POSADAS. “Estamos orando y clamando a Dios. La fe es lo último que se pierde”, aclara con convicción Néstor Knack antes de hablar de cualquier otra cosa. Después, confirma la mejor de las noticias que su familia pudo recibir en este último mes: aunque sigue grave, su sobrino Cristian mostró signos de una leve mejoría que llena a todos de ilusión y esperanza.Como PRIMERA EDICIÓN informó ayer, el joven dio indicios importantes en su camino por la recuperación. Y en ese sentido, comenzó a comunicarse, como se lo confirmó Néstor a este diario en diálogo telefónico.“Él está anestesiado, semidormido, pero ya está preguntando. Haciendo un movimiento pequeño con la boca pregunta por su familia. Nosotros entendemos que dice ‘papá’. Por ahora es solamente eso, porque no levanta las manos ni los pies, no mueve los dedos, pero está ahí, queriendo mejorar”, aseguró Néstor.Sin embargo, más allá de la buena noticia, la familia deberá enfrentar en las próximas horas otro momento dramático, de mucho dolor: contarle a Cristian cuál fue el triste e inesperado final de sus padres y de la pequeña Bianca, su hermana.Según relató su tío, “Cristian aún no sabe nada, ni siquiera que el papá, la mamá y la hermana ya no están más”, y explicó con inmenso dolor que el momento de comentarle la verdad “será muy duro, tanto para él como para nosotros”.Al respecto, especialistas médicos del Hospital Escuela de Agudos Ramón Madariaga analizan el estado de salud del joven, quien permanece internado en terapia intensiva del sector Quemados, principalmente para saber si realmente está listo para recibir la tremenda noticia.El hecho de que Cristian recupere lentamente la conciencia y también el habla, como todo indica, genera expectativa en los investigadores del caso. Es que su testimonio puede resultar determinante y arrojar pistas fundamentales para el expediente.En ese sentido, una fuente bien informada contó que, de continuar la evolución, Cristian podría declarar ante las autoridades próximamente en la misma terapia intensiva del Madariaga. Sin embargo, por el momento todo se trata más que nada de un anhelo. Es necesario esperar. Así también lo cree Néstor, quien sobre el testimonio que pueda aportar Cristian sostuvo que “primero hay que ver qué vio y qué no. ¿Y si no pudo reconocer a nadie? Ahí quedaríamos en la misma nomás”, opinó. Los detectives, al contrario, creen que cualquier detalle que logre reflotar de su memoria será de un valor extremadamente alto. De una u otra manera, lo cierto es que Cristian Knack aún no puede articular una conversación, sino palabras sueltas o balbuceos, como también se lo confirmó a este diario una fuente ligada a su recuperación. “Recibió algo de leche y otras cosas, algo le están dando al estómago de él, pero todavía es poquito”, se informó. Lo dicho anteriormente: la clave será esperar y las próximas horas pueden ser fundamentales.“Sigue con pronóstico reservado y riesgo de muerte, eso es lo que nos dicen los médicos. Pero yo estoy creído que va a salir adelante, más allá de que todavía está fea la situación. Creemos que Dios va a hacer un milagro en su vida que va a sorprender a todos. El milagro de Dios, se va a dar. Estamos seguros”, apunta una vez más Néstor antes de despedirse, entre el dolor y la angustia de una pesadilla que parece no tener fin. Cuatro testigos de uno de los detenidos declararán mañanaOBERÁ. Mientras continúa la investigación y se aguarda el resultado de diferentes pericias, trascendió que mañana fueron citados a declarar cuatro testigos presentados por la defensa de uno de los tres imputados por el feroz asalto y triple crimen.Se trata de cuatro personas cuyas declaraciones fueron solicitadas por la titular de la Defensoría Oficial 1 de Oberá, la letrada Francisca Gómez de Roth, quien representa al imputado Juan Ramón Godoy (44). Algunas versiones indican que esas personas aseguran haber visto e incluso estado con el sospechoso en San Javier al momento del gravísimo episodio.Sobre los tres detenidos, por el momento trascendió que durante esta semana ninguno procederá a ampliar su declaración indagatoria. En principio, los tres se habían abstenido ante la magistrada Alba Kunzmann de Gauchat, al frente del Juzgado de Instrucción 1 de la Segunda Circunscripción Judicial, con asiento en Oberá.Los otros dos imputados, el ex prefecturiano Pablo Julio Paz (51) y el chapista Marcial Alegre (45), dueño del taller de San Javier donde la Policía encontró un arsenal de guerra, cuenta con la asesoría legal de abogados particulares. Con respecto a este último, es el letrado Ramón Grinhauz quien lleva adelante la defensa.





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