POSADAS. Una causa que deberá rebatir ante la Justicia. Y un pecado que quedó a la vista justamente en medio del movimiento de los feligreses a los que intentaba “engañar” vendiéndoles remeras que, se supo luego, eran parte de un botín robado.Debía ser una jornada de ganancias para una mujer de 42 años, pero terminó perdiendo hasta la libertad, una vez que fue detenida en momentos en que aprovechaba el movimiento por el día de Santa Rita para vender remeras robadas, según pudo saber PRIMERA EDICIÓN.Fuentes policiales informaron que la historia comenzó el último viernes en el microcentro de la capital provincial, cuando el propietario de una tienda de vestir denunció ante la Policía que desconocidos habían ingresado a su local para llevarse un importante lote de mercadería.En total, los delincuentes se habían hecho de unas 150 remeras de algodón tanto para hombres como para damas, de distintos talles y con numerosas imágenes estampadas. Si bien no trascendieron números, se supo que el perjuicio fue más que importante.Conocida la denuncia, desde la comisaría seccional Primera se elevó el alerta al resto de las dependencias de la capital provincial. La novedad también llegó a la Brigada de Investigaciones de la Unidad Regional X, que comenzó a trabajar en el caso mediante una serie de pistas.Con esos elementos, los detectives comenzaron a recorrer las distintas ferias de la ciudad. Desde la tradicional “Placita” de la zona portuaria hasta los locales del barrio Cristo Rey, ninguna feria informal quedó sin ser visitada por los efectivos policiales.Fue en medio de ese trabajo que los uniformados llegaron hasta las improvisadas mesas emplazadas sobre el boulevard de avenida Chacabuco casi Monseñor De Andrea, donde numerosos feriantes exhibían distintos productos aprovechando el movimiento por las festividades de Santa Rita.Y fue justamente en uno de esos puestos callejeros, prácticamente enfrente de la entrada al templo, que los policías dieron con lo que estaban buscando. Allí estaban, diseminadas sobre la mesa y con un cartel en manuscrito que indicaba una oferta realmente tentadora, las prendas de vestir siniestradas.En la escena, ante la atención de miles de feligreses, los policías procedieron a incautar treinta remeras que posteriormente fueron reconocidas como las robadas por el comerciante perjudicado. También procedieron a la detención de una mujer de 42 años, encargada del puesto en cuestión, quien terminó la tarde en una celda, entre rejas, lejos de las ganancias que auguraba días antes y con una mancha en su alma.La Policía intenta resolver ahora quiénes fueron los delincuentes que ingresaron al local del microcentro posadeño y si, como sospechan, actuaron en complicidad con la vendedora ambulante.





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