POSADAS. La muerte es siempre un tema delicado. Es el destino que todos compartimos y hay pocas maneras de abordarla sin caer en el morbo o en la lúgubre exaltación de lo desconocido. Frente a la imposibilidad de su programación y con el deseo latente de alejarse de ella lo más posible, nos encontramos en un limbo, donde esperarla es frustrante y recibirla, doloroso.Pero llega. Con esa verdad, sólo queda preparar la despedida hasta el más allá como la persona que se va lo merece. Es en ese momento cuando ingresan los ritos fúnebres. La ceremonia de adiós a la persona que ya no está con nosotros, ha sufrido también los embates de la inflación. Hasta morirse sale más caro en Posadas.Hace un año, en esta misma época, los precios para hacer una despedida con servicios mínimos tenía un costo que rondaba los 5.500 pesos. Estos consisten en: traslados, provisión del ataúd, organización de la capilla ardiente, uso del coche fúnebre, sumado a un coche porta coronas y otro para el traslado de los familiares directos. A todo eso, durante el velorio se incluye el refrigerio de los deudos y todos los trámites inherentes a la inhumación, para terminar con el sepelio propiamente dicho. Desde un tiempo a esta parte, los insumos para la provisión de un servicio fúnebre han aumentado de manera sostenida. “En solamente seis meses, los costos se elevaron en un 45%, y son precios que no podemos trasladar al cliente, porque no tiene plata”, reconoció Néstor Melgarejo, presidente de la Cámara de Empresarios Fúnebres de la Provincia de Misiones a PRIMERA EDICIÓN. Hoy en día, el mismo servicio cuesta alrededor de 7.500 pesos y llega hasta 9.000 en caso de que los familiares opten por la utilización de un nicho. Aunque, de acuerdo a lo que el cliente elija, el servicio puede llegar a costar hasta 60 mil pesos. Según el presidente de la cámara, las empresas funerarias, si bien son un servicio no perecedero, no pueden cobrar el precio ideal de acuerdo a sus gastos porque “somos el último eslabón. La gente llega después de afrontar todos los gastos médicos y suele presentarse contando monedas. Entonces, comienzan a restar cosas al servicio para abaratar los costos. Trata de gastar lo mínimo e indispensable”, indicó.“Estamos tratando de actualizar los precios porque ya veníamos atrasados, pero también tenemos que pensar en la gente”, aseguró Melgarejo. Si las empresas cobraran lo que corresponde, los servicios a la hora de la muerte no bajarían de 10 mil pesos, aseguró. “Sufrimos las consecuencias de la presión tributaria, Municipalidad, AFIP y Rentas, pero no podemos trasladarla a los precios finales, porque las personas van a dejar de ocupar el servicio. De todas maneras, estamos tratando de sostenernos”, remarcó el titular de la Cámara.Féretros de 1.800 a 25 milLa elección del féretro es otro de los ítems a considerar. Hay de todas las formas, gustos y colores, respondiendo a creencias y a posibilidades económicas. Los precios van desde los $1.800 a $25 mil, dependiendo de qué elija el cliente. “También están los ataúdes semiextraordinarios. Siempre buscamos un momento para preguntarle a la persona qué características físicas tiene el fallecido. Así podremos diseñar un ataúd a su medida. Cuando es una persona grande y el ataúd es de su medida, también llamamos al cementerio a avisar que haga el pozo a escala, para no pasar por la incomodidad de que no pueda entrar”, reveló Melgarejo. Además hay creencias que también requieren de un diseño especial. Está bastante extendida la idea popular de que si la persona no encaja exactamente en el féretro y sobra espacio después de sus pies “volverá” a buscar a alguien más para llevarlo con ella. “Para evitar ese inconveniente, si el cliente lo pide, tenemos ataúdes en todas las medidas. En Buenos Aires, por ejemplo, hay sólo una, la número 15. Si sobra o falta, nadie le otorga mayor importancia”, aseguró. En Misiones hay tres empresas encargadas de realizar los ataúdes. Dos están ubicadas en Santa Ana y una en Aristóbulo del Valle. El descanso finalSuperada todas estas etapas, llega el sepelio. Es en ese momento donde se debe elegir en qué cementerio sepultar a la persona y afrontar, una vez más, los costos que trae aparejado. Si la decisión es la inhumación en un camposanto privado, el doliente se estará enfrentando a un costo de alrededor de 10 mil pesos la parcela, con capacidad para tres cuerpos. Si bien se puede realizar una entrega y pagar en cuotas, no deja de ser otra de las erogaciones que deben realizarse en un momento tan delicado. Incluso, una vez cancelada esa deuda, deberá hacerse cargo del mantenimiento de la lápida, hoy, a un precio de 290 pesos por trimestre. En caso de quien tiene a su cargo el pago no quiera continuar haciéndolo o no pueda, puede renunciar, llegar a un acuerdo con la empresa y exhumar los restos.Si la intención es la inhumación en el cementerio público, deberá pagar un ingreso de 10,65 pesos por única vez como tasa de inhumación. El arrendamiento anual se paga 89,50 pesos y ese precio también se puede realizar por mes en cómodas cuotas de 7,45 pesos. En caso de que la selección sea el nicho, deberá oblar 127 pesos al año y tendrá la posibilidad de abonar el monto en períodos de dos o tres meses, o bien como el contribuyente prefiera. Si no se puede afrontar ninguno de estos gastos, el Cementerio ofrece féretro, velorio y entierro de manera gratuita. Para acceder a este beneficio, deberá presentar un certificado de carencia. Con dicho documento, además, queda exento de pagar el arrendamiento por dos años. En caso de que se atrase en el pago, se lo intimará a regularizar la situación, pero hay que tener en cuenta que la Municipalidad tiene la posibilidad de exhumar los restos y llevarlos al osario municipal, para luego ser enterrado en fosas comunes. Enterrar a nuestros familiares es algo que nadie quiere hacer, sumados los costos, en ocasiones, se hace aún más difícil. La inflación no conoce de límites. Ni a la muerte es capaz de dejarla en paz. Aprovechándose de los deudosEl problema con las obras sociales y algunos seguros, se presenta sobre el momento en que harán efectivo el pago de la asignación por fallecimiento para costear los gastos del sepelio. Casi nunca es inmediato, sino que tarda hasta 3 meses en reintegrarse.Pero también, son varios los afiliados del Instituto de Previsión Social (IPS) que denunciaron quealgunas empresas funerarias tratan de sacar provecho en ese tipo de situaciones. Desde el ente provincial se puso en cono
cimiento que, tanto el titular como el grupo familiar, cuentan con el 100% de la cobertura en caso de fallecimiento. La cobertura incluye traslados, ataúd, capilla ardiente, coche fúnebre, porta coronas y otro auto para el traslado de familiares directos, refrigerio, trámites de inhumación, traslado al cementerio y el pago de tasas municipales. Sin embargo, la queja reside en que varias empresas fúnebres de la ciudad aseguran que el ataúd que cubre el IPS es uno de muy baja calidad. Pero, el IPS posee una carpeta que contiene fotos acerca de cómo deben ser los ataúdes que corresponden, de acuerdo al convenio que hay con cada empresa. A su vez, aseguran que una vez consumada la inhumación, desde el Instituto no pueden hacer nada porque no se realizan reintegros por mejoras en el servicio. El IPS cuenta con casi 170 mil afiliados en toda la provincia, es decir 1 de cada cinco misioneros posee esa cobertura. Por ello, habilitaron una guardia permanente para que sus afiliados puedan disipar dudas respecto al servicio funerario en cualquier momento.





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