, insurgentes sunitas encabezados por los yihadistas del EI se apoderaron de amplios territorios en Irak, donde obligaron a cientos de miles de habitantes a abandonar sus hogares. La violencia en Irak provocó más de 1,8 millones de desplazados en 2014.Según Naciones Unidas, que denuncia crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad y “limpieza étnica y religiosa”, las minorías cristiana, yazidí, shabak y turcomana, entre otras.





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