POSADAS. Con una producción que finalizó el año pasado con aproximadamente 1.500 litros, la Bodega Escuela de la Asociación Cooperadora de la Estación Experimental (EEA) del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta) de Cerro Azul está por estos días en plena etapa de capacitación de poda en injerto en la zona productora, de cara a una nueva temporada. Se trata de capacitaciones que se organizan por pedidos de diferentes grupos de productores, previos a cada cosecha. Pedro Bakos, encargado de la Bodega Escuela de la Estación Experimental Inta Cerro Azul, explicó a PRIMERA EDICIÓN que, además, este año se incorporaron más productores al grupo de elaboradores de vino. Incluso, con la compra de tanques de acero inoxidable, fabricados en la provincia. A su vez, destacó que este año tuvo un excelente precio la uva fresca.A un valor promedio de 20 pesos se vendió cada botella de 3/4 de litro de las alrededor de 1.500 que fueron envasadas para la comercialización. “Ya está todo embotellado, listo para salir al mercado”, contó.Para el Inta Expone, dentro del sector frutales del sendero Selva Paranaense, además de otros cultivos frutales, se preparó un parral demostrativo. Se mostrarán los vinos como parte del valor agregado en origen y la metodología para realizar los injertos de uva. Por estos días, se vendieron las últimas botellas de la partida del año pasado. La marca continúa siendo “Laterita”. Si bien se comenzó con dos marcas: “Laterita” y “Cascada”, cabe recordar que esta última no fue aceptada por el Instituto Nacional de Propiedad Industrial (Inpi), porque ya había otra con nombre similar y no se pudo continuar utilizando.“La parte que nos queda se vende completamente sin hacer más propaganda que mostrar y dar a degustar el vino en los diferentes eventos donde el Inta coloca un stand (Fericoop, Feria Forestal, Expo Verá, diversas fiestas como la de la madera, el durazno, etcétera) y los productores y visitantes que se acercan al Inta por diversas causas y ven que se está comercializando el vino Laterita”, explicó el encargado de la Bodega Escuela. CaracterísticasCada cosecha posee particularidades que se deben a muchos factores. En este caso, el ingeniero agrónomo mendocino, que hace varios años trabaja en la Bodega Escuela de la EEA del Inta de Cerro Azul, dijo que esta partida “tiene un poco menos de aroma que el vino del año pasado”, refiriéndose a la tanda que salió en el 2012. “Dándolo a degustar, en la Expo Verá y la Fericoop entre otros eventos, uno fue captando opiniones acerca del aroma y sabor, los que están relacionados con diferentes factores como por ejemplo el grado de madurez de la uva”, dijo. Describió que el producto “tiene muy buen aroma. La variedad Riesling se caracteriza por tener aromas a manzana, pera, membrillos y flores”. Se trata de un vino fresco, donde la acidez es marcada, se la puede considerar justa para este tipo de vino, aunque si se lo compara con otros vinos blancos, se puede decir que es algo más alta que la acidez de éstos. En todo el proceso, técnicamente explicado, para determinar el momento oportuno de cosecha “se evalúa con un refractómetro la cantidad de azúcar que tienen los racimos. El sabor y el aroma se evalúan probando algunos granos de uva. Para esto se necesita más experiencia que instrumental. Previo a la madurez, el racimo es verde, luego toma tonalidades amarillas y de allí gradualmente pasa a un tono dorado. Ése es el momento en que se puede considerar que está maduro y listo para obtener un vino con buen aroma y sabor. “En Misiones, por ejemplo, muchos de los productores de uvas tienen muchas elaboraciones de vino de experiencia, se podría decir que prácticamente mirando la uva saben si está madura o le falta”, explicó el ingeniero agrónomo. La madurez de la fruta“La madurez es un proceso continuo. Inicia en el envero, que es el punto en el cual se puede decir que se inicia el proceso de maduración. Este proceso puede llevar entre siete y quince días aproximadamente, pudiendo llegar a superar el mes, según la variedad y el destino que se le dará a las uvas. En las uvas negras es muy fácil de visualizar porque es el momento en que el grano cambia de color verde al propio de la variedad; en las blancas es un poco más complicado, ya que pasa del verde al amarillo verdoso, pero sólo hay que entrenar el ojo”, detalló Bakos.





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