POSADAS. Casi cuatro años después, Samuel Martínez (27) pensó que ya nadie lo buscaba. Por eso nunca imaginó que al abrir la puerta de la casa de la calle Berutti iba a encontrarse con efectivos de la Policía bonaerense. No tuvo tiempo ni de resistirse: enseguida lo esposaron. Había sido detenido por el crimen a puñaladas de Carmen Fagundez (44), su concubina, perpetrado hace casi cuatro años y a más de mil kilómetros de distancia, en Misiones.En esa vivienda de las afueras de Ezeiza, en el suroeste del Gran Buenos Aires, había intentado reencauzar su vida, como las fuentes le confirmaron a PRIMERA EDICIÓN en las últimas horas. Tenía nueva pareja y trabajaba en la construcción. Nadie sabía que en Misiones se lo buscaba por un asesinato.Fueron los uniformados de Homicidios de la Dirección de Investigaciones de la Policía de Misiones los que nunca dieron el brazo a torcer y después de un arduo trabajo lograron dar con su paradero. La información les señaló la ciudad de Ezeiza, a unos 37 kilómetros de la Capital Federal.La novedad fue elevada de inmediato a la Justicia de Oberá, que tiene jurisdicción en el caso, que entonces libró un exhorto a la Policía de Buenos Aires para que colabore con la investigación iniciada por los detectives misioneros.Miembros de la “bonaerense” iniciaron sus labores y confirmaron la información vertida por sus pares de la DDI con asiento en Posadas. Tras una sigilosa vigilancia, rodearon el inmueble y aguardaron por la llegada de Martínez.El hombre, oriundo de Puerto Esperanza, jamás imaginó lo que le esperaba en casa. Allí mismo vivía junto a su nueva pareja, una mujer que casualmente también le doblaba en edad, tal como Fagundez. Compartía la vivienda de la calle Berutti con los dos hijos de su actual concubina.La detención se produjo en horas de la tarde del último sábado. Martínez llegaba de una extensa jornada “en la obra”, ya que se ganaba la vida en la construcción. Los policías lo rodearon y no le dejaron otra salida más que entregarse. Había caído uno de los hombres más buscados por la Justicia misionera.“No tengo ninguna cuenta pendiente en Misiones”, alcanzó a decirles a los uniformados en medio del operativo. Después, guardó silencio hasta la llegada de los hombres de la Policía de Misiones, que ayer finalmente lo trajeron de regreso a la provincia.Las autoridades lo buscaban por el crimen cometido el miércoles 6 de octubre de 2010, cuando alrededor de las 15.30 fue hallado en un descampado del barrio Los Pinos de Aristóbulo del Valle el cuerpo sin vida de Carmen Fagundez (44), por entonces su concubina. La mujer había salido alrededor de las 5 de su casa en Villa Salto Encantado con el objetivo de realizar algunos trámites en la ciudad, pero entonces la sorprendió la muerte.La pericia forense determinó la saña con la que actuó el homicida. El cadáver presentaba tres puntazos, el primero en el tórax y los otros dos en la espalda. Por eso, todo indica que la mujer intentó huir pero no pudo hacerlo.Aquella autopsia reveló otra arista tristemente macabra. La mujer gestaba un embarazo de cuatro meses cuando la mataron. Ya tenía siete hijos, a los que mantenía con el poco dinero que conseguía todos los meses.Tras el hallazgo, la Policía de Misiones inició una extensa investigación que enseguida apuntó contra el concubino, al que Fagundez había denunciado una semana antes por violencia de género.Martínez fue buscado en Puerto Esperanza, su lugar de origen, y también en Bernardo de Irigoyen, donde había vivido un tiempo. Las semanas pasaron y esa búsqueda poco a poco se fue diluyendo.Al menos eso pensó el prófugo hasta el último sábado. Pero los detectives de la fuerza provincial no lo habían olvidado. Con sigilo, reiniciaron la búsqueda hasta obtener datos certeros que los llevaron hasta Martínez. Pensó que ya no lo buscaban, pero estaba equivocado.





Discussion about this post