POSADAS. Noche de grandes emociones, canciones que no pasan de moda y sobre el escenario una verdadera artista que sostuvo por dos horas un espectáculo al que le sobró talento. Rosana Arvelo y su banda volvieron a conquistar a los seguidores, con esas canciones que marcaron los ‘90, y renacieron en una velada colmada de sensaciones.Previo, el Club Itapúa, sobre la avenida Corrientes de la ciudad, fue abrazado por un público que en larga fila palpitaba ese gran encuentro.Como era de esperar, dentro del club la fiesta de sábado tuvo sabores bien cálidos. “El Tour 8 Lunas” llevó la ovación y esa magia que se desató con la presencia de la cantante canaria, que ya viene conquistando los corazones argentinos con gran éxito.Un clásico de todos los tiempos: “El talismán” -el mayor éxito de España en el año 1996- fue el disparador para que el recital explotara en aplausos y alegría. Vestida de blanco y acompañada de su guitarra, Rosana, regaló ilusiones entre canciones.Espontáneo el público hizo sus demostraciones de cariño, confesiones como “gracias Rosana por tus canciones”, “te amamos” y “genia total”; fueron coreando de punta a punta el campo de esa cancha de básquet que albergó una contagiosa alegría.Anécdotas como ese famoso dicho “estoy constipada que te cagas”, arrancó carcajadas. Rosana se tomó su tiempo y explicó que ese dicho es como decir “tengo una congestión tremenda”, por lo que a su vez señaló que al decir eso en un aeropuerto argentino se llevó la mirada de muchos. Los famosos modismos fueron parte también de ese recital, donde ella jugó mucho con el “re copado” y “re bueno” sumando su acento español y pícaras miradas entre sus músicos.Guitarra, bajo, batería y teclado conformaron una banda que acompañó conceptualmente a la cantante, tomándose también el tiempo para posar a los cientos de celulares que apuntaban cada movimiento.Alegre y carismática, abrazó a todos con canciones como “Te debo este sueño”, “Si tú no estas aquí” y “Magia”.Pasada una de hora de recital, llevó adelante ese pícaro juego de irse junto a su banda, para luego sorprender nuevamente con un regreso sobrecargado apostando a un semi acústico entre guitarras y luces tenues. “Es la hora donde ustedes piden y yo complazco”. Así, una especie de canciones a la carta, se convirtieron en la segunda parte del recital que lejos de ser armonioso agitó aún más al público.Festejando sobre el escenario el cumpleaños de una de las integrantes del equipo “8 Lunas”, con el coreo de feliz cumpleaños se sumó un blues a modo de regalo.Con la colaboración de sus músicos Rosana conquistó aún más a la gente, bajando del escenario y paseando entre el público recibiendo abrazos, besos y un sinfín de halagos. Así el espectáculo iba llegando a su fin con todo el público de pie y una banda que sonaba mucho más ensamblada, con “un gracias y hasta pronto” tomando su pecho a modo de guardarse todo los cariños y largando su corazón, como el clip del hit “Aquel corazón”, Rosana rompió con todas las reglas y abrazó fuerte a cada uno de sus seguidores.Mientras la banda seguía sonando sobre el escenario, parte del público corrió hasta la puerta de entrada al club tratando de capturar la última foto de la cantante que subió a un auto. En la atmósfera aún estaba presente ese bagaje de canciones y Rosana ya se embarcaba en seguir conquistando seguidores.





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