BUENOS AIRES (NA). Las negociaciones de los bancos extranjeros para comprar deuda en manos de los fondos buitres seguiría esta semana intentando sumar a grandes empresas argentinas y bancos nacionales para el plan que buscaría evitar un default prolongado de la Argentina.Por ahora con pronóstico reservado, Citibank, HSBC, Deutsche Bank y JP Morgan esperan concretar reuniones con empresarios y entidades con la finalidad de sumar fondos para adquirir parte de la deuda en poder de los fondos buitres, que posibilite que el juez Thomas Griesa levante el embargo para pagar bonos reestructurados.El Gobierno se excluyó totalmente del posible acuerdo dado que cualquier intervención gatillaría la cláusula Rufo, que impide efectuar mejores ofertas que las de los canjes de 2005 y 2010 y que vence el 31 de diciembre próximo.Serían nuevamente contactadas esta semana las entidades que integran Adeba, que habían tenido una iniciativa similar la semana pasada. Según trascendió la Bolsa de Comercio, el Merval y el Banco de Valores podrían sumarse a las nuevas negociaciones para ayudar a concretar el acuerdo.Lo que traba la concreción del acuerdo es que no se cuenta con garantías de que los bancos podrán recuperar lo que inviertan en el pago a los fondos buitres.Los cuatro bancos que impulsan el acuerdo se encuentran entre los diez bancos con mayor patrimonio en el mercado local y se especula que tendrían alrededor de 70.000 millones de dólares en los bonos reestructurados.Un acuerdo que evite el default mejora automáticamente los balances de los bancos, mientras que si persiste el default se verán obligados a recortar ganancias.En medio de la carrera contrarreloj para evitar que se alargue el default, Argentina tendría una segunda sentencia en contra que favorecería a bonistas italianos que no ingresaron a los canjes de deuda de 2005 y 2010, y reclaman más de 2.800 millones de dólares. Se trata de la demanda que presentó el abogado Nicola Stock, hace ya ocho años, en defensa de 50.000 bonistas que fueron afectados por el default de 2001 y que rechazaron las ofertas de los canjes de 2005 y 2010.Hace poco más de un mes y medio, este grupo de damnificados logró que le fuera asignada la jurisdicción en el Centro Internacional de Arreglos de Diferencias Relativas a Inversiones (Ciadi), un foro de arbitraje y conciliación del Banco Mundial que se encarga de resolver pleitos entre los países que lo integran.En el mercado consideran muy probable que la resolución y la ejecución de la demanda en contra del país se conozcan en pocos meses, porque el proceso en este tribunal es muy sencillo y no tiene apelación. Y que, incluso, si bien las sentencias de la Justicia estadounidense no sientan jurisprudencia sobre los fallos del Ciadi, la decisión de la Corte Suprema de Estados Unidos de no tomar el caso argentino y convalidar así la resolución de Griesa puede condicionar al tribunal y acelerar los tiempos de esta demanda. “No tiene chances”El exsecretario de Finanzas Guillermo Nielsen advirtió que la embestida del Gobierno contra el juez Thomas Griesa y el mediador Daniel Pollack “aislará más al país” y consideró que “no tiene posibilidades” un acuerdo entre bancos extranjeros y los fondos buitres para sacar a la Argentina del default.Nielsen está convencido de que la estrategia del Gobierno de “tirarse contra el juez y el mediador, no está bien meditada”.Nielsen, uno de los responsables del canje de deuda en 2005, consideró que el mercado financiero “no termina de procesar el default y se ilusiona con cosas que no se materializan”.“No termina de ajustar porque no termina de procesar el hecho de que se haya dinamitado la gestión de bancos privados argentinos y todo lo que pasó la semana pasada”.Al opinar sobre el acuerdo entre bancos privados y los fondos buitres dijo: “No veo factible que bancos internacionales pongan dólares para comprar una acreencia argentina que se les va a pagar a 35 centavos. Esto es una locura galopante, no le doy ninguna viabilidad”.





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