PUERTO IGUAZÚ. Unas 300 viviendas de un populoso barrio de esta localidad se quedaron sin servicio de agua potable ni alumbrado público debido a la falta de pago de expensas.El barrio de Ignacio Abiarú alberga a varias viviendas construidas por el Instituto Provincial de Desarrollo Habitacional (Iprodha), entre ellas unos 300 departamentos que conforman unos 16 monoblocks administrados por un consorcio.Pero sucede que el grado de morosidad es muy alto y debido a ello, la empresa que suministra la electricidad retiró el tablero, situación que imposibilita el bombeo de agua hacia los 300 hogares.La presidenta del consorcio, Blanca Quintana, comentó que “esa gente que debe hace mucho tiempo tiene que acercarse para hacer un plan de pago”. Según contaron, existen adjudicatarios que deben las expensas desde 2003, son muy pocos quienes están al día de una cuota de tan sólo 80 pesos y que comprende los servicios de agua, alumbrado público y limpieza.Quintana solicitó que “se acerquen a hacer propuestas porque nos vamos a quedar sin agua. Nos sacaron el medidor, lo único que les pido a los vecinos que paguen las expensas”.Desde la administración indicaron que los primeros en abonar las expensas cada mes son los jubilados. Y a contraposición, quienes menos pagan son funcionarios y comerciantes pudientes que habitan en el barrio.En la semana sucedió un hecho grave que no tuvo mayores consecuencias que lamentar. Una persona quiso colgarse del medidor del alumbrado público y provocó un cortocircuito dejando sin luz en las calles, no solamente en los departamentos sino también en las viviendas continuas de las 120 y 155. Estas viviendas existen hace casi treinta años y siempre tuvieron problemas. Primero con la escasez de agua y debido a la falta de pago, dificultades para resolver las situaciones. Deudas con Emsa y con el personal que realiza el mantenimiento del sector de departamentos.Algunos vecinos están padeciendo la falta de agua desde hace tres días y debieron salir a trasladar con recipientes a los vecinos de las 120 viviendas. Otros aún cuentan con algo de agua en sus tanques que son cuidados como valiosa mercancía.Pero lo insólito es que algunas personas se quejan de los administradores y quieren echarlos del consorcio. “Hay que sacar a los que están en la presidencia”, comentaban algunos mientras se quejaban de la falta del servicio por el cual no pagan.Quintana llamó a reunión a todos los vecinos, por sectores, mediante monoblock. En el primer encuentro asistieron solamente seis vecinos y muy pocos se están acercando a la oficina para abonar las expensas.





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