PUERTO IGUAZÚ. La Municipalidad local quiere dar en concesión la explotación de un nuevo cementerio, en este caso privado, que estará ubicado en las Dos Mil Hectáreas, y parte del actual, que ya está colapsado.El proyecto prevé instalar un nuevo cementerio en una porción del Parque Municipal El Eucaliptal, pero además quieren que la empresa que gane la licitación construya y se encargue de los nichos que circunden el actual camposanto, “El Salvador”, ubicado en el barrio Ignacio Abiarú.El nuevo cementerio municipal, tipo parque, tendrá tres hectáreas, portal de acceso, tanque elevado de agua, administración con cafetería, capilla, bóvedas familiares, osario, delimitaciones de parcelas, cerco perimetral y crematorio.La empresa concesionaria será la encargada de cobrar y vender los nichos y parcelas, aunque el Ejecutivo establece dejar un espacio para personas de escasos recursos.Con la concesión por diez años y una posibilidad de prórroga de cinco años más, la Municipalidad exceptuará a quien lo explote del canon a lo largo de esos diez años y de la tasa de comercio durante 24 meses. Desde entonces, deberán pagar una suma de 10 mil pesos.El cementerio municipal “El Salvador” lleva varios años colapsado. Los cuerpos que no fueron reclamados se llevaron a un osario improvisado, mientras que algunos familiares deciden dejar el cajón de sus difuntos en la misma parcela que otros parientes, debido a la falta de lugar.Además, la falta del cierre perimetral hace que se produzcan reiterados robos en las tumbas y sea usado como escondite para delincuentes durante la noche. No tiene sereno y la zona no cuenta con suficiente alumbrado público.La creación de un nuevo cementerio tuvo muchas idas y vueltas desde que la ordenanza 09/05 reservó un espacio dentro del Parque Municipal El Eucaliptal para uno nuevo. En 2005, la Municipalidad había firmado un contrato con la cochería Santa Rita, la única que presta este servicio en la localidad, por el que el Ejecutivo le cedía la concesión, pero el proyecto terminó vetado.Luego, en 2008, una supuesta licitación había sido adjudicada a Vicente Calleci, pero dos años más tarde, mediante la ordenanza 32/10, se dejó sin efecto por incumplimiento de parte de quien debía realizar las obras.




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