LA PLATA (DyN). El gobernador bonaerense Daniel Scioli dispuso la intervención de la Fundación Felices los Niños luego de que se conociera un informe donde se aseguró que el sacerdote Julio César Grassi desviaba donaciones a la cárcel de Campana, donde está detenido por abuso sexual.Scioli ordenó al Ministerio de Justicia que realice una “profunda investigación en la Unidad Penal 41 de Campana para determinar las responsabilidades sobre la denuncia por irregularidades en el manejo de donaciones”.Fuentes judiciales manifestaron a DyN que hay dos causas abiertas: la fiscal de Morón Lisa Bonini analiza la documentación y computadoras secuestradas anoche en los allanamientos en la sede de la Fundación, en Hurlingham, y en la quinta La Blanquita, donde residía el cura antes de ser detenido; mientras que una fiscalía de Zárate tomó intervención por lo ocurrido en el penal de Campana.El gobernador dispuso también que todos los funcionarios allegados al tema se acercaran a la sede de la Fundación, donde viven 65 menores de edad y asisten otros 2.000, para brindar “la mayor colaboración” al director de hogares de la institución, Juan Manuel Casolati, denunciante en esta nueva causa.Piermarini junto con el secretario de Niñez y Adolescencia, Pablo Navarro; el subsecretario de Justicia, César Albarracín, concurrieron este lunes a la fundación para empezar a coordinar acciones de trabajo y que “los chicos no se vean perjudicados”.“La intervención es una decisión política a partir de este momento. Si se denuncia una situación de desvío de fondos estamos en el lugar para mejorarla más allá de que la Provincia no tenga convenio con esta institución”, dijo Navarro.El funcionario explicó que “para la secretaría de Niñez todos los hogares deben estar con convenios con la Provincia”.Además, aclaró: “Este lugar no tenía chicos para nosotros”, lo que pone en evidencia la situación irregular del mismo.“Buscaremos la forma de acompañarlos con las firmas de convenios que posibiliten que sigan funcionando y con los chicos cada vez mejor”, agregó.Tras recorrer las instalaciones informó que “unos 40 chicos son los que duermen” en el lugar y que es un predio que afecta a unos tres mil menores. La denuncia periodísticaLa decisión de intervenir la Fundación se tomó en la Casa de Gobierno bonaerense a raíz de la difusión del caso en el programa “Periodismo Para Todos”, de Canal 13, donde se mostró que personas allegadas a Grassi habrían desviado donaciones recibidas en esa entidad y destinadas a los niños.El destino de esos desvíos era la unidad 41 de Campana, donde Grassi cumple desde septiembre pasado la condena a quince años de prisión impuesta en el 2009 por haber abusado de un menor de edad al que debía cuidar.Casolati, secretario de ejecución penal de la Defensoría General del partido de San Martín, quien quedó a cargo de la fundación desde que el sacerdote fue detenido, reportó al programa de televisión que cuando se hizo cargo de la entidad encontró 2.000 kilos de comida en mal estado, que pese a estar vencidas Grassi habría ordenado a sus colaboradores dársela a los niños.El informe periodístico también mostró con una cámara oculta a Grassi en las instalaciones del penal, usando celulares y teniendo acceso a computadoras, algo prohibido para cualquier preso.En la celda, además, tenía un televisor Led de 21 pulgadas, un frigobar y un caloventor, mientras que se lo acusa de haber hecho llegar al penal una veintena de colchones que pertenecían a la Fundación.Un rumor, ahora sostenido por la investigación de PPT, indicaba que Grassi donaba alimentos a cambio de seguridad: no por miedo a que lo mataran, sino porque todos le pedían algo cuando lo veían.Casolati ratificó las denuncias y afirmó que “Grassi no lo hace para proteger a los presos, lo hace para tener privilegios”.“Ayer lo requisaron y tenía tres celulares y cinco mil pesos. Los usa para delinquir”, dijo Casolati al hablar con canal 26 y calificar como un “hijo de mil putas” al sacerdote y “a las 20 personas que lo asisten”, porque “usan como instrumentos a los chicos”.“Hubo complicidad absoluta de un grupo de leales que tiene Grassi allí, que se ha ido enriqueciendo en estos años y ha ido utilizando la organización en beneficio propio, pero a pedido de Grassi, son sus manos ejecutoras de la cantidad de ilícitos que comete (desde el penal de Campana)”, afirmó a radio Continental.





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