Con sólo dos años, Ernesto Milbrand (72) llegó desde Brasil junto a sus padres y desde entonces su familia se radicó en El Soberbio. Es trabajador municipal y muy conocido entre los habitantes de la ciudad. Como todos los vecinos antiguos, fue testigo de las cosas más importantes e insólitas que pasaron en el Puerto y cómo creció hasta transformarse en una pujante ciudad del Alto Uruguay.Con sus años encima don Ernesto fue testigo una vez más de la crecida del río Uruguay. Ésta es la tercera grande que recuerda y que afectó a una mayor cantidad de personas, porque actualmente “hay un 60% de casas más que en el año 1983, y por aquel entonces los barrios más afectados no tenían muchas casas”. Si bien esta inundación llegó a la misma altura pero en este barrio no vivía mucha gente y ahora vive una cantidad. Está todo poblado y una casa al lado de la otra”.Relató que en el ‘83 “nosotros, con tres yuntas de bueyes sacábamos a la gente desde abajo, cerca del río y la Municipalidad tenia un Dodge viejo que recogía a la gente de acá arriba. Ahora se multiplicaron las casas y la gente, y por eso ahora fue complicado sacar a la gente y llevar a un lugar seco y seguro”.Manifestó que antes eran unas pocas casas de gente conocida que “hoy está todavía, pero ahora hay más de 600 casas. Ese es el problema para sacar. Había muchos autos y la gente ayudaba una a la otra a sacar las cosas de adentro y poner en los autos. Luego llevaban adonde el propietario pedía”.Dijo que en aquella inundación se presentó el mismo problema que ahora. “Mucha lluvia acá y en Brasil donde el Uruguay concentra el agua. Eso trae mucho líquido y entra, porque el agua no pide permiso. En este barrio (Chivilcoy) el agua entró por el arroyito, una especie de zanjita que pasa por todo el pueblo y desemboca en el río. Por ahí sube el agua”, acotó.Gesticulando, contó que “era todo monte en esta parte y más para abajo. Yo vivía más arriba y comenzaba a hacer mi casa en este terreno. En ésta inundación el agua llegó al mismo lugar que aquella vez. Aquella planta de limón estaba chiquita y el agua le alcanzó. A las 2 de ayer llegó a su punto más alto y toco el tronco del limón”, graficó. Y esperó hasta esa hora porque no creía que iba a llegar hasta allí. “Soy empleado municipal y junto a otros compañeros de trabajo ayudé a todos mis vecinos a sacar sus cosas. A la madrugada vino un camión de Gendarmería y nos dijo que teníamos que salir y llevar las cosas y vimos que el agua podía alcanzar a entrar. Y entró nomas”.En 1957 hubo una inundación grande. “Era chico pero me acuerdo que llegó hasta la avenida San Martín. No sé si fue más grande que ésta y que la del año 83. En aquel tiempo acá era una colonia y todo era monte, habían algunas casas. Ahora, como está todo construido el agua tiene mucho obstáculo para subir y también mucho asfalto que no le deja absorber”. “Siempre hay crecidas del río, sólo que no trasciende porque no son tan grandes como ésta. Hace unas semanas atrás el arroyito creció por la lluvia que cayó pero no afectó a tanta gente”, manifestó.“Me parece que dentro de diez años se va a repetir otra inundación grande. Es que uno va haciendo cuentas de las crecidas del río y como se dieron y son cada tantos años”, pronosticó Milbrand. A su entender, las represas “son las que tienen la culpa de tanta crecida del río. La lluvia que cayó acá no era para que suba tanto. La represa de Brasil comenzó a abrir las compuertas, alargar el agua y por eso creció mucho”.





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