POSADAS. Ya antes de entrar al edificio de calles Santa Fe y General Paz de esta ciudad, se respira otro aire. Los murales pintados en todas las paredes de la escuela a metros de la costanera ya cuentan que el Bolp 9 es una escuela única donde hay mucho espacio para la expresión artística. Es la única secundaria con orientación en Artes Visuales de Misiones. A diferencia de otras instituciones que tienen dos o tres horas semanales de materias relacionadas con arte, en el Bolp 9, el 70% son materias artísticas, que hacen foco en la producción en cerámica. Los estudiantes también generan proyectos como pintar murales, participar de muestras de arte y en la Estudiantina.Espacio de expresiónAsisten 420 jóvenes en tres turnos. “Vienen de diferentes barrios de Posadas, de Itaembé miní, Villa Cabello y alrededores”, destacó a PRIMERA EDICIÓN Irma Carballo, directora de la institución. Destacó que “lo que priorizamos es que los estudiantes se sientan bien, que se integren a la escuela y puedan expresarse a través de las artes plásticas. Eso les abre la cabeza, el desafío de crear en base a un trozo de cerámica les cambia la perspectiva, ven la vida de otra manera, y ponen en cuestión aspectos sociales que para otras personas están naturalizados”.En la institución se desarrolla una investigación relacionada con Nuevos Sujetos de la Educación, a cargo del Centro de Investigaciones Socioeducativas (Cise) que funciona desde 2011 en el ámbito del Ministerio de Educación de Misiones. Otro códigoImagen y Contexto, Plástica, Tecnología, Lenguaje y Producción Visual son algunas de las materias que se desarrollan. Las aulas se ubican en la planta baja. Los talleres, en el primer piso. Para acceder a ellos, hay que subir una escalera cuyas columnas y paredes están decoradas con murales en diferentes diseños realizados por los estudiantes que año a año dejan su huella en la institución. “A fin de año, los de 5º diseñamos un mural y lo pintamos en una pared”, indicó Ramón (18) de Itaembé Miní.La docente Karina Benítez trabajaba “falsos vitreaux” hechos en cartulina con estudiantes de 1ºC. “Como tienen muchas horas de cátedras artísticas, los chicos pueden profundizar en las técnicas”, explicó. En los armarios guardan las piezas producidas y en producción, con diferentes técnicas. Se destacan las placas de cerámica trabajadas y luego pintadas según los diseños elegidos por los estudiantes: nombre, algún paisaje e incluso el escudo de River.La fórmula para evitar la violenciaEn una época en que los docentes buscan todas las estrategias para “controlar” el comportamiento de los estudiantes, revisar sus mochilas y pertenencias para evitar que ingresen con elementos que se puedan transformar en armas que pongan en peligro a los compañeros, en el Bolp 9 la realidad es otra. Y los estudiantes pueden acceder a una esteca o sierra, elementos punzantes y cortantes que usan para trabajar la cerámica, sin otra intención que usarlo para lo que es: modelar.“No se dan episodios de violencia, nosotros al ser pocos, nos conocemos todos, los chicos que vienen acá son como hermanos, se ven todos los días. Cuando viene uno nuevo, a la media hora son amigos, es muy rápido ese proceso”, dijo Rodrigo, estudiante de 5º, secretario del centro de estudiantes. Con sus compañeros se preparaban para trabajar con pala de punta en el jardín interno de la escuela, todo en vista a remozarlo pensando en la llegada de la primavera y la semana del estudiante, para la cual preparan actividades muy interesantes.Y advirtió: “siempre hay un perdido que busca problemas pero los profesores son muy rápidos en ese sentido, ayudan a evitar eso para preservar la integridad física y psíquica de los chicos en la escuela”.Al respecto la profesora de Arte Mónica Pérez, quien trabaja hace 33 años en la institución, dijo que “los estudiantes canalizan sus emociones a través del arte y los proyectos anuales que se generan”.Se suelen integrar jóvenes que cursaron y repitieron en otras escuelas, y recién ingresan en 3º o 4º años. “Los estudiantes que vienen de otros colegios se adaptan muy rápido. Tenemos un sistema con ‘alumnos monitores’ que son sus propios pares que los ayudan a incorporar los conocimientos y participar a la par de los otros”, dijo Pérez.Vamos a bailar…a la escuelaOtra actividad que organizan en conjunto son los “boys”, es decir, fiestas en el edificio escolar. “Son lindas fiestas con música para que los chicos puedan bailar y divertirse. Muchos de ellos -menores de 16 años- no pueden acceder a las discotecas de la ciudad, y entonces propusimos hacer los bailes en la escuela. Los padres los dejan venir con mucha confianza porque acá nos cuidamos entre todos”, señaló Pérez. Con lo que recaudan de las entradas y venta de gaseosas, ayudan en la compra de materiales para la institución.





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