BUENOS AIRES (Medios digitales). Una mujer escondió el cuerpo de su bebé muerto dentro de una mochila, en el placard de la vivienda que alquilaba en calle Moreno al 1300 de la localidad bonaerense de Tandil. Erica Soria, de 22 años, de profesión enfermera, y oriunda de Santiago del Estero, vivía en Tandil hace siete años con su abuela y su hermano. Trabajaba en cuidados pediátricos domiciliarios y hasta el lunes pasado prestaba servicio asistiendo a un menor con capacidades diferentes. Soria tuvo a su bebé el pasado 31 de marzo en el Hospital Santamarina, donde fue anotado como Eder Soria. Pero a su familia le dijo que había perdido su embarazo mucho antes, por un golpe jugando al hockey. En realidad, y con tintes extraños, Erica siguió con su embarazo y lo escondió. Fue a dar a luz en perfecto estado, su bebé nació sin complicaciones, sano y según el jefe de Neonatología de ese nosocomio, el pequeño estaba en óptimo estado de salud, por lo que recibió el alta junto a su mamá a las 48 horas del nacimiento. Cuánto tiempo pasó desde ese alta médico hasta el fallecimiento del bebé, no se sabe. Los primeros indicios de la autopsia al menor, indican que probablemente llevaría más de un mes muerto, ya que aún contaba con el broche plástico para cicatrizar el cordón umbilical. Si bien no hay signos visibles de violencia o trauma, aún no se puede determinar cómo fue la muerte y para ello habrá que esperar los resultados de los estudios.





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