OBERÁ. Se llevó a cabo ayer una nueva declaración del único sobreviviente de la “Masacre de Panambí”. Se trata de Carlos “Nano” Knack, de 20 años, a quien manos asesinas le quitaron la vida de sus padres, Carlos Knack (43) y Graciela Mojfiuk (45), y de su hermanos Bianca (12) y Cristian (25).En su testimonio ante la titular del Juzgado de Instrucción 1 de Oberá, Alba Kunzmann de Gauchat, que tramita la causa, el joven mencionó a uno de los cuatro detenidos y principal sospechoso por el atroz cuádruple homicidio: el exprefecturiano Pablo Julio Paz, de quien refirió que “lo conocía porque su hermano Cristian habló de él y escuchó que solía ir al aserradero de su padre al mando de un camión vaquero y que iba a buscar poca madera al lugar. Que si bien no lo conocía por nombre al detenido, sería cuestión de verlo para saber si puede reconocerlo o identificarlo como alguien que frecuentaba”, resumió una fuente a PRIMERA EDICIÓN. Además, “Nano” recordó el testimonio de su madre y de su hermano cuando agonizaban tras el brutal ataque al ser rociados con una sustancia inflamable y ser prendidos fuego por los delincuentes. Su progenitora le pudo hablar unos momentos en la escena de la masacre y su hermano lo hizo posteriormente, cuando se hallaba internado en grave estado y logró mantener un breve diálogo.Con respecto a la primera, el joven relató que cuando llegó y la encontró muy malherida, ella le mencionó que “eran cuatro encapuchados y uno tenía alpargatas blancas, embarradas completamente. Que los golpearon con una barreta y luego los prendieron fuego tras rociarlos con mucho alcohol”. Luego dijo que su hermano Cristian, en aquella ocasión en que declaró ante funcionarios gubernamentales en el hospital Ramón Madariaga de Posadas, “mencionó al exprefecturiano actualmente detenido como una persona que iba al aserradero y que el día que fueron atacados en Panambí eran cinco y no cuatro los agresores”. Además, que “este hombre, el exprefecturiano, había mantenido un altercado con papá porque era muy ‘meloso’ con mamá”, agregó recordando siempre lo que Cristian le dijo en su lecho de muerte. No obstante, y al ser consultado por la jueza, “Nano” no pudo aportar datos de los otros tres involucrados y detenidos en la causa, por el delito de “cuádruple homicidio calificado”.Uno de ellos es el mencionado exprefecturiano y aparece como el más complicado de todos los sospechosos, porque una huella dactilar suya apareció en el escenario de la masacre. El otro comprometido, aunque en menor medida, es el dueño del VW Bora que fue incautado en San Javier, Juan Ramón Godoy (44). Los restantes implicados son un mecánico chapista, Marcial Alegre (45), y un suboficial del Ejército Argentino, Rubén Bueno (52), quien al parecer conducía el camión en que el exprefecturiano solía visitar el aserradero de la familia Knack.Durante la jornada de ayer, el único sobreviviente de la “Masacre de Panambí” declaró desde las 8 hasta las 14. Si bien el testimonio generó muchas expectativas en las últimas horas, finalmente de alguna manera no fue más allá de lo que ya había relatado ante la magistrada en su primera declaración, tres días después del horrendo cuádruple homicidio. AtrozLa trágica “Masacre de Panambí” fue perpetrada durante la tarde del domingo 25 de mayo pasado, en el interior de la vivienda de las víctimas, en el mencionado municipio.Al menos cuatro sujetos ingresaron a dicho domicilio y, luego de alzarse con 460 mil pesos en efectivo, maniataron, torturaron y prendieron fuego al empresario maderero Carlos Knack y a su esposa Graciela Mojfiuk, como así también a sus hijos Bianca y Cristian.Este último peleó por su vida durante varios días e incluso, antes de morir, llegó a brindar una declaración clave para la causa, pero que no tendría entidad probatoria por cuestiones técnicas. La principal hipótesis de los investigadores es que el múltiple homicidio fue cometido en ocasión de robo, pero no se comprende aún por qué hubo tanto salvajismo y saña contra las víctimas. Entrecruzamientos telefónicosSe supo que es materia de investigación una comunicación entre el chapista Marcial Alegre y el exprefecturiano Pablo Julio Paz, que se habría producido el mismo día del hecho (el pasado domingo 25 de mayo). Dicho contacto telefónico surgió del entrecruzamiento telefónico que ordenó la jueza que investiga la “Masacre de Panambí”.Estas constancias figurarían en el frondoso expediente del caso, donde existirían llamados entre ambos sospechosos y varios mensajes de texto, precisó un vocero.





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