POSADAS. Dicen que los asesinos actuaron con una violencia pocas veces vista. Se ensañaron con la nena de doce años, a la que habrían golpeado y prendido fuego delante de sus padres. Sólo Dios sabe el infierno que vivieron las víctimas en el interior de la casa.La niña, abanderada en el colegio donde cursaba sus estudios, dejó de existir el martes, a las 23.40, en el sector de cuidados intensivos del hospital de Pediatría. Paralelamente, si bien en un principio se desarticuló una banda en San Javier, donde se incautó un poderoso arsenal de armas, municiones y explosivos, a partir de un llamado telefónico anónimo, lo cierto es que la ausencia de indicios sólidos contra ella hizo que la Policía abriera la jugada hacia otras líneas de investigación.Según pudo averiguar PRIMERA EDICIÓN, la Policía pidió a la Justicia de Oberá el entrecruzamiento de las llamadas efectuadas por el empresario maderero, oriundo de San Vicente pero afincado en Buenos Aires, que habría pagado los 460 mil pesos a Carlos Knack en la localidad correntina de Cuatro Bocas.Los detectives esperaban que el misionero, dedicado a la venta de maderas en el Conurbano bonaerense, se presentara motu proprio, pero lo cierto es que esto no ocurrió y por eso decidieron avanzar sobre él.No sólo pretenden que este hombre confirme las circunstancias del pago, sino qué hizo antes y después de la transacción comercial.No es la única arista que involucra al maderero. La Policía investiga si tiene vínculos con una gavilla de Oberá, menos poderosa en logística y equipamiento que la de San Javier, pero igualmente violenta.En un principio, esta organización se dedicaría a perpetrar golpes de envergadura en la zona centro y alrededores.En cuanto a la banda de San Javier, el supuesto líder, un mecánico paraguayo de nombre Marcial, era intensamente buscado ayer, aunque sin éxito.Los uniformados se trasladaron hasta jurisdicción de Apóstoles, con el dato de que podría encontrarse en esa zona, pero comprobaron que no era así.Hasta anoche, los únicos indicios en contra de esta gavilla eran un llamado telefónico anónimo, que los mencionaba como autores de la masacre de Panambí, y el coche marca VW Bora que secuestraron en San Javier, que habría sido visto en los alrededores de la casa de los Knack. Los peritos trabajaban anoche sobre las huellas dactilaresLa Policía Científica, dependiente de la Unidad Regional II de Oberá, trabajaba anoche sobre las huellas dactilares recogidas en el escenario de la masacre.La pericia es clave. Podría sellar definitivamente la vinculación de los dos detenidos en San Javier con el episodio o su desvinculación, al menos provisoria.Las huellas recogidas en Panambí serán cotejadas con las de los sospechosos. Uno de ellos es ex prefecturiano, un hombre considerado violento y de temer.El otro, al parecer, habría sido detenido en el 2006 por su presunta vinculación con el asalto al casino de Alem, donde golpearon a los empleados y huyeron con más de 100 mil pesos.La Policía Científica está a cargo del licenciado Marcelo Maslowski, quien hasta diciembre pasado se desempeñó en jurisdicción de la Unidad Regional IV de Puerto Rico.Es comisario y su labor más reciente y destacada fue el peritaje que efectuó en el lugar donde mataron a la joven Angélica Ramírez, el jueves 27 de septiembre de 2012: la avenida Pionero Kuhn de Puerto Rico.Maslowski estableció que fue una sola persona la que atacó a la víctima, de 14 años, y no dos o más, como se indicó en un principio en base a la autopsia.También halló una pisada de zapatilla que se estableció era similar a la plantilla de la que utilizaba el panadero Francisco Bourscheid, único detenido y procesado por el aberrante asesinato.Maslowski está al frente del equipo que ayer trabajaba en las huellas colectadas en la casa de la familia Knack.Al parecer, Carlos Knack (p) y su hijo fueron atacados ya en el living de la vivienda y golpeados a mansalva con una barra de hierro que llevaba uno de los homicidas.Luego cometieron lo peor. Ataron a las víctimas, las encerraron en una habitación y prendieron fuego con un líquido inflamable.Previamente, los cubrieron con un colchón de dos plazas. CristianCristian Knack, aunque estable, continuaba anoche en estado crítico en el sector de cuidados intensivos del Hospital Escuela de Agudos “Ramón Madariaga”.Fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN indicaron que, de los cuatro integrantes de la familia que ingresaron a ese centro de salud, era el que menos grave se encontraba, con quemaduras en el 60% del cuerpo, aproximadamente.Si bien tiene comprometida las vías aéreas respiratorias, no es de la magnitud del cuadro que presentaban sus padres y su hermana, quienes lamentablemente fallecieron.No obstante, está muy delicado y es seguido de cerca por el equipo médico del centro de salud estatal.Cristian habría sido el primero en liberarse de las ataduras y, en medio de las llamas, quien desató a sus familiares.Por esa razón, habría sufrido menos quemaduras que el resto.La que sufrió las peores lesiones fue la madre, Graciela Mojfiuk (42).





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