POSADAS. Como parte de las Jornadas Internacionales “Lecturas y relecturas de Julio Cortázar”, inauguradas esta mañana en la Biblioteca Nacional, se realizó esta tarde la mesa “Jazz, tango y boxeo: el problema de lo popular”, de la que participaron el escritor Oliverio Coelho, el crítico musical Pablo Ginera, y el escritor y docente Martín Kohan, con la moderación de Camilo Sánchez.Gianera, quien comenzó la exposición, se refirió a la “poética del balanceo” y profundizó acerca de la relación entre Cortázar y el jazz. “Esto nos enfrenta con un problema inicial que no debe ser ignorado: en qué medida la música es un lenguaje que puede ser imitado con recursos no musicales”, explicó.“El lenguaje puede interpretarse a sí mismo; la música, en cambio, necesita del lenguaje para ser interpretada. Hablar de un lenguaje musical es situarse en el terreno de la metáfora; la semiología de la música nos enseñó que no hay acto lingüístico que sustituya al acto musical”, analizó Gianera.“Esta relación de Cortázar con el jazz es un acto de fe, un acto de fe del que escribe, del que lee y, por fin, una construcción del crítico”. “Cortázar le dio distintas formulaciones a ese acto de fe, una de ellas, probablemente la más precisa, aparece en Rayuela, en el capítulo 82, donde dice: “Hay primero una situación confusa que solo puede definirse en la palabra, de esa penumbra parto, y si lo que quiero decir y quiere decirse tiene suficiente fuerza, inmediatamente se inicia el swing (…). Ese balanceo, ese swing en el que se va informando la materia confusa es para mí la única certidumbre de su necesidad porque apenas cesa comprendo que no tengo ya más nada que decir y también es la única recompensa de mi trabajo”.Sobre el estilo de escritura que utilizaba el autor de Rayuela, dijo que “escribía en el horizonte del balanceo rítmico, en el swing; pero el swing no se escribe, se toca, se tiene o no se tiene swing”. “El jazz de Cortázar es el jazz moderno, es el de Parker, de Monk”, terminó señalando.Por su parte, Oliverio Coelho habló sobre “Anacronismo y superstición en torno a lo popular en Cortázar” y explicó la relación del autor con el boxeo. “La manera cortazariana de ver el boxeo es romántica, para él, este deporte es un objeto de exploración”. “El jazz, el tango y el boxeo son artes en las que los bajos fondos expresan su sensibilidad; son artes que le dan voz al pueblo, según Cortázar”, agregó el escritor. “Creo que es el exilio el que cristalizó lo popular en él; Cortázar, de algún modo, recibe el habla del pueblo a través de las letras del tango”, añadió Coelho, para quien “Segundo viaje” es “el mejor cuento sobre boxeo que exista y que haya leído”, concluyó.Finalmente, en su exposición, titulada “La noche de los perdedores”, Kohan mencionó, a modo de ejemplo, el monólogo del cuento “El Torito” como una reelaboración literaria de Cortázar. “Narra por vencido, narra como vencido, por vencido a nadie se le va a ocurrir en la literatura que la historia la escriben los que ganan; la historia la escriben los que pierden, lo hacen porque han perdido. Los que ganan, puesto que ganaron, ya tienen suficiente con eso y no necesitan ponerse a escribir”, opinó el escritor y académico.“Cederle la palabra a Suárez (el boxeador que protagoniza “El Torito”), como hace Cortázar, supone imprimir sobre el texto entero el sello de lo popular, además de las marcas habituales de ese mundo: la sencillez del barrio, el fervor por las audiciones de radio, las mateadas en el patio, lo mismo que en ‘Las puertas del cielo’”, concluyó.





Discussion about this post