OBERÁ. Como cada año, esta ciudad se viste de gala para honrar la memoria de los primeros pobladores, los abuelos inmigrantes que llegaron de lejanas tierras escapando de la guerra y la hambruna, buscando paz y un futuro mejor. A aquellos que con sacrificio y trabajo forjaron ciudades pujantes estará dedicada nuevamente la Fiesta Nacional del Inmigrante, que se iniciará el 4 de septiembre y se extenderá hasta el 14 de este mes. El resultado de tantos años de promoción está a la vista. Prueba de ello es que ya no quedan stands para alquilar y la plaza hotelera está completa, por lo que desde el Municipio solicitan a los pobladores que poseen departamentos o casas disponibles que se acerquen a la Casilla de Turismo o a la Federación de Colectividades.Calidez humanaAldo Miguel, presidente de la colectividad portuguesa, contó que están trabajando “con toda la fuerza, con la unión de los integrantes de la colectividad, con muy buena expectativa y apuntando a lo mejor. Buscamos cerrar el patio que se encuentra al costado de la casa para frenar el viento y evitar el frío. Vamos a trabajar en el reducido espacio que tenemos pero con mucha calidez humana”. Añadió que están expectantes por conseguir recursos porque “nuestra casa se hizo con un poco de dinero que nos dio el Gobierno portugués, invertimos hasta la última moneda y la construimos hasta donde pudimos”.Ricardo Chapero, titular de la colectividad española, expresó que “con ansias esperamos que empiece la fiesta. Llegamos muy bien preparados porque pudimos empezar a trabajar con tiempo, después de la pre fiesta. Se cocinó la base de los platos principales. Estamos con las mejores expectativas más allá de la preocupación lógica por la situación económica que vive el país”. Al referirse a los ajustes en los precios, indicó que del año pasado a este, el costo de la paella subió un 60% pero “vamos a bajarlo lo máximo posible para que la gente pueda llegar a probar el plato”. “La grilla este año está bien armada, la fiesta fue muy bien promocionada y esperemos que sea una de las mejores”, agregó.Alejandro Quesini, presidente de la colectividad árabe, dijo que la espera se conjuga “con expectativa y ansiedad, poniendo en condiciones la casa”. Adelantó que esperan la llegada del ballet Hayatt, de la colectividad Siria, de Rosario, que no visitaba la fiesta desde hace más de 20 años. Habló de varios cambios en la colectividad, como la construcción de una nueva parrilla, el arreglo de la entrada y del techo, además de otro patio choppero techado y un stand de artesanías.Enrique Forni, presidente de la colectividad italiana, manifestó que “estamos en la recta final” y que “en los días previos, crece el entusiasmo y crecen las actividades. Por suerte también aumenta el número de gente que viene a colaborar y a aportar ideas”. Contó que las puertas de la casa italiana están abiertas para todos los que “nos quieran visitar” y que en esta ocasión ofrecerán una comida que se denomina saltimbocca a la romana, que es fácil de comer y que presenta un precio accesible. Juan Hultgren, titular de la colectividad nórdica, argumentó que “siempre y cuando el clima nos acompañe, la expectativa es buena”. En la casa ya están preparados: “Llegamos bien a tiempo y estamos bien armados”, confió. Adelantó la presentación de un plato nuevo y agregó que “será un año complicado por los costos y no sabemos bien los resultados. Hay costos fijos en las casas y en el Parque, pero veremos qué pasa. Esperamos que el turista venga a conocer nuestra historia y cultura, que defendemos a mucha honra”. Sin descansoEl titular de la Federación de Colectividades, Bernabé Aguirre, estimó que “será una muy buena edición a pesar del momento económico difícil. Será un año atípico, espero que el tiempo nos acompañe y venga mucha gente de afuera”.Aseguró que las entradas para los espectáculos convocantes se comercializarán en la sede de la Federación de Colectividades durante el mismo día y desde horas tempranas, a fin de evitar que los pases fueran falsificados como sucedió en años anteriores. Confió que las colectividades vienen trabajando con muchos días de anticipación, realizando el mantenimiento o ampliación de sus casas, ornamentando y preparando la comida que se puede frizar, “para llegar de la mejor manera a esta fiesta que se está posicionando”.





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