POSADAS. Un grupo de familias que se oponen a la construcción del complejo hidroeléctrico Garabí-Panambí tomó la oficina de la consultora Consorcio del Río Uruguay en la localidad de Alecrim, en el estado de Rio Grande do Sul, exigiendo el cese de las actividades en el marco de los estudios de viabilidad de las mega represas. Los manifestantes están ligados al Movimiento de Afectados por Represas (MAB), el Movimiento de Trabajadores Sin Tierra y el Movimiento de los Pequeños Agricultores de esa zona del Brasil.Alecrim es la localidad donde pretenden ubicar la represa de Panambí, que -de concretarse- inundaría cientos de chacras productivas, obligando al éxodo y al desarraigo a los pobladores. Es por ello que en la zona existe una creciente organización colectiva en resistencia a las represas, que en diciembre del año pasado logró paralizar un obraje y expulsar a las máquinas de las empresas constructoras que intentaron instalar un búnker para trabajos previos. El agricultor Anacleto Reistoff aseguró que “el método de las reuniones que aplica la empresa no esclarece lo que la población quiere y pretende convencer que las represas traerán desarrollo, buenas indemnizaciones y el progreso para la región. El discurso utilizado es el mismo de quienes planearon otras represas que ya están construidas y que terminaron dejando muchas familias sin tierra y a comunidades completamente desestructuradas”. Pusieron como ejemplo reciente la represa de Belo Monte y responsabilizaron al Gobierno federal de Brasil y a la firma estatal Eletrobras por las consecuencias.Desde el MAB aseguraron que “hubo promesas de que todo sería diferente con las demás propuestas de represas que se hicieran, que lo social y lo ambiental tendrían prioridad, pero nuevamente sólo fue eso, una promesa”.





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