POSADAS. Mientras el país define la estrategia que aplicará para negociar un fallo adverso de la Justicia norteamericana, en una causa ganada por los denominados fondos buitres: PRIMERA EDICIÓN recurrió a un especialista en mercados, economía y la relación histórica que siempre nos remite a la deuda externa argentina. José Piñeiro Iñiguez brindó detalles para entender una compleja trama de inversiones, riesgos y ganancias por parte de bonistas que pueden definir el futuro de la Argentina.¿Qué es un fondo buitre? ¿Son sólo norteamericanos los que adquirieron bonos de deuda argentina y podrían iniciarnos una demanda?Un fondo buitre, no es otra cosa que inversores. Para clarificar esto: la deuda externa son bonos, papeles comercializables, con los cuales se realiza `traiding´ diariamente en los distintos mercados financieros internacionales. Estos papeles en función de la oferta y demanda de los mismos, tienen un valor. Y esta oferta y demanda, que generan el valor, está ligado directamente a la performance del país involucrado.Por otra parte, dentro del valor de los papeles -una variable importante al momento de determinar el precio- es la calificación crediticia del país, que evalúa la percepción futura del mismo en función de su liquidez, o sea, determina la probabilidad de cobro futuro.Dentro de los inversores, existen los privados (personas físicas que operan en forma personal o a través de sus bancos); y los inversores institucionales (países, bancos, fondos de pensión y fondos de inversión). Dentro de estos tres últimos, existen los inversores para posicionamiento de inversiones, llamados “investment positioning”, quienes tienen los bonos a perpetuidad, cobrando paulatinamente los cupones y evalúan el riesgo y la rentabilidad del bono hasta su vencimiento. También están los que los adquieren para compra-venta los bonos, llamados “traiding positioning”: solamente ven la rentabilidad en el corto plazo y se desprenden del bono en virtud del precio de cada momento.Teniendo en cuenta que la Argentina es hoy un país de baja calificación, o sea de alto riesgo, reduce fuertemente el tipo de inversor dispuesto a invertir (ya sea por regulación o por atractivo del papel). Por lo cual aparecen inversores dispuestos a tomar altos riegos ligados al precio del bono de cada momento. Es decir: si el valor del bono es bajo, es por el alto riesgo de cobro en el futuro y el bajo interés de los inversores. A estos inversores que toman estos riesgo en el mercado se los denominan fondos buitres.¿Por qué llegamos a esta instancia con ese pequeño porcentaje de bonistas ante la Corte Suprema de EEUU?Se llega a esta instancia después de un largo recorrido derivado del default argentino del año 2001. Incluso, en el año 2005, se efectuó una renegociación de la deuda externa vigente vencida e impaga, que les cambió a cada tenedor de bonos de deuda externa vencidos e impagos, esos papeles por otros con condiciones, vigencia, ajuste, y descuento (llamado quita) nuevas.Lo de la quita no es tan directo, hay que tener en cuenta que esto fue relacionado a las clausulas de futuro impuestas en el bono. De hecho, sin querer confundir el tema, lo pagado con quita post refinanciación fue bastante superior a lo anterior vencido e impago, a pesar de la tasa de descuento implícita al momento de la refinanciación. En ese momento se canjeó el 76% de los papeles de deuda aproximadamente, o sea que voluntariamente, ese porcentaje aceptó recibir los nuevos bonos en reemplazo de los anteriores, quedando el remanente en vías de resolución.Luego, en 2010, Cristina abrió nuevamente el canje y ofreció nuevas variantes para que el remanente de tenedores de papeles de deuda vencidos e impagos se sumara a la renegociación de los mismos y poder así, tener la deuda en una posición denominada “current” (esto significa deuda que genera interés desde el punto del inversor).Caso contrario, la deuda se califica como “non accrual” (significa la deuda que no puede devengar interés, porque se teme que el deudor no los pague). Entonces, la deuda pasa a estar en “default” (esto significa que el deudor no paga ni intereses ni capital del bono involucrado).Y esto genera en las compañías o bancos tenedores de bonos, efectuar la perdida contable correspondiente por el monto total del capital.Terminada la refinanciación del 2010, canjeó sus bonos el 92% de los tenedores originales de los mismos, quedando un remanente del 8% aproximadamente, en carácter expectante o demandante de los montos impagos. En ese momento, con cierto carácter extorsivo, el gobierno promulgó una ley denominada “cerrojo”, con lo cual prohibía cualquier canje de los papeles remanentes posteriores a esa fecha de cierre de refinanciación.Este ha sido un gran error llevado a cabo por el gobierno, dado que no les ofreció salida a los deudores que tenían en sus manos, bonos muy devaluados en su precio pero con derechos totales de acuerdo a la legislación vigente americana. Y llevó al 1% a efectuar una demanda bajo los tribunales de New York, reclamando el pago de las obligaciones vencidas e impagas.Esta demanda es precisamente la que Argentina perdió en los tribunales de primera instancia (a cargo del Juez Griesa); en su apelación dio su fallo también adverso. Y en su pretendida apelación a la Suprema Corte de EEUU, ésta resolvió como era de prever, no tratar el caso, dejando vigente el fallo anterior de Griesa. ¿Cuáles podrían ser las variables que Argentina puede ofrecer para cumplimentar sus obligaciones? En primer lugar, jamás hacer lo que la presidenta dijo en su discurso al país, que sería equivalente al suicidio económico. Porque el juez podría interpretar del discurso, de hecho fue lo que dijo, que Argentina pagaría sólo a los deudores refinanciados. Esto sería suficiente para declarar a la Argentina en rebeldía y por ende invalidaría el pago a los deudores a los cuales la presidenta quiere pagarles, producto del embargo que pesa sobre las cuentas en el Bank of New York.Otra cosa que no se debería hacer, es ni siquiera pensar en cambiar el lugar de pago como también insinuó la presidenta. Porque está prohibido explícitamente en el fallo del Juez Griesa; algunos tenedores podrán efectuar el cobro pero otros reglamentariamente están imposibilitados de cobrar por fuera de New York, con lo cual es imposible. Y no se pueden cambiar unilateralmente las clausulas de los bonos emitidos por las partes, porque entre otras cosas cambiaria algo que es fundamental: el riesgo implícito, y por ende el precio del bono involucrado.Si el gobierno nacional acuerda el pago en cuotas con los fondos buitres que accionaron legalmente, ¿cuánto compromete a un próximo gobierno?Cualquier tipo de acuerdo en el pago de las oblig
aciones incumplidas repercutirá enormemente en el próximo gobierno. Es difícil imaginar siquiera cómo se efectuará el arreglo. Seguramente lo más recomendable seria buscar una solución tipo Repsol. Es decir, un pago en bonos tomados por una entidad financiera que los convirtiese en “cash” al momento de la emisión y cancele las obligaciones al contado. Ello le daría la liquidez, que Argentina hoy no lo tiene y podría ir pasando el presente más acuciante para ir a una renegociación integral de la deuda completa con el futuro gobierno.La carga que dejará este gobierno al salir, será imposible de cumplimentar por cualquiera que asuma posteriormente. Solamente estamos hablando de los compromisos existentes, más los pagos de los bonos por Repsol, más el pago al Club de París, serían inviables con el nivel de generación de fondos de la Argentina actual. A esto debe sumarse lo inherente a estos pagos. Con lo cual, darán una situación inviable para el país, salvo una renegociación integral de sus compromisos a corto plazo en el mercado de capitales, cosa que hoy es impensable con el gobierno actual. ¿Qué escenarios políticos-económicos intuye en medio de las últimas novedades con los tenedores de deuda argentina?No creo que esto traiga aparejado cambios en ningún escenario político en el corto plazo. El gobierno, en primer lugar, ni entiende la magnitud del problema y esto es lógico, carecen de los antecedentes profesionales para entenderlo. Ningún funcionario tiene experiencia en trabajos en mercados o entidades internacionales, hablan desde la teoría que les gustaría, ni siquiera de la que deberían, con lo cual es difícil poder consensuar.Hay un principio básico en el mercado financiero: es imposible ir contra el mercado, el mercado se rige intuitivamente, extremadamente profesional y es rigurosamente duro ante la inoperancia. Argentina tiene hoy la consecuencia de la “mala praxis” que cometió durante estos años en operar en los mercados externos, con gente que directamente no sabía hacerlo, y por directivas políticas inadecuadas. Si fuera funcionario de Economía, ¿qué recomendación haría frente a la actual situación?En puntos anteriores describimos lo que bajo ningún concepto hay que hacer. Por ende, habría que pensar en qué hacer. En primer lugar, reconocer el fallo, negociar la viabilidad de pago (fundamentalmente del primer tramo), establecer a través del juzgado la financiación de pago del segundo tramo. Elegir un modelo de estructuración financiera, determinar un banco comercial para consensuar un modelo posible, determinar una propuesta financiera ante el mercado que permita regularizar el estado de los deudores, que muestre la vocación al pago, y que financieramente sea soportada por el mercado.Es imposible salir de la tutela del juzgado, con lo cual Argentina debería regresar a la asesoría jurídica que siempre regenteo la deuda Argentina, cambiados en el 2010, para por lo menos tener una credibilidad inicial.Presentar una propuesta política, vía compromiso integral por parte de la dirigencia, para que el próximo gobierno efectúe la renegociación integral de la deuda externa, sindicando en la transición algún préstamo puente, que garantice el mantener el status de “current” y no entrar en “default”.Se debe entender este problema de la deuda externa Argentina y su posible default como una gran oportunidad que nuevamente se le presenta al país. Para que -a través de una cancelación acordada-, pueda iniciar el camino para que el próximo gobierno, pueda salir al mercado de capitales, en búsqueda de los fondos necesarios para un financiamiento sostenido de proyectos de inversión que generen crecimiento real. Endeudamiento para el crecimiento significa, más trabajo, más educación, más sustento social. Los países, las empresas y los individuos, crecen a través del crédito, siempre acompañados por el mercado, nunca fuera de él, y por ende nunca fuera del mundo.





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