BUENOS AIRES (NA). Al menos 41 personas sufren por día el robo de identidad a manos de delincuentes que compran documentos truchos y con ellos realizan gastos que luego motivan reclamos millonarios sobre las víctimas. Así le pasó a Víctor Rusu, un comerciante de Morón de 42 años que en 2010 sufrió el robo de su identidad cuando una banda utilizó su documento para fundar una empresa con 20 empleados en la localidad bonaerense de Luján. Desde ese momento, a Rusu le llueven reclamos por deudas, que suman unos 500 mil pesos, y tiene todos sus bienes embargados, en el marco de un caso paradigmático de robo de identidad, según publicó el Diario Popular. “Mi problema arranca en 2010, cuando arman la compañía trucha con mi nombre. Yo había perdido mi documento en 2005 cuando me robaron el auto y ese fue el disparador, porque lo usaron para presentar todos los papeles necesarios ante la AFIP y otras instituciones”, contó la víctima. Tan brutal e impune fue el robo de identidad del comerciante de Morón que la banda puso como domicilio de la empresa la dirección de un descampado y de una iglesia en Luján, precisó el matutino. Rusu descubrió que le habían robado la identidad de casualidad cuando su esposa fue a la obra social y allí le dijeron que ya no figuraba como monotributista, por lo que él se puso a averiguar y resultó ser el “propietario” de una compañía fantasma. Daniel Monastersky, abogado y titular de la organización “Identidad Robada”, explicó que “el caso de Rusu es paradigmático de este flagelo, con una banda que realizó una variedad de operaciones en pocas semanas hasta que resultó detectada”, y agregó que “se trata de una modalidad que crece de manera constante en todo el mundo, y que no discrimina a los damnificados, que pueden ser personas de mucho nivel económico o trabajadores”.Desde la organización, que viene trabajando desde hace años en torno a esta problemática, se calcula que anualmente se registran unos 15 mil hechos en nuestro país con estas características de robo o suplantación de identidad para diversos fines. “Hay grupos o mafias que actúan con muchísima impunidad, en connivencia con empleados de empresas o instituciones. Conocen los agujeros legales y la falta de prevención que existe. Venimos reclamando que las empresas e instituciones formen oficinas de atención especializada para damnificados de robo de identidad”, señaló Monastersky.





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