EL SOBERBIO (Enviado especial). Mientras algunos damnificados planeaban volver a sus casas, otros buscaban dónde estaban las suyas. Según el parte oficial del Comité de Emergencia de El Soberbio, fueron evacuadas 700 familias, hubo 350 casas inundadas y totalizan 3.500 las personas que están fuera de sus hogares. Hasta ayer al mediodía fueron censadas solamente 2.000 personas y 300 permanecen en centros de evacuados. Desde el domingo a la tardecita, las familias buscaban volver a sus casas a medida que la bajante del agua así lo permitía. El día después de la catástrofe parecía que todo iba a reacomodarse y volvería la normalidad. Pero para muchos de los damnificados de la inundación que residían en el barrio Unión, nada volverá a ser igual. Desde las primeras horas del lunes muchos vecinos de ese conglomerado de familias humildes se acercaban a ver cómo quedaron sus casas. El ambiente resultó aterrador para buena parte de ellos porque se encontraron con que de su vivienda no queda nada o que todavía está debajo de las aguas.En el fondo del barrio había una cancha de fútbol que chicos y grandes utilizaban para actividades recreativas. Según explicaron los vecinos, ese lugar fue el primero en quedar cubierto por el agua. Mónica De Lima y Darío Batista son un matrimonio joven, con una hija de apenas dos años. Tenían su casa a pocos metros del campo deportivo. Ayer bien temprano, aprovechando el mejoramiento de las condiciones climáticas, llegaron hasta el lugar donde habían levantado su casa, pero no la encontraron. Si bien ya habían sido advertidos por otros parientes que pasaron por el lugar, necesitaban ver con sus propios ojos.La joven, que vino a ver cómo quedó el barrio donde vivía, señaló la casa donde vivía su madre: “La casa de mi mamá es la que está ahí. El agua se la llevó casi completa, y esa que está arriba es otra casa. Pertenece a un vecinos que vivían hacia abajo, a unos 50 metros de acá”, relató compungida.El matrimonio se mostró completamente desanimado y coincidió en señalar que “acá no podemos volver a vivir. Ahora vino esta inundación y puede venir otra, de nuevo. Todo lo que hicimos fue con sacrificio, compramos un terrenito y poquito a poco fuimos haciendo nuestra casa, y en pocas horas perdimos todo. Acá vivía un hermano mío y un hermano de mi señora tenía la casa atrás de esa otra”, contó Batista, y agregó que “ahora no está. Él (su hermano) fue con una canoa para el lado del río y la encontró colgada de un árbol al otro lado del montecito”, lamentó.“Parece que está”María Lourdes Félix y su hijo Ramón Fonseca llegaron al mismo lugar donde estaba la otra pareja. Entraron hasta donde hace pocos días era el patio de la casa de un vecino. Se agacharon, miraron entre los árboles y partes de algunas casas que quedan en el lugar. “Mirá, mamá, tu casa parece que no está. De la mía se ve el techo, o parece que es la mía. El techo que se ve está más o menos donde estaba mi casa”, comentó angustiado.Fonseca contó a PRIMERA EDICIÓN que “acá donde todavía está el agua tiene que haber más o menos unas 100 casas junto con las que están atrás del montecito. La casa de mi mamá no está, la mía parece que sí. Pero si está, no creo que sirva de algo. Acá no podemos seguir viviendo. Llegamos a sacar casi todas las cosas de la casa, pero el agua venía muy rápido. Buscábamos ayudar a los vecinos y no tuvimos tiempo. Todos mis hermanos y parientes vivían acá y todos perdimos nuestras viviendas”.Por dónde empezarLeontina Correa (62) vive con uno de sus hijos en una precaria casa, justo a la entrada al barrio Unión. No pudo sacar sus cosas de la construcción. Ayer fue hasta el lugar y comprobó que la vivienda está destruida y que, definitivamente, no podrá volver a vivir en ella. “Hoy vine a ver mi casa y mire lo que me encontré. El piso de tablas se soltó por completo, el techo está roto y las cosas que quedaron adentro, destrozadas. Justo había ido a ayudar a mi otro hijo, que vive al lado del río, a sacar las pertenencias y cuando vine a ver mi casa, estaba entrando el agua. A pesar del cansancio, con unos vecinos y mis hijos logramos sacar algo, pero lo que quedó se rompió todo. Espero que me ayuden a reconstruirla”.Las escenas que se observan en el barrio Unión son desoladoras. Todavía hay casas que están debajo del agua, otras viviendas destruidas y una gran cantidad que fueron arrastradas por la corriente del Uruguay. Según el comunicado que entregó el comité de emergencia a las autoridades municipales, 50 casas fueron llevadas por la crecida. Esta cifra puede ampliarse, ya que cuando terminen de bajar las aguas se podrá tener un panorama más detallado. Hasta ayer al mediodía había más de tres hectáreas cubiertas por el agua y en gran parte de ellas había casas, según señalaron los vecinos.Sin embargo, se tiene en cuenta que las casas de madera que quedaron en el lugar están destruidas y prácticamente inhabitables. Según el relevamiento del Comité de Emergencia, fueron 350 las casas inundadas, pero a simple vista se puede ver que la mayoría de ellas estan inutilizadas. Además el número puede incrementarse.Los avivados de siempreHasta el mediodía de ayer fueron censadas 2.000 personas que resultaron damnificadas por la crecida del Uruguay. Lo que pudo saber este diario es que la mayoría de los vecinos del barrio Unión, cerca del campo deportivo, no fueron a registrarse y como no se alojaron en los centros de evacuados, no están dentro de ese relevamiento. También trascendió que hay gente de otros barrios que no sufrieron la inundación pero que se registraron como damnificados y esperan recibir ayuda.Los vecinos de los sectores más perjudicados se quejaron por la ausencia de la Comuna de El Soberbio luego del desastre: “Acá no vino nadie de la Municipalidad a ver qué pasó, si necesitamos algo o a decirnos si nos van a dar una mano para reconstruir nuestras viviendas. Sólo vino gente de Gendarmería Nacional, que sacó fotos y anotó los nombres de los que estaban en este lugar”, dijo una mujer que alcanzó a ver su casa destrozada y que había perdido todas sus pertenencias.Nadie sabe de MonteagudoPasaron varios días desde que la creciente del Uruguay comenzó a in
undar las costas de El Soberbio, pero desde aquel entonces nadie sabe qué pasa con los habitantes de Colonia Monteagudo, que quedaron aislados por el desborde de un puente. Varios vecinos que tienen familiares en esa zona manifestaron que intentaron comunicarse en repetidas ocasiones, pero que la señal de los teléfonos celulares es nula. El viernes las autoridades comunales estimaron que esa porción del municipio está rodeada de altas barrancas, por lo que sería difícil que el agua llegara lejos.




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