POSADAS. “Tenemos que tomar conciencia que en nuestro país desde 1930 a 1983, vivimos más tiempo en dictadura que en democracia, desde el fraude patriótico, los gobiernos autoritarios y los golpes de Estado, los argentinos vivimos más tiempo en ambientes autoritarios que en ambientes democráticos. Por eso, tenemos que estar atentos a todas las prácticas culturales que entrañen de alguna manera actos discriminatorios. Hemos avanzado mucho en los últimos treinta años, pero nos está costando mucho -como sociedad democrática- sentar ciertas reglas de juego que garanticen un clima verdaderamente democrático”.Estas definiciones, que unen la reflexión sobre el pasado histórico al diagnóstico de un presente que continúa transmitiendo conductas propias de una cultura autoritaria, fueron expresadas en la entrevista que brindó, a su paso por esta capital, el prestigioso juez Federal Daniel Eduardo Rafecas, una autoridad en derecho penal y en la legislación inherente a los derechos humanos.”Yo diría que hace unos diez años, la Argentina tiene condiciones propicias para mirar nuestro pasado reciente, tanto en nuestro país como en Occidente, sacar conclusiones, y repudiar y alejarnos todo lo posible del modelo de la cultura autoritaria que tanto daño ha hecho, en Europa con varios regimenes fascistas y en nuestro país con el terrorismo de Estado”, subrayó el magistrado. Shoa y represión ilegal Rafecas llegó a Posadas el pasado viernes, invitado por la Comunidad Israelita de Posadas , donde brindó sendas conferencias en la sede de esa entidad y en la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Misiones (UNaM). En esta última institución, y en un acto académico de cuya organización participó también la Asociación Israelita de Misiones, el magistrado se refirió al tema: “Shoa y represión ilegal en Argentina”.La temática de las presentaciones de Rafecas enlaza dos experiencias – el holocausto judío en la Segunda Guerra Mundial y el terrorismo de Estado en la última dictadura argentina; relacionadas por el rol que jugó el Estado en la desaparición sistemática de personas. Y que simbolizan el concepto de “crímenes de lesa humanidad”, definición de la ciencia jurídica más reciente que tuvo en cuenta, precisamente, estos y otros casos en los que el poder represivo del Estado devino en un genocidio.Cada uno de estos procesos históricos recibieron la atención y fueron motivo de un profundo análisis e involucramiento del juez Rafecas; en un caso como juez interviniente en mumerosas causas por delitos de lesa humanidad, entre ellas la llamada “Megacausa” en la que se juzgó al dictador Jorge Rafael Videla y otros jefes militares que condujeron la represión ilegal durante el terrorismo de Estado.Historia aleccionadora Por otra parte, el interés y la tarea de investigación que lleva a cabo Rafecas -también conocido por su desempeño en la causa Ciccone Calcográfica, que lo enemistaría con el gobierno- respecto a la Shoa condujeron a la publicación del libro “Historia de la solución final”, una obra para cuya redacción el juez federal en lo Criminal y doctor en derecho penal dejó de lado el traje de jurista y “tomé prestado el rol de historiador”, destacó el mismo Rafecas a PRIMERA EDICIÓN.El libro, que describe el proceso que llevó a la muerte a seis millones de judíos y a miles de miembros de otras minorías despertó un considerable interés entre los especialistas, por su rigurosa y actualizada documentación, como también por el enfoque del proceso multicausal. Tras la publicación del libro, el autor ha dado conferencias en Estados Unidos, Francia, España, Israel y numerosos países latinoamericanos. “Este no es un libro jurídico -señaló Rafecas- es un libro histórico, como docente e investigador (es docente titular en la UBA y la Universidad de Rosario) me propuse hacer un texto sorbe las condiciones históricas de la Shoa, para que le permita conocer al lector argentino algo más de esos términos que tanto se mencionan y que remiten a un acontecimiento cuyas causas y cuyo proceso debemos conocer con un poco más de aproximación, más en detalle, y ese es el objetivo del libro, es un libro de historia, pedí prestado el lugar del historiador para poder brindar un libro sencillo, ágil y fácil de leer, con el objetivo de difundir la memoria de lo que fue el proceso que llevó al exterminio de seis millones de judíos europeos”. ”Yo diría que es muy saludable y bueno extraer las enseñanzas de la historia y alejarnos de una cultura autoritaria”, insiste. Juicios aquí y allá El magistrado resaltó que hay un paralelo y una enseñanza que aprender de las coincidencias entre los Juicios de Núremberg, que juzgaron los crímenes de guerra del nazismo inmediatamente después de terminada la guerra en 1946, y el Juicio a las Juntas posterior a la dictadura. “Es parecido en algunos aspectos, porque Nuremberg, que se llevó a cabo inmediatamente después de la guerra, inauguró una larga serie de juicios que se llevaron a cabo en Alemania y otros países de Europa, donde se castigó y condenó a miles de criminales de guerra y otros genocidas. Y tanto en Argentina como en Alemania, después de Núremberg y del Juicio a las Juntas, las sociedades tuvieron que tomarse un período de dos décadas para tomar distancia y poder mirar estos hechos de violencia de Estado y hacer el necesario proceso de juicio y castigo. En el caso alemán recién a fines de 1960 comenzaron en serio los procesos, y hubo también un intento de suspenderlos con argumentos similares a los de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, pero no prosperaron”, relató el magistrado. “Recién pasadas esas dos décadas, ambas sociedades, que evidentemente ya estaban preparadas para asumir ese pasado reciente, avanzan en los juicios”, agregó Rafecas . “La gran cuestión es, digamos a grandes rasgos, a Occidente a lo largo del siglo XX y lo que va del siglo XXI, lo podemos dividir en dos grandes grupos de gobiernos o regímenes, de culturas predominantemente autoritarias o predominantemente democráticas. Autoritarismo versus Estado de derecho, esta es la tensión esta es la pugna”, finalizó el magistrado en su paso por Posadas. “Hay muchos prejuicios”“En
Argentina, además del antisemitismo que es reconocido, tenemos muchos casos de discriminación por razones de género, de nacionalidades, por razones de clase social y económica, hasta por el aspecto, eso creo que también es una herencia fuerte de la lógica de la cultura autoritaria y como sociedad democrática tenemos que estar muy atentos a que esos actos no se conviertan en hechos más graves. Sabemos a partir de estudiar la historia, que Auschwitz o la Esma, para decirlo en términos simbólicos, comenzaron por una sociedad que permitió actos individuales de discriminación, sea por la razón que fuera. Desde la Justicia, dentro de lo posible, tratamos de estar a la altura de esta realidad y llevar este mensaje. Y tenemos que tener en claro que tenemos un problema, porque en nuestra sociedad hay muchos prejuicios. Por eso hablo de cultura, claramente es una cuestión de que todos estamos pensando alrededor de los tiempos que demandan estos procesos, que son cambios de fondo, cambios culturales, que son los más profundos”, dijo Rafecas.





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