POSADAS. “Sentirse sano es lo más hermoso. A los jóvenes les diría que valoren su salud y que no malgasten su vida con los vicios. Que piensen que hay muchas personas enfermas que darían su vida por un segundo de sentirse bien”. A sus jóvenes 20 años, Yonathan Zaleski ya ha librado muchas batallas. Una de las más importantes es contra un linfoma de Hopkins -cáncer del sistema linfático- que le detectaron en 2010, mientras vivía en el hogar Padre Antonio Sepp de Parada Leis. Para superarlo, hace algunas semanas debieron realizarle un autotrasplante de médula en Buenos Aires.Una compleja historia familiar, con un padre alcohólico y una madre que debió criarlo a él y a sus ocho hermanos en Paso de los Libres (Corrientes), lo habían empujado a venir con catorce años a Posadas para buscar trabajo en albañilería. En momentos en que todo era muy difícil por su estado de salud, la Fundación Tupá Rendá (FTR) de esta ciudad significó una gran oportunidad para sentirse acompañado y protegido. Hoy Yoni, como lo llaman afectuosamente los integrantes de la fundación -nacida de la mano del padre Alberto Barros-, es parte de esta gran familia que el sábado celebrará sus dos años de funcionamiento.El joven, a quien consideran “un ejemplo de vida”, dialogó con PRIMERA EDICIÓN durante una visita realizada al hogar Padre Mugica, que también es sede de la FTR.“Quiero ser enfermero”“Me detectaron el linfoma en 2010. Tuve varias recaídas, así que se decidió un autotrasplante de médula. Me lo hicieron en Buenos Aires y tuve que estar internado tres meses. La semana pasada volví a Posadas”, resumió Yoni en un descanso de una actividad a la que le dedica mucho tiempo: completar sus carpetas para ponerse al día y terminar la secundaria, que cursa en el Bolp Nº1.Si bien la modalidad del hogar Padre Mugica no es de hogar convivencial, sólo nocturno, Yoni vive allí. Le han acomodado una habitación individual para evitar cualquier contagio, ya que su sistema inmune está muy delicado. Pese a ello, siempre está atento de lo que los niños que vienen puedan necesitar, les muestra la casa y los ayuda en sus tareas.“El que sueña y quiere, consigue las cosas. Espero terminar este año la secundaria. Y quiero seguir estudiando. Lo primero que pensé es Enfermería, que me surge porque veo cómo atienden algunos enfermeros que no tienen paciencia, el trato no es cordial, no te explican nada. Y entonces yo quisiera atender bien a los pacientes, explicarles de forma que entienda las cosas que se le van a hacer y darles ánimo”, argumentó.Dos años de trabajo comprometidoCumplir un nuevo año, lógicamente, es momento de compartir reflexiones y hacer un balance de las importantes actividades que desarrolla la Fundación Tupá Rendá en los tres hogares de noche que administra: el San José Obrero y el María Madre de los Pobres, que funcionan en Troazzi 1.036 de Villa Sarita y están destinados a hombres y mujeres, respectivamente; y el hogar Padre Mugica, que recibe a niños en situación de calle y vulnerabilidad social. En estos 24 meses han pasado por estos hogares más de 40 niños y 367 adultos. Muchos se han revinculado con sus familias y tienen un seguimiento de profesionales que colaboran voluntariamente. Niños y adultos han logrado, mediante tratamientos y acompañamiento de la FTR y otras instituciones, dejar las drogas, completar sus estudios, conseguir trabajo y rehacer sus vidas. Según Rogelio Peralta, integrante de la Fundación y coordinador de los hogares, hasta el momento hay más de 200 voluntarios que día a día brindan su tiempo y energía para cocinar y limpiar, ayudar a estudiar, organizar juegos con los niños, preparar ferias de platos y de ropa, o hacer algún aporte económico.“Es como un milagro, porque empezamos sin tener muchas cosas y hasta ahora nunca ha faltado nada, siempre tenemos comida y todo lo que necesitamos para brindar a los chicos y adultos”, destacó Peralta. Además de las ayudas voluntarias, han tejido una amplia red de trabajo y respaldo con la Municipalidad de Posadas, el Hogar de Día, el hogar Padre Sepp de Parada Leis, el Ministerio de Desarrollo Social y el de Salud pública, entre otros organismos.Y los desafíos continúan, buscando responder a las demandas sociales lo más rápido posible. Uno de los ejemplos es la apertura de una guardería para niños y bebés, con la que buscan ayudar a las madres a que puedan trabajar. Asimismo, desde el 21 de mayo están alojando a catorce niños de entre dos y trece años, que residían en el hogar El Refugio, que está siendo refaccionado.




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