SAN VICENTE. El cementerio de esta localidad volvió a ser blanco de los vándalos, que atacan por la noche y roban placas de bronce, rompen las tumbas y se llevan sus partes de mármol. En el último mes rompieron dos sepulturas valuadas entre 8.000 y 10 mil pesos. La necrópolis no tiene luz eléctrica, cerco perimetral ni custodia por la noche. Por otra parte, el anexo tiene lugar para llegar hasta fin de este año y no se sabe qué pasará después.El camposanto de la Capital Nacional de la Madera no cuenta así con ninguna medida de seguridad y está expuesto a la acción de vándalos que actúan en la oscuridad para robar o dañar las sepulturas. Este año ya se robaron más de 200 placas de bronce, según señalaron los trabajadores municipales que se desempeñan en la necrópolis, pero además en el último mes se llevaron mármol de varias tumbas.Una sepultura de ese material está valuada en más de 8.000 pesos. Uno de los trabajadores del cementerio señaló que “hace unos días encontramos un panteón de mármol destruido y las partes no las encontramos, lo que hace suponer que se las llevaron. En esta semana la sepultura de una familia donde hay tres espacios también fueron destruidas. Nosotros informamos a los funcionarios municipales y ellos se tienen que encargar de avisar a los deudos. Muchas veces lo hacemos nosotros, pero se enojan con nosotros porque estamos acá”.El cementerio no tiene cerco perimetral, solamente el frente tiene un muro. Tampoco cuenta con luz eléctrica propia, por lo que los empleados usan la energía que le presta la capilla Santa Teresita y no hay iluminación por las noches, permitiendo que cualquiera pueda entrar y cometer cualquier acto vandálico sin ser visto. Hace unos pocos meses se robaron en una noche más de cien placas de bronce de las sepulturas. Hasta hoy no se descubrió quien cometió esos delitos y se presume que fue a parar a los compradores de metales que vienen a la ciudad. Los robos continuaron y se calcula que ya son más de 200 las placas que fueron hurtadas.Los mismos obreros municipales aseguraron que le pidieron al intendente que les provea de un local que funcione como oficina-refugio y un baño. La casilla que utilizan actualmente es de madera y está en condiciones muy precarias.El problema de los espaciosse agrava cada vez más Por otro lado, como informó días atrás PRIMERA EDICIÓN, el cementerio está colapsado. Hace más de un año, la administración de Waldomiro Dos Santos habilitó un anexo al costado perteneciente a un lote del predio del parque industrial. Son poco más de 6.000 metros cuadrados que permitirán llegar a fin de año.Actualmente los trabajadores del cementerio están renovando las sepulturas cuyos nombres se perdieron y los familiares no se ocuparon de mantenerlos. Pero se hace sin tener una ordenanza que permita este tipo de trabajo. “Nosotros corremos el riesgo de que venga un familiar de una tumba donde se reutilizó el espacio y nos haga juicio o algo así. No tenemos ningún instrumento que nos permita resguardarnos. Hoy viene un familiar de una persona que van a enterrar y nos señala el lugar que quiere y no sabemos qué hacer. Si no tenemos nada que nos impida hacerlo, ni que autorice”, señaló el trabajador.





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