POSADAS. Los investigadores privados que caminan la ciudad están lejos de parecerse a la figura descripta por Arthur Conan Doyle, convertido hoy en un ícono popular. “Su estatura sobrepasaba el metro ochenta y dos y era tan extraordinariamente enjuto, que producía la impresión de ser aún más alto. Tenía la mirada aguda y penetrante y su nariz, fina y aguileña, daba al conjunto de sus facciones un aire de viveza y de resolución”, así describía el Dr. Watson a su amigo y compañero, el detective Sherlock Holmes. El autor de la legendaria personalidad de ficción le dio una impronta al personaje que lo hizo trascender las páginas de un libro para llegar al cine, teatro, historietas, pero más importante, al imaginario popular, como el portador de condiciones “sine qua non” para la investigación privada. El detective misionero vive bajo la sombra de este personaje literario, pero es real.No tiene el sobretodo, el sombrero característico, ni la pipa y tampoco la tradicional lupa. Son hombres comunes y corrientes, algunos con pasado en las fuerzas de seguridad, otros entregados al oficio de la investigación como medio de vida. Contrariamente a lo que se piensa, la profesión del detective privado sigue siendo tan requerida, aún en épocas como ésta, donde se puede encontrar a quien sea por las redes sociales. Estos hombres, especializados en la investigación, reciben entre diez y quince llamados por semana, y se reúnen con potenciales clientes casi todos los días. Por qué se los busca¿Cuál es la temática que más los requiere? No hace falta indagar mucho para dar con la respuesta: la infidelidad. “Una vez me convocó un exsargento de la policía que se estaba separando. Él vivía en Quilmes y estaba convencido de que la mujer lo engañaba con el vecino. Como había abierta una causa judicial de por medio y la tenencia de los hijos de la pareja estaba en juego, él me llamó para que vigile. Me pasé tres noches en vela, esperando algún movimiento extraño o algo que confirme la sospecha. No pasó nada. Entonces comencé a buscar teléfonos y di con la señora, que estaba sola, trabajando y viviendo en la casa de la hermana, en Corrientes Capital. Trabajé al santo cohete”, recordó un investigador en una charla con PRIMERA EDICIÓN, aunque prefirió mantener su identidad en incógnito, porque darla podría entorpecer sus pesquisas. “Me he disfrazado desde peón hasta gerente y siempre cambio mi nombre, además también doy aviso a la Policía, porque muchas veces la gente los llama cuando ven a alguien sospechoso rondándolos”, remarcó la misma fuente.“Lo que más se trabaja es infidelidad. Puede ser en un caso de divorcio o de alguna duda, no sólo de la pareja, sino también de un pariente o hasta un suegro”, aseguró Mario Mendoza, otro investigador, en este caso de Control Investigaciones, una empresa porteña. Misiones tiene una ciudad indicada como “infiel”: Puerto Iguazú. “Al ser un punto turístico, se forman contingentes de personas que viajan desde Buenos Aires, y siempre surge la llamada porque la duda está”, indicó Mendoza. Otras consultas que reciben con más frecuencias provienen de las empresas. “Hace un mes nos solicitaron investigar a un empleado que había presentado un certificado médico y hacía como seis meses que no iba a trabajar. Desde la empresa sospechaban que estaba sano y que tenía otro trabajo, y según lo investigado, así era”, contó el detective. “La verdad es que tenemos mucha demanda. Consultas hay siempre, cuando a una persona no le cierra una historia, nos llama”, indicó Mendoza. Precios acordes a cada seguimiento “En un servicio que tarda un mes, estamos cobrando aproximadamente 20 mil pesos, por lo general solemos pedir adelantada la mitad para comenzar con la investigación”, aseguró Oscar Báez, director técnico ejecutivo de una empresa de seguridad. “Si el seguimiento de la persona nos lleva por otras ciudades, se pide más dinero, porque tenemos que comprar pasajes, trasladarnos, también comer y si la persona va a algún evento, tenemos que pagar la entrada y seguirlo”, indicó Báez. Mario Mendoza, por su parte, aseguró que “hay que analizar muchos factores, primero investigamos los movimientos de las personas, les hacemos un seguimiento. Esto nos lleva un máximo de cuatro días con un solo agente, sino van rotando y empezamos a hablar de alrededor de entre 2 mil y 3.500 pesos por semana. Pero a la hora de pagar, tenemos que analizar días, horarios, lugares. Todo influye en el precio final”. Control Investigaciones tiene dos agentes en la ciudad, pero siempre tiene un par de teléfonos a mano en caso de que los necesiten. Son expolicías, agentes de seguridad y hasta abogados los que investigan.“Lo que hacemos es fotografiar o realizar una filmación y así dejamos constancia de todos los movimientos de la persona. En el lapso que trabajamos y registramos, se redacta un informe que luego se le entrega a la persona. Con él puede corroborar sus dudas o presentarlo en sede judicial”, cerró Mendoza. Por su parte, el investigador que prefirió mantener su identidad reservada cobra mil pesos una vigilancia de 24 horas, aunque de acuerdo al trabajo, se puede cobrar por hora, día, semana, quincena, o mes, con informes diarios.Qué se debe tener en cuenta a la hora de contratarEl investigador privado al que una persona acuda para consultas tiene que estar autorizado por la Jefatura de Policía y tener un local habilitado para realizar la investigación. Debe poseer la habilitación de la AFIP, la DGR y la Municipalidad. “Tienen que tener un carnet que otorga la Policía que asegura que esa persona está facultada a realizar esa actividad. Además debe contar con la habilitación municipal que indica a qué se dedica. En caso de no tenerla, usted puede estar tratando con una persona irresponsable y puede pasar cualquier cosa”, remarcó Oscar Báez. “Uno tiene que asegurarse, entonces puede acercarse hasta la Unidad Regional Uno, en Félix de Azara y Córdoba, y averiguar si la persona que está por contratar se encuentra habilitada, ellos tienen un registro”, y agregó “el carnet de director técnico ejecutivo, habilitado por la Jefatura de Policía, no lo tiene cualquiera. Hay muchos que dicen que investigan pero sólo cobran la plata, los usan y desaparecen o hasta arreglan con la otra parte”, finalizó. La profesi&
amp;oacute;n que popularizó Sherlock Holmes goza de pleno auge en la ciudad y hasta algunos dicen que en franco ascenso. De la ficción a la realidadDetective es un término de origen inglés, que literalmente significa detectar un hecho, descubrir, develar, investigar, desenmascarar o aclarar circunstancias así como personas con ellas involucradas. La palabra proviene del latín detectus, y éste del verbo detegere formado por de- (quitar) y -tegere (cubrir); en resumen y en su origen significó “quitar la cubierta”.Como término policial, detective es aquel que investiga ciertos hechos y las circunstancias que los rodearon, así como las personas relacionadas o involucradas con los mismos. Un detective es un investigador que puede ser autónomo (privado) o miembro de la policía (oficial de policía).A través de los años fue creciendo en popularidad la figura del detective privado a través de la literatura, las películas y traspasando a la vida real para resolver situaciones quizás menos (¿ó mas?) complejas que un robo o un crimen, como lo puede ser la infidelidad, para lo que es muy solicitada su intervención en la actualidad.




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