ASUNCIÓN, Paraguay (AFP-NA). La lucha contra la pobreza se impone en la agenda de la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA) que empezó ayer en la capital de este país, donde -al igual que en el resto de Latinoamérica- las riquezas impulsaron el crecimiento pero aún reina la desigualdad.La región vivió una década de crecimiento acelerado, gracias en gran parte al alza de los precios de las materias primas, y durante la cual millones de personas superaron el umbral de la pobreza.Sin embargo, el número de latinoamericanos pobres hasta 2013 ascendía a unos 164 millones (27,9% de la población), según un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal). Para el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, la desigualdad persiste a pesar del crecimiento en los últimos años, cuando la pobreza se redujo en un 60%, dijo en un foro con representantes de más de 500 organizaciones de la sociedad civil de la región.Precisamente Paraguay, sede de la OEA estos días, ilustra la desigualdad regional, donde se estima que un 35% de los casi 7 millones de habitantes es pobre.El vertiginoso crecimiento del PIB paraguayo, que se situó en 14% en 2013 gracias al “boom” de la soja, ha generado en Asunción una proliferación de mansiones y concesionarios de autos de lujo a metros de barrios marginales que sobreviven con menos del salario mínimo, de 409 dólares mensuales.Según la OEA, la declaración de esta asamblea cuenta con el consenso de los países que integran este organismo, que trajo a Asunción a 28 cancilleres de las 35 naciones miembro. Discriminación: sin consenso No obstante, la discriminación por orientación sexual y el derecho al aborto encendieron los debates previos a la inauguración de la Asamblea, pautada para las 19.Opositores y defensores de estas causas protestaron en las afueras de la sede de la Conmebol en Asunción, donde se desarrollan las reuniones, y tuvieron cruces al interior de la sala, en la que los activistas reclamaron “apegarse a la Carta Interamericana de Derechos Humanos, que está en contra cualquier tipo de discriminación”.La exclusión de las minorías fue una de las dominantes, luego de que Paraguay decidiera no apoyar una declaración impulsada por Brasil con el apoyo de Argentina, Colombia, Estados Unidos y Uruguay, para condenar la violencia contra los homosexuales y exhortar a los Estados a tomar medidas contra la discriminación.“Tenemos que actuar contra todas las formas de discriminación, y no podemos dejar afuera de estas acciones las comunidades homosexuales y LGTB”, dijo Carmen Lomellin, representante permanente de Estados Unidos ante la OEA.El representante de Uruguay, Milton Romani, fue aplaudido y vitoreado cuando defendió “la igualdad de derechos para los homosexuales como en (su) país”.





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