POSADAS. De pie frente al dolor, la familia de Carlos Raúl Guirula (33) decidió no quedarse de brazos cruzados. Por eso, con un fin netamente altruista, saldrá a la calle esta semana para pedir que nunca más se repita un caso de estas características en la provincia.“Será una marcha pacífica con el objetivo de dejar un mensaje: que esto nunca vuelva a pasar. Hoy fue mi hermano, pero mañana puede ser cualquier otro”, aseguró María Guirula, una de las hermanas del albañil, en diálogo con PRIMERA EDICIÓN.Aunque la familia se mostró conforme hasta el momento con el accionar de la Justicia, que tiene elementos suficientes para imputar el crimen y posterior encubrimiento a los once policías involucrados, decidió que la muerte de Guirula no debía ser en vano.“Queremos que después de todo esto las cosas cambien, que haya un antes y un después desde la muerte de mi hermano”, dijo María, quien agregó que esperan que “los responsables hagan las cosas como corresponde”.La movilización está prevista para el próximo viernes a partir de las 8. A esa hora se reunirán en el tradicional mástil de la intersección de las avenidas Uruguay y Mitre de Posadas. Desde allí caminarán hasta la plaza 9 de Julio, frente a la Casa de Gobierno.María contó que ya confirmaron el apoyo de varias familias que resultaron víctimas de la violencia policial, pero a la vez explicó que la convocatoria es totalmente abierta.“La sociedad tiene que tener en cuenta que esto le puede pasar a cualquiera, por eso necesitamos del apoyo de todos los misioneros; la unión hace la fuerza”, sintetizó.La joven explicó además que la intención de la familia no es “politizar” la convocatoria: “Esto no es en contra de ningún gobierno, solamente queremos que las entidades responsables hagan lo que tienen que hacer, que cumplan con su trabajo como corresponde”.Guirula murió al recibir una feroz golpiza en medio de un procedimiento policial llevado adelante por nueve policías de la comisaría seccional Decimotercera y del Comando Radioeléctrico de la UR-I.Fue minutos después de las 3 del sábado 19 de julio, cuando la comitiva policial llegó hasta un motel de avenida Andresito y Santa Catalina de Posadas, donde el albañil había tenido una discusión con uno de los empleados por una deuda.Según la principal hipótesis, los policías llegaron y al menos cinco de ellos golpearon salvajemente a Guirula, que llegó muerto al playón de la Decimotercera. En ese lugar, al percatarse de lo que había sucedido, los efectivos intentaron modificar la escena y ocultar el gravísimo episodio.Sin embargo, la intervención inmediata de la Secretaría de Apoyo para Investigaciones Complejas (Saic) y del magistrado Marcelo Cardozo, al frente del Juzgado de Instrucción 1 de Posadas, permitió descubrir lo que realmente había sucedido.Para las 7 de ese día, los libros de guardia de la comisaría y del Comando ya habían sido secuestrados. Y minutos más tarde se procedió a la detención de los nueve policías involucrados. Por la noche, las pruebas de luminol demostraron que el cuerpo había sido arrastrado una y otra vez por el playón de la comisaría y que la camioneta había sido lavada. Y mucho peor: en el armario de la oficial detenida hallaron escondido entre sus prendas de vestir el teléfono celular de la víctima.Los policías apresados fueron indagados y mostraron contradicciones notorias. Sin embargo, el testimonio de los empleados del motel resultó clave: dijeron, primero, que Guirula estaba tranquilo cuando llegó la Policía. Y después, que vieron a al menos cinco uniformados pateando salvajemente al albañil. Policías intentaron simular una muerte naturalMientras se aguarda por las filmaciones de las cámaras de seguridad del motel donde todo sucedió, se conoció en las últimas horas que los policías involucrados que intentaron ocultar el hecho trataron de montar una escena en la que se diera a entender que la víctima falleció de muerte natural.La información surge a raíz de que alrededor de las 4 de ese sábado los uniformados avisaron a la Unidad Central de Emergencias. La ambulancia llegó minutos después y el paramédico, en un primer examen, diagnosticó el hecho como un paro cardiorrespiratorio, tras lo cual abandonó la escena.Para los peritos, ante esta información, los policías lavaron la camioneta y el playón de la comisaría después de trasladar nuevamente el cuerpo al lado del rodado, intentando hacer creer que todo fue una muerte natural. La autopsia, claro, reveló después lo contrario: Guirula había recibido una salvaje golpiza que le costó la vida.





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