POSADAS. “Trabajo de lunes a lunes, no tengo tiempo de estar en mi casa y van tres veces que tengo la desagradable sorpresa de enterarme de que la Policía derribó la puerta de mi vivienda y que me incautaron numerosos electrodomésticos y prendas de vestir. Por si fuera poco, las llevaron al Juzgado, donde siempre recuperé todo porque tengo comprobantes de compra de mis pertenencias”. No se trata de un conocido delincuente, de ésos que siempre están bajo sospecha de los investigadores policiales por sus frondosos antecedentes y por ser asiduos visitantes de las comisarías por sus fechorías. Tampoco es un fugitivo de la Justicia. Se trata de un vecino que, según él mismo dijo a este diario, “está condenado por residir en la chacra 181”, un complejo habitacional que está “marcado” por la Policía como una zona peligrosa, donde habitualmente se hacen megaoperativos en busca de “motochorros”.“No tengo vergüenza y doy la cara porque me considero una persona trabajadora y honesta. Me llamo Juan Carlos Acacio, tengo 51 años y trabajo en una agencia de quinielas de Posadas. Mi domicilio es en la intersección de las avenidas Almafuerte y San Martín. Quiero denunciar que estoy siendo humillado por la Policía y las autoridades judiciales porque fui objeto de tres allanamientos en cuestión de meses, donde me secuestraron una interminable lista de objetos de mi legítima propiedad. Lo curioso es que luego de incautarme los mismos objetos, los mismos electrodomésticos, me los reintegran por orden de la Justicia. Parece una broma de mal gusto que se reitera cada vez que la Policía realiza estos operativos con numerosas patrullas y hasta helicópteros”, dice Acacio, visiblemente indignado y con lágrimas en los ojos. “Acá existe un grave perjuicio en mi contra, porque cada vez que tengo que recuperar mis cosas tengo que pagar el flete para traerlos de vuelta desde la sede judicial, tengo que sacar de mi bolsillo para reparar el portón, la puerta y hasta el muro que derribaron los efectivos a patadas. Ni hablar de que para cada trámite de restitución de elementos tengo que pagar a un abogado. Soy un trabajador más del barrio, como otros, pero resulta que estamos ‘marcados’ por vivir en la chacra 181, estamos condenados por estar residiendo en un complejo habitacional donde en otros tiempos, lo reconozco, era peligroso caminar. Pero las cosas cambiaron y la chacra ahora está más organizada, nos cuidamos entre todos y tratamos de hablar con los jóvenes para que no cometan delitos y se dediquen a estudiar y trabajar”, explicó Acacio. Por otra parte, el damnificado radicó una denuncia ante la Unidad Regional I de Posadas, en virtud de que al momento de presentarse en la comisaría Decimosegunda a reclamar sus pertenencias y a que le muestren las órdenes de allanamiento, el personal de guardia le contestó que no contaban con dichos objetos y mucho menos con el documento que solicitaba. “No soy el único”Acacio dijo finalmente que no es el único vecino perjudicado por el accionar policial: “Similares procedimientos hacen en casas de vecinos, inclusive de ancianos a los que hemos visto esposados, boca abajo en el piso. Es lamentable”, concluyó.





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